He unido tres comentarios con los que respondo a los/as amigos/as de este blog al objeto de seguir debatiendo sobre este interesante tema que es el sistema educativo. Deseo seguir contribuyendo a hacer entender aquello que nos sugería Celestín Freinet: A nadie le gusta plegarse a pensamientos inscritos en rutinas en las que no participa. La democracia del mañana se prepara con la democracia en la escuela. Un régimen autoritario en la escuela no puede formar ciudadanos demócratas. La oposición de la reacción pedagógica, elemento de la reacción social y política, es también una variante con la que hay que contar.
Hoy le decía a nuestra amiga Ruth que había escrito un muy buen post y que lo relacionaba mucho con la actitud docente, realmente da la impresión que actúan como víctimas; no asumen su papel de profesionales de la enseñanza (en su acepción de desarrollar y cultivar en los individuos/alumnos aptitudes intelectuales, conocimientos, competencias, hábitos y conductas, con el fin de lograr el máximo desarrollo posible de su personalidad).
El docente cree que su única función es trasladar conceptos de una forma verbalista, eso no es así y las leyes educativas lo dejan bastante claro. La función del docente es intervenir con destreza en aquellos alumnos que más lo necesitan. Jesús de Nazaret decía que quienes necesitan médico son los enfermos.
Un alumno que tiene hábitos de estudio y cuyo comportamiento es excepcional es un alumno que incluso le sobra el docente, sólo necesita un transmisor de información, un informante pero no un docente. A lo mejor los profesionales con que contamos en nuestro sistema educativo son informantes y no docentes.
En relación a la autoridad pienso que la autoridad hay que ganársela, trabajársela, conseguirla con múltiples técnicas y recursos que existen para ello. No surge espontáneamente. Hay que inculcarla. ¿Cómo conseguimos esto en un centro escolar? ¿Hemos preguntado a los alumnos cómo nos podrían ayudar a conseguir el necesario respeto a los profesores? ¿Hemos preguntado a los alumnos cómo nos pueden ayudar a mantener una clase en silencio? ¿Hemos preguntado a los alumnos cómo mejorar la interacción, el interés por la materia, su mayor implicación?
A esto llamo yo pereza docente. Los docentes lo quieren todo a cambio de nada. Su esfuerzo por implicar al alumnado es nulo y a los hechos me remito. Saben que sus clases aburren, saben que sus clases no motivan, saben que existe una amplia bibliografía de textos que te informan para hacer una clase activa, dinámica, con alumnos interesados por la materia; sin embargo no optan por plantearse dominar esas técnicas.
Quiero subrayar que muchas veces se entiende tener habilidades didácticas y pedagógicas exclusivamente para hacer la clase más gozosa y el aprendizaje más sencillo y digerible para el alumno. Pero se ha de entender que contar con habilidades didácticas y pedagógicas es sobre todo contar una herramienta para saber encauzar adecuadamente las actuaciones docentes con alumnos cuyo entornos sociales y familiares están degradados. Ahí es donde se demuestra el nivel de un docente. Un profesional de la enseñanza debe de saber intervenir y educar a quienes no respetan las normas, aquellos alumnos cuyos padres (por no saber o no poder) no trasmiten buenos hábitos y comportamientos a sus hijos. Ahí, ante estas situaciones, es dónde se aprecia el nivel de cualificación de un docente. El que no sabe actuar ante estas situaciones es un informante.
Es por esta razón que tanto insisto en que la autoridad hay que ganársela. Hay que ser un especialista en ser capaz de dar una clase con el tipo de alumno conflictivo que nadie parece querer, pues ese es el alumno que más necesita ser educado. Reitero, como decía Jesús de Nazaret, quienes necesitan médico son los enfermos.
Crees, amigo Daimon, que cualquier niño que naciera, creciera y se educara en un barrio en situación de exclusión social terminaría siendo pasto de la delincuencia.
- Eso es evidente, se necesitan intervenciones educativas eficaces desde el nacimiento, hay que empezar a pensar qué debemos de hacer y si esos entornos son adecuados para educar. La decisión es dura pero hay que atreverse a pensarla. Sabes que índices de fracaso escolar se tienen en esos barrios, cuántos niños terminan la ESO o el Bachillerato, cuantos titulados universitarios hay en esos entornos.
