lunes, 24 de septiembre de 2007

Autovía Cáceres-Badajoz

El estudio informativo de la autovía autonómica Ex-A4 entre Cáceres y Badajoz nos viene a constatar algo que, por intuición, ya sabían los ciudadanos extremeños.

En la mayoría de las tertulias en las que este tema salía a debate, incluso aquellas celebradas antes de que el PSOE y el PP convergieran y convinieran dar carta de naturaleza a este proyecto, los ciudadanos ya argumentaban sobre la necesidad de construir esta infraestructura para dar un mayor impulso económico a las dos ciudades más importantes de la comunidad autónoma.

Tampoco les era ajeno a los ciudadanos que el no disponer de una autovía entre Cáceres y Badajoz era la causa fundamental de la falta de actividad, del escaso atractivo empresarial y de ese vivir de espaldas entre las dos ciudades.

He estimado siempre, en coincidencia con la gran mayoría de extremeños, esta inversión como muy positiva para Extremadura, para su desarrollo industrial, empresarial y humano. Creo, además, que la inversión de 300 millones de euros está más que justificada y merecida; pues se trata de comunicar las dos únicas capitales de provincia de toda España que no están enlazadas por autovía.

Lo que no entiendo es la actitud de las organizaciones ecologistas, a las cuales les ha faltado tiempo para lanzarse compulsiva y violentamente al cuello de la Junta de Extremadura, anunciando su rechazo frontal al proyecto y proponiendo su retirada por considerar que tendría un "altísimo" impacto ambiental. Eso sí, no aportan informe alguno que este rechazo sustente; contrastando esta evidencia con el documento encargado por la Junta en el que se plantean hasta cuatro posibles corredores alternativos para su diseño.

Por Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)

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