Los sistemas funcionan porque no funcionan. Lo disfuncional es esencial para el funcionamiento. El modelo está libre de parásitos, libre de elementos estáticos (como en la matemática), mientras que el sistema está siempre infectado de parásitos que le otorgan su carácter.
Dos figuras impregnan la oeuvre de Michel Serres: Hermes y Arlequín. Hermes, el viajero e intermediario, permite el movimiento en y entre las diversas áreas de la vida social. El arlequín es un payaso multicolor que representa el caos de la vida.
Dos ámbitos de interés especial para quien viaja por el conocimiento son los de las ciencias naturales y las humanidades. ¿Debe abrirse verdaderamente la ciencia a la poesía y el arte?
La respuesta es que Serres cree firmemente que la viabilidad y la vitalidad de la ciencia dependen de hasta qué punto esté abierta a su otro poético. La ciencia sólo avanza si recibe una infusión de algo caído del cielo, algo impredicible y milagroso. El impulso poético es la sangre vital de la ciencia natural, no su némesis.
La poesía es el camino del viajero abierto a lo inesperado y siempre dispuesto a establecer nexos inesperados entre objetos y lugares.
En su libro El parásito, Serres recuerda que "parásito" también significa ruido. Un parásito es un ruido en un canal.
El ruido es lo que no se comunica; está ahí como una especie de caos, como ese tercer elemento emprírico del mensaje, la parte accidental, la parte de la diferencia que queda excluida. Todo formalismo (las matemáticas, por ejemplo) se basa en la exclusión de ese tercer elemento.
Todo formalismo es un modo de pasar de un área de conocimiento a otra. Comunicar es moverse dentro de una clase de objetos que poseen la misma forma. La forma debe extraerse de la cacofonía del ruido; la forma (comunicación) es la exclusión del ruido, una huida del ámbito de lo empírico.
Serres se ocupa del tema del ruido y la comunicación para demostrar que "el ruido forma parte de la comunicación"; no puede eliminarse del sistema. El ruido requiere cierto desciframiento, porque hace más difícil la lectura de un mensaje. Pero, sin él, no habría mensaje. Es decir, no existe mensaje sin resistencia.
A juicio de Serres, no estimular al lector para que halle la coherencia en su trabajo es dejarlo estéril y sujeto al colapso que aguarda inevitablemente a todos los sistemas cerrados.
En la historia de la física, Serres ha afirmado que Lucrecio se adelanta al marco de la física moderna. De rerum natura (De la naturaleza de las cosas) se ha tratado convencionalmente como una obra poética con escasa relevancia para la ciencia moderna.
Pero, según explica Serres, la turbulencia de todo tipo es fundamental para el sistema de Lucrecio. Con la idea del clinamen -la variación infinita en el curso de la trayectoria de un objeto-, Lucrecio anticipa la teoría del desorden -entropía- de la física moderna.
Sin embargo, más que esto, Serres pretende mostrar que es posible producir matemática a partir de lo que escribió Lucrecio en el último siglo antes de Cristo.
Por extensión, la historia de la ciencia está también sometida a turbulencia: está sujeta a conexiones aleatorias de todo tipo entre diversas áreas. Contra la rígida ordenación convencional, Serres propone el desorden relativo de la poesía, es decir, del milagro, del azar y la excepción.
Extracto del ensayo de Lechte sobre el pensamiento de Michel Serres. Por Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)
Dos figuras impregnan la oeuvre de Michel Serres: Hermes y Arlequín. Hermes, el viajero e intermediario, permite el movimiento en y entre las diversas áreas de la vida social. El arlequín es un payaso multicolor que representa el caos de la vida.
Dos ámbitos de interés especial para quien viaja por el conocimiento son los de las ciencias naturales y las humanidades. ¿Debe abrirse verdaderamente la ciencia a la poesía y el arte?
La respuesta es que Serres cree firmemente que la viabilidad y la vitalidad de la ciencia dependen de hasta qué punto esté abierta a su otro poético. La ciencia sólo avanza si recibe una infusión de algo caído del cielo, algo impredicible y milagroso. El impulso poético es la sangre vital de la ciencia natural, no su némesis.
La poesía es el camino del viajero abierto a lo inesperado y siempre dispuesto a establecer nexos inesperados entre objetos y lugares.
En su libro El parásito, Serres recuerda que "parásito" también significa ruido. Un parásito es un ruido en un canal.
El ruido es lo que no se comunica; está ahí como una especie de caos, como ese tercer elemento emprírico del mensaje, la parte accidental, la parte de la diferencia que queda excluida. Todo formalismo (las matemáticas, por ejemplo) se basa en la exclusión de ese tercer elemento.
Todo formalismo es un modo de pasar de un área de conocimiento a otra. Comunicar es moverse dentro de una clase de objetos que poseen la misma forma. La forma debe extraerse de la cacofonía del ruido; la forma (comunicación) es la exclusión del ruido, una huida del ámbito de lo empírico.
Serres se ocupa del tema del ruido y la comunicación para demostrar que "el ruido forma parte de la comunicación"; no puede eliminarse del sistema. El ruido requiere cierto desciframiento, porque hace más difícil la lectura de un mensaje. Pero, sin él, no habría mensaje. Es decir, no existe mensaje sin resistencia.
