jueves, 6 de septiembre de 2007

La manía de zapa de los segundones

Que manía tienen los segundones de los partidos políticos por enmendar la plana de aquellos que ganan las elecciones y cuentan con el respaldo y el beneplácito de la ciudadanía. Que obsesión arrebatada por estar siempre haciendo la zapa, por generar fastidio y malestar; por ningunear aquello en lo que no tienen arte ni parte.

En esta situación parece ser que se sitúan por sus declaraciones y actos Solbes y Almunia, los cuales empeñados están en hacer el feo y poner en evidencia las políticas sociales que en beneficio de los más desfavorecidos están impulsando tanto el presidente del gobierno de España, Rodríguez Zapatero, como el presidente de Andalucía, Manuel Chaves.

El desencadenante de la inquina contra Zapatero ha sido el "cheque bebé" por este propuesto y el principio de la ojeriza contra Manuel Chaves han sido las subvenciones a la vivienda que en Andalucía se van a garantizar como derecho.

No me extraña que, como los medios de comunicación constatan, el inquilino de La Moncloa esté seguro de que Solbes no seguirá cuando acabe la legislatura. Y que Almunia claramente se autodescarte para sustituirle en la vicepresidencia.

Desde mi humilde punto de vista Solbes debería haberse caracterizado por actuar no solamente como gestor de las cuentas de España, sino como promotor e incentivador del desarrollo empresarial e industrial del país. Otro gallo así nos cantaría. No existirían preocupaciones de ningún tipo por el aumento del gasto social y las turbulencias económicas serían cosas de otros; pues nos sobrarían recursos para todas aquellas iniciativas que nos propusiéramos emprender.

En conclusión, no achaquen a otros, los meros y simples gestores Solbes y Almunia, sus incapacidades y limitaciones como promotores de desarrollo económico y empresarial. Desarrollo económico y empresarial que, como todos ya sabemos, es la única vía posible de generación de recursos, cotizaciones, competitividad, riqueza y empleo que un país tiene.

Fdo.: Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)

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