Hoy le decía a nuestra amiga Ruth que había escrito un muy buen post y que lo relacionaba mucho con la actitud docente, realmente da la impresión que actúan como víctimas; no asumen su papel de profesionales de la enseñanza (en su acepción de desarrollar y cultivar en los individuos/alumnos aptitudes intelectuales, conocimientos, competencias, hábitos y conductas, con el fin de lograr el máximo desarrollo posible de su personalidad).
El docente cree que su única función es trasladar conceptos de una forma verbalista, eso no es así y las leyes educativas lo dejan bastante claro. La función del docente es intervenir con destreza en aquellos alumnos que más lo necesitan. Jesús de Nazaret decía que quienes necesitan médico son los enfermos.
Un alumno que tiene hábitos de estudio y cuyo comportamiento es excepcional es un alumno que incluso le sobra el docente, sólo necesita un transmisor de información, un informante pero no un docente. A lo mejor los profesionales con que contamos en nuestro sistema educativo son informantes y no docentes.
En relación a la autoridad pienso que la autoridad hay que ganársela, trabajársela, conseguirla con múltiples técnicas y recursos que existen para ello. No surge espontáneamente. Hay que inculcarla. ¿Cómo conseguimos esto en un centro escolar? ¿Hemos preguntado a los alumnos cómo nos podrían ayudar a conseguir el necesario respeto a los profesores? ¿Hemos preguntado a los alumnos cómo nos pueden ayudar a mantener una clase en silencio? ¿Hemos preguntado a los alumnos cómo mejorar la interacción, el interés por la materia, su mayor implicación?
A esto llamo yo pereza docente. Los docentes lo quieren todo a cambio de nada. Su esfuerzo por implicar al alumnado es nulo y a los hechos me remito. Saben que sus clases aburren, saben que sus clases no motivan, saben que existe una amplia bibliografía de textos que te informan para hacer una clase activa, dinámica, con alumnos interesados por la materia; sin embargo no optan por plantearse dominar esas técnicas.
Quiero subrayar que muchas veces se entiende tener habilidades didácticas y pedagógicas exclusivamente para hacer la clase más gozosa y el aprendizaje más sencillo y digerible para el alumno. Pero se ha de entender que contar con habilidades didácticas y pedagógicas es sobre todo contar una herramienta para saber encauzar adecuadamente las actuaciones docentes con alumnos cuyo entornos sociales y familiares están degradados. Ahí es donde se demuestra el nivel de un docente. Un profesional de la enseñanza debe de saber intervenir y educar a quienes no respetan las normas, aquellos alumnos cuyos padres (por no saber o no poder) no trasmiten buenos hábitos y comportamientos a sus hijos. Ahí, ante estas situaciones, es dónde se aprecia el nivel de cualificación de un docente. El que no sabe actuar ante estas situaciones es un informante.
Es por esta razón que tanto insisto en que la autoridad hay que ganársela. Hay que ser un especialista en ser capaz de dar una clase con el tipo de alumno conflictivo que nadie parece querer, pues ese es el alumno que más necesita ser educado. Reitero, como decía Jesús de Nazaret, quienes necesitan médico son los enfermos.
Crees, amigo Daimon, que cualquier niño que naciera, creciera y se educara en un barrio en situación de exclusión social terminaría siendo pasto de la delincuencia.
- Eso es evidente, se necesitan intervenciones educativas eficaces desde el nacimiento, hay que empezar a pensar qué debemos de hacer y si esos entornos son adecuados para educar. La decisión es dura pero hay que atreverse a pensarla. Sabes que índices de fracaso escolar se tienen en esos barrios, cuántos niños terminan la ESO o el Bachillerato, cuantos titulados universitarios hay en esos entornos.
Estoy de acuerdo en casi todo lo que planteas ya que conozco bien el tema, llevo muchos años como maestra de Primaria, en esta Etapa no tenemos casi ningún problema de disciplina en las clases, que no se pueda solucionar facilmente.
