viernes, 4 de enero de 2019

Posverdad, poscensura y pospartidos

Por Javier Caso Iglesias. Analista Político

Interesante reflexión y debate en el facebook de Juan Miguel Asperilla sobre las cuatro categorías o niveles de la militancia que en el pasado existían en el PSOE y la actual realidad. Esos cuatro niveles eran: 1º Magníficos y excelentes pensadores y líderes; 2º Cargos públicos y militancia con capacidad de liderazgo y bien armados ideológicamente; 3º Cargos extraídos de la fontanería del partido de militancia coyuntural u ocasional y 4º 'Hooligans' políticos, extremistas partidarios y con afinidad personal e inquebrantable a cualquier estructura de poder. El citado análisis lo podéis encontrar en el siguiente enlace:

Mi aportación a la citada reflexión y debate ha sido la siguiente:

Creo que es que el PSOE se está adaptando a los nuevos tiempos. Al tiempo de la modernidad líquida y de la posverdad de Bauman y a la censura horizontal y de la poscensura de Soto Ivars. En estos nuevos tiempos los dos primeros niveles que existían en el partido ya son prescindibles y los dos segundos también lo serán más temprano que tarde. Y lo mismo que al PSOE le pasará al PP, a Podemos, a Cs e incluso a Vox.

El actual sistema de partidos está dando sus últimas boqueadas. Los nuevos tipos de partido serán partidos red. Todo esto se viene teorizando desde principios de la década y la realidad está evidenciando lo acertado de esos análisis.

El siguiente paso es el de cambiar la poliarquía por la democracia y a los hooligans por eficaces gestores evaluados y supervisados por la potente censura horizontal y guiados por la posverdad de la democracia.

Estamos viviendo plenamente en los nuevos tiempos que Federico Nietzsche describía en La gaya ciencia, "Hemos dejado esta tierra sin su sol, sin su orden, sin quién pueda conducirla... ¿Hemos vaciado el mar? Vagamos como a través de una nada infinita". Pero es una fase necesaria, pues a continuación indica, en el mismo aforismo, que "el rayo, el trueno, la luz de los astros, y los actos heroicos de los hombres requieren su tiempo para arribar. Y este último acto mencionado se encuentra más lejos que los actos más lejanos. Los hombres nada saben de ellos y son ellos los que han cometido el acto". Y el acto ha sido transformar, también a los partidos y a sus líderes, en "tumbas y monumentos fúnebres".

Ludwig Wittgenstein definió muy bien este nuevo tiempo cuando dijo: "No hay enigmas. Si un problema puede plantearse, también puede resolverse".

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