Partidos de izquierda y democracia participativa

"Pon tu el nombre" es el título del 4x1 que esta semana nos ofrece nuestro Soñador Soñado de Ensueño, se pregunta nuestro Paco ¿Dónde nacen si no las palabras? La comunicación es algo así como el lema de los tres mosqueteros, uno para todos y todos para uno. La comunicación, como la democracia es participación activa, es un estar dispuesto para el otro, es un escucharnos y entendernos. Como dice nuestro Soñador "olvidamos en la fuente lejana a la realidad. Quién necesita tachar es el individuo temeroso de si". No tachemos, impliquemos.

Nuestro Javier Figueiredo me ha dejado un lúcido comentario en mi blog y otro en el blog de nuestro Feluky que me da pie para abordar e iniciar un análisis necesario que la columna de nuestro Soñador, así como incluso el post que esta semana nos ofrece nuestro Guillermo, posibilita también hacer. Nos dice nuestro Javier Figueiredo que "Yo creo que es fundamental que quien se dedique a la política no lo haga como una agarradera profesional. Es fundamental lo que llamo 'toma de tierra'. He conocido a personas que su único oficio conocido en 20 años era haber estado liberado en un sindicato o en una organización política. Sus argumentos no procedían de un análisis de los problemas ciudadanos sino que estaban matizados por SU visión alejada de la realidad. Creo que es un elemento que se nos olvida".

Mi respuesta es la siguiente que formulo en pregunta ¿Olvidamos en la fuente lejana a la realidad? ¿Quién necesita tachar es el individuo temeroso de sí? Esta respuesta quiero compartirla con vosotr@s, así como con Guillermo y tod@s los altos cargos y responsables políticos e institucionales que visitan esta columna digital:

La "toma de tierra" a la que se refiere nuestro amigo Javier Figueiredo es fundamental. Hay cargos públicos, añado yo, que llevan desempeñando un puesto casi desde que tuvieron uso de razón, son verdaderos funcionarios de la política. Es conveniente renovar estos aspectos, fundamentalmente por el hecho de que cuando se lleva mucho tiempo aferrado al sillón se pierde perspectiva y se termina haciendo análisis y tomando decisiones matizadas por SU visión, como bien nos indica nuestro Javier Figueiredo, alejadas de la realidad.

Si esto último no fuera así, a mi no me preocuparía en exceso -a pesar del tapón que supone esa permanencia a que se pueda fomentar y animar en otras personas la necesaria participación e implicación activa-; pero los hábitos, usos y costumbres adquiridos terminan por ser lesivos para la ciudadanía, para aquellos a los que se dice servir que terminan por ser entendidos como servidores del cargo público.

No obstante pienso que la ciudadanía cada día es más inteligente, ya no otorga esos votos cautivos excesivamente ideologizados; el/la votador/a mecánic@ de una opción política -haga lo que haga esta opción- tiende a desaparecer, yo pienso que esa noción de la política por parte de l@s ciudadan@s de ser como de un equipo de fútbol (el que es del Madrid o del Barça lo es para toda su vida) ya no nos sirve. Hay que condicionar el voto a que el programa electoral esté elaborado recogiendo las principales inquietudes de l@s ciudadan@s, que a estos se le abran cada día más posibilidades de participación, de implicación y de supervisión sistemática de todo aquello que se haga desde lo público, desde lo político, desde lo institucional.

Todo esto no sólo en cuanto al programa electoral, sino a las prácticas mismas; no sólo todo para el pueblo, sino a través del pueblo mismo. Hay que ir entrenando a la ciudadanía en esa participación e implicación activa; en esto, como en el andar, nadie nace enseñado; es un aprendizaje que hay que acometer.

Pienso que con el nuevo Estatuto de Autonomía de Extremadura se ha perdido una gran oportunidad histórica de ensayar esa participación activa de la ciudadanía, esa implicación de la que hablo; todo ello al objeto de haber conseguido hacer de ese nuevo Estatuto un instrumento aprehendido, una herramienta en la que nos sintamos representados por el hecho de haberla construido nosostr@s mism@s como ciudadan@s. Las cosas hechas en sede parlamentaria pierden su aroma artesanal, es una especie de fabricación en serie muy poco entrañable y nada edificante ni instructivo para el ciudadan@ de a pie.

L@s polític@s de izquierda han de saber que para hacer políticas de derechas mejor las opciones políticas de derechas, la izquierda está para otra cosa, no para legitimar un modelo obsoleto y caduco basado en la alienación de los seres humanos. Las victorias pírricas del PSOE, si no le da por cambiar, se pueden transformar en derrotas épicas; igual que IU, como no baje del globo de las fantasmagorías quedará para los infinitos ubicada en el ámbito de la marginalidad institucional.