Red Ciudadana

Muchos ciudadanos se pueden preguntar cuál es el objetivo primordial que persigue la Red Ciudadana por el Progreso de Extremadura - RCPE que hace unos días presentamos en sociedad. La respuesta es sencilla: Ahorrar crispaciones.

Pues, que ciudadano no se encuentra verdaderamente harto de tanta controversia, de tanta polémica estéril como la que a cada momento, y por cualquier tema, en todos los ámbitos del acontecer social se suscitan; Siendo las que se producen en el entorno político solo la punta de este iceberg, o mejor dicho, de esta Torre de Babel que padecemos.

La Red Ciudadana por el Progreso de Extremadura solo quiere hacer entender que: Si la superestructura política, ideológica, institucional, e incluso religiosa, que conforma la formación socioeconómica en la que vivimos se asienta, pues así lo determina rotundamente tanto la filosofía, la epistemología, como la ciencia, sobre unas relaciones y un modo de producción que son consecuencia a su vez del grado de desarrollo de nuestras capacidades y fuerzas productivas; lo lógico, si nuestro deseo es realizar avances sustanciales en nuestras formas de ver, entender y hacer las cosas -indistintamente que estos cambios los deseemos llevar a cabo en lo político, lo ideológico, lo institucional o lo social- es trabajar intensamente, sin crispación, y codo con codo, por hacer progresar nuestras capacidades y destrezas productivas como región; al tiempo que deconstruimos y disolvemos aquellas relaciones de producción que limiten este avance.

Esto y no otra cosa es lo que la naturaleza viene haciendo con minuciosa perfección desde tiempo inmemorial, esto es lo que la ciencia nos indica que debemos de hacer nosotros como especie si no queremos que la selección natural, como nos anotaría Darwin, nos pase por encima. Pues las fases de ineludible necesidad, las socioeconómicas incluidas, también tienen sus tiempos, tanto para nacer, como para desarrollarse o morir; No pudiéndolas llevar artificialmente más allá de lo que dan de sí sin sufrir sus perniciosas consecuencias. Cuando una nueva fase pide nacer no queda otra que darle, inmediatamente, paso. De lo contrario padeceremos crisis, contrariedades y crispaciones; pues como solía expresar acertadamente Marx: las crisis se producen cuando lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer. O formulado a la manera socrática: cuando lo viejo obstaculiza el nacimiento de lo nuevo en vez de ayudarle como partero.

Dicho esto, es conveniente recordar que es hora ya de ponerse manos a la obra y liderar el proceso, dejando a un lado todo elemento crispador entretenedor de nuestro preciado tiempo.

Fdo.: Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)
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