Estoy de acuerdo con Guillermo Fernández Vara en su criterio de que "Hay que buscar soluciones a los problemas de una sociedad nueva, porque los métodos con los que nos educaron nuestros padres, no nos sirven para educar a nuestros hijos".
Desde mi punto de vista, no obstante, hay que tener en cuenta y valorar profundamente las acciones que desde la administración se deben de llevar a cabo.
Hay que analizar pormenorizadamente la eficacia práctica, por ejemplo, de la posibilidad de que las nuevas ayudas que se den a las familias no se vinculen exclusivamente a la renta económica, si no que se tengan en cuenta otros factores como el grado de implicación de los padres en la educación de sus hijos y el compromiso de las familias en colaborar con un modelo de sociedad que favorezca la convivencia entre las personas.
Esta posibilidad descrita está bien para familias con un entorno social, educativo y cultural determinado, pero generalizarlo no creo que sea la solución. Se nos van a presentar circunstancias en que las familias no sepan o no puedan garantizar su implicación en la educación de sus hijos, e incluso situaciones en que esta implicación puede resultar desaconsejable. Los denominados barrios de acción preferente son un ejemplo manifiesto de esta evidencia que expongo.
Ante esta realidad hay que arbitrar otro tipo de iniciativas en el que toda la responsabilidad y la asunción de actuaciones ha de estar en manos exclusivas de la administración. Garantizando tutelajes efectivos avaladores y aseguradores del éxito formativo y educativo de estas inocentes criaturas que en nada son responsables por haber nacido en los desfavorables entornos sociales y familiares en los que han sido germinados.
Fdo.: Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)
Desde mi punto de vista, no obstante, hay que tener en cuenta y valorar profundamente las acciones que desde la administración se deben de llevar a cabo.
Hay que analizar pormenorizadamente la eficacia práctica, por ejemplo, de la posibilidad de que las nuevas ayudas que se den a las familias no se vinculen exclusivamente a la renta económica, si no que se tengan en cuenta otros factores como el grado de implicación de los padres en la educación de sus hijos y el compromiso de las familias en colaborar con un modelo de sociedad que favorezca la convivencia entre las personas.
Esta posibilidad descrita está bien para familias con un entorno social, educativo y cultural determinado, pero generalizarlo no creo que sea la solución. Se nos van a presentar circunstancias en que las familias no sepan o no puedan garantizar su implicación en la educación de sus hijos, e incluso situaciones en que esta implicación puede resultar desaconsejable. Los denominados barrios de acción preferente son un ejemplo manifiesto de esta evidencia que expongo.
Ante esta realidad hay que arbitrar otro tipo de iniciativas en el que toda la responsabilidad y la asunción de actuaciones ha de estar en manos exclusivas de la administración. Garantizando tutelajes efectivos avaladores y aseguradores del éxito formativo y educativo de estas inocentes criaturas que en nada son responsables por haber nacido en los desfavorables entornos sociales y familiares en los que han sido germinados.
Fdo.: Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)
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