Extraigo de la noticia "23.212 pisos y un auditorio en el aire", publicada por el Periódico Extremadura, dos mensajes que considero necesario conciliar.
El primero es el trasladado por el Consejero de Fomento, José Luis Quintana, el cual muestra sus dudas porque en la revisión del Plan General Municipal (PGM), de la ciudad de Cáceres, se planifique una ciudad para "325.000 habitantes".
El otro es el del portavoz del Partido Popular, Francisco Javier Castellano, que opina que las declaraciones de Quintana y Heras generan incertidumbre en las previsiones sobre el desarrollo de la ciudad.
Desde mi humilde opinión creo que no estaría nada mal que Cáceres se planifique para transformarse, más temprano que tarde, en una ciudad de 325.000 habitantes; pues Extremadura necesita consolidar, para vertebrar su tejido productivo e industrial, ciudades de una cierta entidad. Y ciudades con menos de esa cifra de 325.000 habitantes no son más que pueblos grandes.
Para ello sería necesario hacer un esfuerzo, como el realizado a nivel regional, para que PSOE y PP pacten el modelo de ciudad que los cacereños se merecen, necesitan y requieren. Así ni Quintana, ni Heras, ni Castellano, ni menos aún los cacereños y extremeños sentiríamos incertidumbre por nada.
Que cunda por tanto el ejemplo y el talante de Guillermo Fdez. Vara en la resolución de los conflictos que padecemos como ciudad.
Por Javier Caso Iglesias
El primero es el trasladado por el Consejero de Fomento, José Luis Quintana, el cual muestra sus dudas porque en la revisión del Plan General Municipal (PGM), de la ciudad de Cáceres, se planifique una ciudad para "325.000 habitantes".
El otro es el del portavoz del Partido Popular, Francisco Javier Castellano, que opina que las declaraciones de Quintana y Heras generan incertidumbre en las previsiones sobre el desarrollo de la ciudad.
Desde mi humilde opinión creo que no estaría nada mal que Cáceres se planifique para transformarse, más temprano que tarde, en una ciudad de 325.000 habitantes; pues Extremadura necesita consolidar, para vertebrar su tejido productivo e industrial, ciudades de una cierta entidad. Y ciudades con menos de esa cifra de 325.000 habitantes no son más que pueblos grandes.
Para ello sería necesario hacer un esfuerzo, como el realizado a nivel regional, para que PSOE y PP pacten el modelo de ciudad que los cacereños se merecen, necesitan y requieren. Así ni Quintana, ni Heras, ni Castellano, ni menos aún los cacereños y extremeños sentiríamos incertidumbre por nada.
Que cunda por tanto el ejemplo y el talante de Guillermo Fdez. Vara en la resolución de los conflictos que padecemos como ciudad.
Por Javier Caso Iglesias
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