ResponderEliminarMe gusta mi profesión disfruto con ella y casi siempre he tenido unos compañeros y compañeras que han estado en mi misma onda, reconozco que he tenido mucha suerte.El entorno hace mucho y en el pueblo nos conocemos todos y todas empezando por los padres de los alumnos con los que intentamos mantener una colaboración y remar en la misma dirección. La cosa cambia cuando pasan a Secundaria y en bastantes casos vemos como unos alumnos y alumnas con cualidades buenas se quedan en el camino. Creo que los profesores de secundaria aunque pongan buena voluntad carecen de formación pedagógica seria ya que el famoso CAP para mí, no es suficiente para enfrentarse a algunos alumnos que se presentan en clase porque la Ley dice que tienen que estar hasta los dieciseis años. Creo que el CAP lo van a cambiar, esperemos que sea más eficaz.
También, tanto la sociedad como la familia, afortunadamente no todas, han delegado en la escuela muchas de sus responsabilidades y los docentes se sienten agobiados.
Te lo dice una docente, que no informante, defensora acérrima de la ESCUELA PÚBLICA y que reconoce los avances que ésta ha experimentado en general y, más en particular, en Extremadura.
No entenderé nunca,como padres que alardean de su progresismo y maestros de la escuela Pública llevan a sus hijos a la privada.Debe ser que los primeros no son sinceros y los segundos no creen en su trabajo.
¡Buenas noches!
ResponderEliminarNuevamente retomamos la afinidad, querido amigo, en breve publicaré una entrada en mi blog que te gustará, al menos eso creo. Pero en parte te voy a compartir algo, que pondré en la misma, y que coincide con algo que tu has reflejado claramente en el primer párrafo de tu entrada.
El buen obrero, es el que sabe transformar su saber en habilidad, y en caso necesario adaptarse a las circunstancias; el buen erudito, el que puede poner en cuestión lo que ha aprendido en la escuela y reflexionar sin miedo. Pero esta valoración de a autonomía nunca puede emanciparse de su vertiente repetitiva, ya que partir de una tradición forma parte de la propia naturaleza de la educación.
"El saber es indispensable pero es un medio: "Nuestra alma se expande a medida que se llena".
Un babrazote amigo buena entrada.
Amigo Daimon, le he preguntado su opinión del tema al Cahmán Chalao y como está chalao pues que no lo entiendo me ha dicho "yo curo con hierbas y cánticos, hoy me he adentrado en la selva buscando plantas y hongos con varios jóvenes del pueblo que cazaban monos como sus padres, ayer cure el pie de uno de estos padres, que nunca me regaló un manojo de calaguala ni unos gusanos de la palmera, su hijo no será nunca jefe de caza"
ResponderEliminarTal vez puedas traducirlo amigo Daimon.
P. D. de Malo. Si es que te tengo olvidado
Hola Encarna, hola Ruth, hola Malo Malísimo:
ResponderEliminar- Encarna, lo has planteado muy bien; el problema de la ESO es la falta de formación didáctica y pedagógica de su profesorado. El CAP va a ser sustituido por un Master, pero se debería hacer aún algo más, esto es, cambiar el proceso de selección puntuando, además de la formación específica sobre el área en el que vaya a impartir clases, sus capacidades y formación didáctica y pedagógica.
- Ruth, ahí está la clave, en poner en cuestión lo aprendido, en hacer de los conocimientos un medio para conseguir el fin de ser más humanos.
- Malo Malísimo, curar con hiervas y cánticos, adentrarse en la selva con los jóvenes; buen método de enseñanza que liga el conocimiento con la realidad misma y que no encierra entre cuatro paredes las capacidades creadoras de los alumnos.
Recibid un muy fuerte abrazote amigos.
Hola a tod@s:
ResponderEliminarLos profesores deberían ser como los médicos, reciclarse constantemente. Ni siquiera se preocupan de ser buenos comunicadores. Hay profesores a los que apenas se les entienden, que no enganchan a su auditorio.
No vale con hablar la misma lengua que los oyentes, ni el mismo vocabulario, hay que profundizar más para llegar a todos.
Las nuevas técnicas de comunicación distinguen dentro de un lenguaje varios sublenguajes:
VISUAL(que atiende más a referencias visuales. Ejm. "lo veo claro".
AUDITIVO (que hace referencia a sonidos, palabras. Ejm. "no me suena bien".
KINESTESICO o CINESTESICO (hace referencia a sensaciones, gusto u olfato). Ejm. "siento que no lo entendì".
La riqueza en la comunicación está relacionada con el uso de todos los canales.
Un saludo