sábado, 23 de junio de 2012

Socialismo en libertad, nada más y nada menos

Le digo a mi compañero y amigo Rafael Sainz, Secretario General de ISI-ISC, promotor de CONSTRUYENDO LA IZQUIERDA, así como  miembro fundador de Socialistes i Republicans, que la línea que debemos de seguir es la que personas como él están  desarrollando en la práctica, la de acercar posturas, la de buscar confluencias y acercamientos.

La urgencia de la situación así lo requiere y esta práctica que estamos llevando a cabo, esta conducta generosa, altruista,  abierta a los demás, incluyente, participativa, horizontal y adhocrática es lo que en realidad es el socialismo. Como nos  sugiriera Marx en su Tesis XI sobre Feuerbach: "Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo,  pero de lo que se trata es de transformarlo".

Esta línea de actuación que certeramente están desarrollando nuestros compañeros y compañeras en Catalunya es lo que marca la  diferencia, esta es la verdadera filosofía de la praxis. Ya es hora de pasearnos a cuerpo, como dijo el poeta. Sin complejos  y sin corazas, sin recelos de los demás. Haciendo socialismo que, para hacerse, requiere mano tendida y ejemplo; pues lo  nuestro es conformar unas relaciones sociales y de producción diferentes y antagónicas a las actuales. Si eso no cambia, si  eso no somos capaces de cambiarlo, todo serán palabras vacías. La historia nos muestra muchos ejemplos de ello. Nosotros no  hemos de volver a caer en el error. No se trata de cambiar un capitalismo por otro, no queremos solo una socialización de los  medios de producción como la que se llevó a cabo en la URSS; hemos de ir más allá.

Si no cambiamos las relaciones sociales y de producción todo lo que construyamos será endeble y perecedero, la historia nos  muestra con múltiples ejemplos la certeza de esto que digo. Nuestra apuesta es una socialización en su conjunto, gradual,  pero en su conjunto. Socializar los medios de producción está bien, pero lo más vital e importante para que se produzca un  cambio es la socialización de las relaciones sociales y de producción. Socialización que no puede esperar al día X de la  revolución Y. Este es un proceso permanente y constante, pues se trata de un proceso de adquisición de nuevas conductas, de  nuevos comportamientos: horizontales, participativos, democráticos, adhocráticos, conformados desde la empatía y la  afectividad.

Socialismo es, por tanto, libertad. Libertad para relacionarnos en un plano de igualdad y sin sometimientos, de no ser así no  será; y este plano de igualdad no sometida se adquiere en la práctica, relacionándonos, poniendo el libertad los elementos de  la nueva sociedad.

Carlos Marx, en su análisis de la Comuna de París, escribió: ”La clase obrera no esperaba milagros de la Comuna. No tienen  utopías ya hechas para introducir par decret du peuple (por decreto del pueblo). Saben que para lograr su propia  emancipación, y junto a ella esa forma más elevada a la cual la presente sociedad tiende irresistiblemente, a través de sus  propios agentes económicos, tendrán que pasar por largas luchas, por una serie de procesos históricos, transformando las  circunstancias y los hombres. No tienen que realizar ideales, sino poner en libertad los elementos de la nueva sociedad  preñada con las viejas fuerzas erosionantes que la sociedad burguesa lleva dentro de sí”. Carlos Marx (La guerra civil en  Francia).

Socialismo es eso, pues los socialistas "no tienen utopías ya hechas para introducir par decret du peuple (por decreto del  pueblo)"; los socialistas "no tienen que realizar ideales, sino poner en libertad los elementos de la nueva sociedad",  "transformando las circunstancias y los hombres" Y poner en libertad "transformando las circunstancias y los hombres" no es  otra cosa que una conducta, un comportamiento que se alcanza al democratizar las relaciones sociales y de producción. Si nos  quedamos solo en socializar los medios de producción llegaremos, como mucho, a la fase alcanzada por la URSS o en la que está China, conocida como Capitalismo Monopolista de Estado que es el mayor nivel a que puede llegar la socialización de la  producción bajo el capitalismo, pero esto no es socialismo. Lo que cayó en 1991 no fue el socialismo, lo que cayó fue la URSS  capitalista monopolista de Estado.

Socialismo es libertad y la libertad es dar fin a la conformación de capillas, sectarismos y vanguardias en el seno de  nuestra clase social, pues "ni en dioses, reyes ni tribunos, está el supremo salvador. Nosotros mismos realicemos el esfuerzo  redentor" como certeramente indica la letra de la Internacional. Nuestra emancipación ha de ser obra de nosotros mismos, de  no ser así no será; y para emanciparnos hemos de desencadenarnos  primero de tanta fantasmagoría, de tanta reificación absurda como tenemos metida en nuestra cabeza, pues, en palabras de Wilhelm Reich: "Los grandes hechos son siempre muy  simples". Socialismo en libertad, nada más y nada menos.

Socialismo en libertad.-

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