martes, 11 de septiembre de 2007

La PCRN en el día de Extremadura

Voy a intentar realizar en pocas líneas el análisis de la estrategia de la Plataforma Ciudadana Refinería NO (PCRN) en el Día de Extremadura. Lo voy a hacer de forma objetiva, por tanto desde lo políticamente incorrecto; esto es, diciendo a las claras lo que pienso sin eufemismos ni disfraces. O sea, dando estopa a quien merecida la tiene.

Entrando en materia, yo me pregunto ¿Qué hubiera hecho la PCRN si no hubiera existido cordón policial el Día de Extremadura en el acto institucional? seguramente, pues es de manual, reventar el citado acto sin más contemplaciones.

Me sigo preguntando: Con lo grande que es Mérida, ¿Por qué se eligieron los aledaños del Teatro Romano por parte de la PCRN para manifestarse? No será porque con escasos efectivos humanos se puede montar el numerito circense al objeto de conseguir una cobertura mediática que de otra manera no podría haberse logrado.

No sabía sobradamente esto la PCRN, así como la facilidad con la que se puede provocar a la policía, cosa esta también de manual, pues, de los tres estados definidos por Platón para encuadrar el carácter, esto es, el racional, el emocional y el visceral, se encuentra, el Cuerpo Nacional de la Policía como estructura organizada, y desgraciadamente (a los hechos me remito), en el más bajo.

No se instrumentalizó por parte de la PCRN esta sencillez en suscitar en el Cuerpo Nacional de Policía su vena más incontroladamente rabiosa e inconsciente para poder explotar las simpatías que reporta representar el rol de víctima una vez que los primeros exhiben sus porras y resto de material antidisturbios en vez de su tacto para desactivar una realidad que evidentemente los desbordó.

Desde mi punto de vista lo evidenciado por las actuaciones en el Día de Extremadura de la PCRN son tres cosas:

1.- Que el poder y la capacidad de decisión e influencia social se otorga por parte de la PCRN a otros, en concreto a la Junta de Extremadura; pues al actuar desde la lógica de la impotencia legitiman, aún más, a aquellos que sobradamente, como evidenciaron los resultados electorales el 27-M, cuentan con el respaldo mayoritario del sentir ciudadano.

2.- La propia incapacidad de la PCRN para transformarse en un movimiento ciudadano y de masas; y por tanto con capacidad real, cosa que ahora no tiene, de influencia y poder social. La impotencia le viene por no saber como dejar de ser lo que se es, un grupo que no llega más allá del pataleo estéril, para convertirse en lo que se desea ser, un grupo que transforme en realidades prácticas sus principios y objetivos sin renunciar a ellos.

3.- Evidenció también la actuación de la PCRN la necesidad, por parte del Cuerpo Nacional de la Policía, de aumentar su formación práctica en autocontrol, para así resolver negociada y dialogadamente conflictos.
Pues resolver (es un decir) situaciones como las resuelven, que a parte de resultar indignantes y oprobiosas, además de éticamente reprobables; hacen el caldo gordo a aquellos sobre los que se actúa. Permitiéndoles alcanzar sus objetivos, que en el caso presente no son otros que montar el circo y la chirigota mediática, pues a más no llegan, actualmente, los de la PCRN.

En fin, sirva esta historia vivida en el Día de Extremadura para hacernos madurar más como pueblo que labra su futuro con decisión firme, así como para corregir las deficiencias que detectemos en este engranaje social que, entre todos y sin exclusiones, conformamos; y que se halla en tránsito desde las prácticas propias del siglo XX a las que exige y demanda el siglo XXI, en el que desde hace años vivimos aunque algunos no parecen haberse dado cuenta de ello. Espero haber contribuido algo a este empeño.

Por Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)

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