Cuando uno no espera lo inesperado nunca lo encontrará

También la opción que nos expone nuestro buen amigo Helios se puede transformar en su contraria, cuestión esta que no estaría nada mal; esto es, elaborar nosotros como ciudadanos un "programa político moderadamente desmenuzado, dotado de plazos para el cumplimiento de sus objetivos y con descripción precisa del equipo humano de referencia, de las personas que conseguirán liderar el programa de acción". Miguel Ángel (ElSrM) lo indica muy bien: "Cuando nos pusimos con el programa de la INICIATIVA 15% fue lo que hicimos, salvo en los plazos y los equipos humanos responsables, cosas que, obviamente, no están en nuestra mano en este momento."

- A ver Dialéctico, tu no recuerdas aquella sugerencia de Don Galileo Galilei que decía que "no se puede enseñar nada a nadie, solo ayudarlo -si se deja- a que lo piense con su propia cabeza. O aquellas otras, aún más lejanas en el tiempo, que expresaban que "cuando el oído es capaz de oír, entonces vienen los labios que han de llenarlos con sabiduría" o, lo que es lo mismo, que "los labios de la sabiduría permanecen cerrados, excepto para el oído capaz de comprender".

- Tienes razón amigo Daimon, así que todo es más sencillo de lo que parece. O sea, para que nos entendamos, que, como nos indicaban los filósofos de la antigüedad, "los problemas sólo se le presentan a aquellos que tienen la capacidad para resolverlos"; esto es, que las soluciones, como las ideas "sólo surgen cuando ya se dan las condiciones materiales para su realización".

- Dialéctico, es más sencilla aún la forma que tenía Heráclito de expresarlo, recuerda que "cuando uno no espera lo inesperado nunca lo encontrará, pues de otro modo no sería esto impenetrable ni inaccesible".

- Esto me suena mucho, es algo parecido a la sugerencia de San Mateo, esa que nos recomendaba que "todo aquello que pidáis, creed que lo recibiréis, y os será concedido". Pero de ser esto así ¿qué lugar le dejamos a la ciencia?

- Las Ciencias no dicen nada. Son (somos) los científicos los que creamos las ciencias, promulgamos axiomas y definimos leyes naturales que están ahí, al margen de lo que hagamos o pensemos. Ya conocéis el dicho "La ciencia se rige por casualidades". Para no ser menos, la teoría de las cuerdas -por ejemplo- surgió por casualidad. La desenmascaró un italiano llamado Gabriele Veneziano que, intentando encontrar unas ecuaciones para describir la fuerza nuclear fuerte, se confundió de libro. Se puso a ojear una obra de curiosidades matemáticas para intentar desinhibirse de todo el lío que tenía en la cabeza. Pero entonces se dio cuenta de que una de las ecuaciones que aparecía en esta obra, repito, como una simple curiosidad matemática (Ecuación de Euler) describía perfectamente la fuerza nuclear fuerte y ciertas interacciones. Entonces se le encendió una bombillita en su cabeza. Ese fue el inicio de esta teoría.

- En definitiva, si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.

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