A juicio de Serres, no estimular al lector para que halle la coherencia en su trabajo es dejarlo estéril y sujeto al colapso que aguarda inevitablemente a todos los sistemas cerrados.
En la historia de la física, Serres ha afirmado que Lucrecio se adelanta al marco de la física moderna. De rerum natura (De la naturaleza de las cosas) se ha tratado convencionalmente como una obra poética con escasa relevancia para la ciencia moderna.
Pero, según explica Serres, la turbulencia de todo tipo es fundamental para el sistema de Lucrecio. Con la idea del clinamen -la variación infinita en el curso de la trayectoria de un objeto-, Lucrecio anticipa la teoría del desorden -entropía- de la física moderna.
Sin embargo, más que esto, Serres pretende mostrar que es posible producir matemática a partir de lo que escribió Lucrecio en el último siglo antes de Cristo.
Por extensión, la historia de la ciencia está también sometida a turbulencia: está sujeta a conexiones aleatorias de todo tipo entre diversas áreas. Contra la rígida ordenación convencional, Serres propone el desorden relativo de la poesía, es decir, del milagro, del azar y la excepción.
Extracto del ensayo de Lechte sobre el pensamiento de Michel Serres. Por Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)
Termino de leerlo.(el enlace sobre Marx) Bueno creo que hace bastante tiempo lo había leído, el amigo alemán hace de las suyas en mi cerebro.
ResponderEliminarUna cosa está clara, y los momentos actuales así lo verifican. El concepto/realidad de capitalismo/capitalistas, está tocando a su fin tal y como se entendía hasta ahora.
Por otro lado aclarar que todos los recelos existentes sobre el Marxismo, lógicos por otro lado, desaparecerían si se conceptuase el marxismo como lo que es, una teoría económica, no un sistema político.
En cuanto a esta entrada sobre ciencia versus poesía, totalmente de acuerdo. De hecho la todopoderosa Microsotf, no sólo contrata informáticos, también filófosos y la razón es bien sencilla,"tienen imaginación".
La Historia del hombre no es lineal, avanzamos a saltos, saltos propiciados por individuos, el problema es que los necios, los "bultos" son más que los realmente inteligentes. Habría que hacer una gran revolución cultural. pero ¿quien pone el cascabel al gato?
Un abrazo. Se Bueno y Peca Mucho.
Dice Steven Pinker que: "El cerebro es un producto de la evolución, y así como los cerebros de los animales tienen sus limitaciones, nosotros tenemos las nuestras. Nuestro cerebro no puede retener cien números en la memoria, no puede visualizar un espacio de siete dimensiones y quizá tampoco puede comprender intuitivamente por qué el procesamiento de la información neural que observamos desde fuera debería dar lugar a la experiencia subjetiva interna. Me inclino por ello, aunque admito que la teoría podría ser demolida en el momento en que un genio aún no nacido -un Darwin o un Einstein de la conciencia- aparezca con una asombrosa nueva idea que de repente nos haga verlo todo claro".
ResponderEliminarSteven Pinker es catedrático de psicología en Harvard y autor de El instinto del lenguaje, Cómo funciona la mente y La tabla rasa.
Hola Malo Malísimo:
ResponderEliminarDe acuerdo contigo, además entiendo que se ha de desmitificar a Marx; el mismo Marx así nos lo pediría, te dejo un enlace a un artículo que escribí hace tiempo sobre este tema:
CARLOS MARX solía decir: "Todo lo que sé es que yo no soy marxista" .
Un abrazote amigo.
Hola de nuevo amig@s:
ResponderEliminarLa referencia a Steven Pinker deja constancia que las sugerencias que realiza nuestro amigo Anónimo las tengo en consideración. El artículo de Steven Pinker que se enlaza es muy bueno.
Abrazotes amig@s.
Para cada uno de nosotros la conciencia es la vida misma, por esta razón dijo Woody Allen: "No quiero conseguir la inmortalidad por medio de mi obra. Quiero conseguirla no muriéndome." Y la convicción de que otros también pueden sufrir y prosperar como nosotros mismos es la esencia de la empatía y el fundamento de la moralidad.
ResponderEliminarSteven Pinker
Hola amigo Anónimo:
ResponderEliminarMira la coincidencia que existe entre lo que se manifiesta sobre Richard Dawkins en la wikipedia, esto es, "La teoría darwiniana de la selección natural o «supervivencia de los más aptos» deriva, según Dawkins, de una ley más general, anterior incluso a la vida terrestre, predominante en todo el universo: la supervivencia de lo estable y el rechazo de lo inestable". Y el contenido de los enlaces que te dejaba en el post anterior que te dedicaba:
Sobre Entropía y Neguentropía, Respuesta a Rafael Pla
Las Leyes Generales de la Dialéctica como guía teórico práctica de una acción eficaz
Un abrazote amig@. Y que saludables son estas coincidencias.
Me gusta tu blog,
ResponderEliminarhttp://africapuente.wordpress.com/