En el día de ayer nuestro presidente Guillermo Fernández Vara nos proponía, a los internautas extremeños, hacerle llegar a su blogweb propuestas e iniciativas que pudieran ser adoptadas al objeto de reducir el número de accidentes de tráfico.
El abordado por Guillermo me parece un tema interesante e importante dado que en las carreteras se quedan muchas vidas humanas; pereciendo absurdamente, por un despiste, un descuido o una imprudencia, muchos proyectos existenciales. Es por ello que la participación, implicación y compromiso activo de todos se hace necesario en ese esfuerzo, que debe de hacerse permanente, por elevar nuestros niveles colectivos de prudencia y de conciencia al volante.
Es deseable que esta iniciativa de participación ciudadana, alentada por el blogweb de Guillermo, salgan propuestas a adoptar eficaces que reduzcan la siniestralidad vial.
Quiero aprovechar estas líneas, que también remitiré a nuestro presidente para que las tenga en consideración, para alentar un debate abierto, en el mismo medio en el que ha surgido el de la Seguridad Vial, esto es, en el cuaderno de Guillermo, sobre el fracaso escolar.
Los Medios de Comunicación nos informan de dos estudios, uno realizado por el Instituto de Estudios Fiscales y otro por el Ministerio de Educación, en ellos destaca lo siguiente: Siendo Extremadura una de las Comunidades Autónomas que más ha incrementado los gastos en educación, un 10% en el último quinquenio, destacándose sobremanera en los capítulos de inversión, un 34% más por año, veinte puntos por encima de la media nacional; sin embargo el fracaso escolar, sobre todo en la ESO, se sitúa en el 48%, así como el abandono temprano del sistema educativo sin haber concluido sus estudios alcanza el 34'6%.
Lanzada está por tanto la propuesta, espero su adecuado acogimiento para que con la participación de todos, desde la aportación constructiva y respetuosa, demos respuestas a este grave problema que como sociedad padecemos, problema este, por otra parte, que limita notablemente las posibilidades y las seguridades personales y laborales de nuestros jóvenes y de nuestro sistema productivo; y que evidencia que no hemos cambiado lo suficiente a Extremadura como para no seguir cambiándola.
Por Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)
El abordado por Guillermo me parece un tema interesante e importante dado que en las carreteras se quedan muchas vidas humanas; pereciendo absurdamente, por un despiste, un descuido o una imprudencia, muchos proyectos existenciales. Es por ello que la participación, implicación y compromiso activo de todos se hace necesario en ese esfuerzo, que debe de hacerse permanente, por elevar nuestros niveles colectivos de prudencia y de conciencia al volante.
Es deseable que esta iniciativa de participación ciudadana, alentada por el blogweb de Guillermo, salgan propuestas a adoptar eficaces que reduzcan la siniestralidad vial.
Quiero aprovechar estas líneas, que también remitiré a nuestro presidente para que las tenga en consideración, para alentar un debate abierto, en el mismo medio en el que ha surgido el de la Seguridad Vial, esto es, en el cuaderno de Guillermo, sobre el fracaso escolar.
Los Medios de Comunicación nos informan de dos estudios, uno realizado por el Instituto de Estudios Fiscales y otro por el Ministerio de Educación, en ellos destaca lo siguiente: Siendo Extremadura una de las Comunidades Autónomas que más ha incrementado los gastos en educación, un 10% en el último quinquenio, destacándose sobremanera en los capítulos de inversión, un 34% más por año, veinte puntos por encima de la media nacional; sin embargo el fracaso escolar, sobre todo en la ESO, se sitúa en el 48%, así como el abandono temprano del sistema educativo sin haber concluido sus estudios alcanza el 34'6%.
Lanzada está por tanto la propuesta, espero su adecuado acogimiento para que con la participación de todos, desde la aportación constructiva y respetuosa, demos respuestas a este grave problema que como sociedad padecemos, problema este, por otra parte, que limita notablemente las posibilidades y las seguridades personales y laborales de nuestros jóvenes y de nuestro sistema productivo; y que evidencia que no hemos cambiado lo suficiente a Extremadura como para no seguir cambiándola.
Por Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)
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