Antes de hacer mi aportación en el blog de Guillermo quisiera decir, en relación a los post anteriores, que me sumo a las aportaciones de Juanlu, Paco Martín y Carlos db, en relación a la descripción del perfil del gobierno regional, más preciso sería denominarlo, como ellos hacen, de "gobierno de perfil discreto" o lo que es lo mismo, gobierno de gestión. Mis aportaciones, aunque puedan parecer críticas, van en ese sentido, en el de estimular la mejora de una gestión que como toda gestión (la haga quien la haga) siempre es manifiestamente mejorable. Por otra parte, no hemos de renunciar a la crítica; sino mas bien a reinterpretarla (como todo en esta vida para darle vida). Un ejemplo en este sentido que digo, del autor que en el post anterior os citaba, y que os sugiero leer es el siguiente: Miguel de Unamuno y Don Quijote
Respondiendo a lo que plantea Guillermo, en este blog más libre que puede haber como dice su autor, he de decir que mi preocupación es exactamente la expuesta en el párrafo anterior, la gestión, cómo se gestionan las cosas, que metodología se usa para ello y cómo y por quién se evalúa. Ahí está el meollo de la cuestión que vale tanto para mejorar nuestro sistema educativo, como para hacernos avanzar en nuestro desarrollo económico.
Mira Guillermo, creo que en este país hay un pequeño lío sobre la función y el papel de cada cual en esta estructura organizada que se llama sociedad. Ciertos poderes públicos han suplantado a la ciudadanía, seguramente se deba a la juventud de nuestra democracia. Pero la constitución es clara a este respecto. Si la soberanía nacional reside en el pueblo, es a este a quien le corresponde hablar y decidir permanentemente lo que se debe de hacer. El poder ejecutivo a lo suyo, ser un instrumento de la ciudadanía (un altavoz de esta) para que la Administración sirva eficazmente al pueblo soberano en el sentido que este establece. El poder legislativo a legislar sin entrar en confrontación permanente entre quienes lo componen como hasta ahora viene sucediendo, y tiñendo las leyes del porcentaje de representación que a cada partido el pueblo le ha otorgado; más que otra cosa por eficacia, así no hay que estar a cada cambio de gobierno modificándolas. Y el poder judicial, que te voy a decir del poder judicial que tod@s no sepamos; bueno sería que fuera también elegible democráticamente, pues su independencia debe de serlo del poder ejecutivo y del legislativo, pero no del popular.
Recibid un muy fuerte abrazo de vuestro incondicional amigo Javier Caso Iglesias
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