domingo, 5 de agosto de 2012

Sobre la filosofía de la praxis y el momento actual

Le digo a mi amigo Pedro Fresco (http://larepublicaheterodoxa.blogspot.com/) que nada más lejano a mi pensamiento que "buscar  una respuesta a esta crisis dentro de los valores históricos del socialismo". Pues dentro de esos "valores históricos del  socialismo" puede entrar casi cualquier cosa.

Todo lo acontecido con las ideas "socialistas" en el siglo XX puede entrar en  esos "valores históricos del socialismo"; y, sin embargo, Marx se seguiría pronunciando sobre ese "socialismo del siglo XX"  como lo hizo sobre el "socialismo del siglo XIX" diciendo aquella frase que pronunció a fines de la década del 70, refiriéndose a los "marxistas" franceses de su época: "tout ce que je sais, c'est que je ne suis pas marxiste" (todo lo que se, es que yo no soy marxista). El socialismo mayoritariamente llevado a efecto durante los siglos XIX y XX por los partidos políticos ha sido una reificación, una fantasmagoría, una especie de religión sin base científica, pura superchería ideológica; de ahí sus consecuencias actuales y esa alergia que incluso produce la palabra a las actuales generaciones. El "socialismo" del siglo XIX y XX, ese "socialismo ideológico" del que Marx y Engels siempre se mofaron y del que decían lo mismo que Heine de sus correligionarios: "sembré dragones y coseché pulgas". Ese "socialismo" no ha contribuido a otra cosa, cuando se ha puesto en práctica,  que a crear una especie de Capitalismo Monopolista de Estado.

Por mi parte apuesto por otro tipo de socialismo, esto es, por el socialismo científico que es  una praxis, una filosofía de la praxis, un amor por el conocimiento emanado de la práctica; en definitiva, una ciencia. Una ciencia del comportamiento social, una tecnología, una ingeniería del comportamiento; pues de eso se trata, conformar comportamientos humanos que no nos sean aversivos a la mayoría. Viendo las cosas desde este punto de vista las soluciones son sencillas y simples. Así lo entendía Wilhelm Reich: "Los grandes hechos son siempre muy simples".

Desde este paradigma lo único que hemos de decidir es dónde intervenir, en qué ámbito para hacer que las cosas se pongan al servicio del ser humano y no el ser humano al servicio de las cosas.

Ahora "las izquierdas" están desorientadas, muchas se aferran a diferentes tipos de nacionalismo, así como a otros "ismos"; cuando lo propio y por lo que siempre se ha caracterizado el marxismo ha sido por el internacionalismo. Este creo que es el campo actual de batalla y en el que debemos de medir nuestras fuerzas, las otras batallas en otros campos más reducidos nos  llevarán a dónde estamos, o sea, a ninguna parte. Las glocalización también podría ser un ámbito aceptable, pues reunifica todos los campos de batalla en un solo espacio que lo aglutina todo. Es una batalla global en la que hemos de decidir en qué  bando situarnos y hacerlo sin vacilaciones, pues las vacilaciones nos llevan también a dónde estamos, a ninguna parte.

Y los bandos en esta batalla, como en todas las batallas, se reducen a dos: o ponemos las cosas al servicio del ser humano o quedamos al ser humano sirviendo a las cosas. O decidimos dejar de ser seres desvalidos y alienados tomando en nuestras manos las riendas de las decisiones sobre las cosas o otros tomarán las decisiones por nosotros.

Es todo cuestión de comportamiento, no de etiquetas. O nos emancipamos o seguiremos siendo esclavos. Esta es la cuestión.

Si estáis de acuerdo con esta forma de ver las cosas, os animo a uniros y a participar activamente en un proyecto que está laborando en este sentido que os doy a conocer.-

1 comentario:

  1. la independencia tan anhelada para decidir por nosotros mismos, y que ya no decidan por nosotros. Debemos resolver eso y empezar a actuar, formemos parte de la nueva izquierda.
    un saludo cordial de, Anna

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