Ayer decía "sugiero prestarle mucha atención a nuestro amigo Psicólogo egresado de la Universidad de Buenos Aires y Psicoterapeuta, luego explicaré por qué". La verdad es que luego no expliqué por qué había que prestar mucha atención a lo que decía Ricardo Musso.
No obstante sabía que no haría falta decirlo, pues nuestro Ricardo estuvo ágil en decirnos: "Te faltó, a mi gusto personal, el resto del comentario donde decía que lamentaba no haber podido expresarme antes, y que a la hora que lo pude hacer era muy tarde y estaba muy cansado, y que, por otro lado, clasificarte como AUTOCRÁTICO era una chanza".
Antes de adentrarme en la entrada de hoy decir a mis amig@s Verónica, Ileana, Ricardo, Ruth, A.Tapadinhas, Malo Malísimo, Marisitos, Nieves, Ana, Rukaegos y a tod@s l@s que interactuais en este blog que me quito el sombrero ante vuestras intervenciones. Es fantástico comprobar que la parte de los comentarios de este blog, la que vosotr@s hacéis posible, supera ampliamente a las entradas que sube este trovador errante que diría mi admirado Silvio Rodríguez. Sobre esta cuestión no me queda añadir más que recomendar encarecidamente a los lectores de esta bitácora que se pasen por sus comentarios, el nivel, como dice nuestra Marisitos, es altísimo.
Ayer también me declaraba un buscador de las reglas del juego, hoy me pregunto ¿en realidad sirve para algo encontrar las reglas del juego? más cuando sabemos que la diferencia entre un ser libre y una persona sometida la marca su capacidad para jugar.
Nos dice Benito Jerónimo Feijoo, uno de los mayores filósofos del siglo XVIII, que "el que no tiene genio nunca es elocuente por más que haya estudiado las reglas de la retórica".
A lo cual añade "He visto (¿y quién no los habrá visto?), muchos escolásticos que tenían en la uña todas las reglas de las Súmulas y apenas razonaban justamente en materia alguna; al contrario experimenté muchos sujetos que razonaban admirablemente, sin noticia alguna de los preceptos de la Lógica. Éstos, sin haber oído jamás hablar de apelaciones, suposiciones, ampliaciones, restricciones, conversiones, equipolencias, modalidades, etc., guiados de la luz nativa de su entendimiento, prueban lo que proponen, sin incurrir en alguno de los vicios que van a precaver aquellas reglas. Y aquellos, después de quebrarse mucho la cabeza en mandarlas a la memoria, trompican contra ellas a cada paso. Lo cual consiste en que para hablar y discurrir con acierto, más vale un buen golpe de ojo del entendimiento que muchos repasos de las reglas".
En la capacidad para jugar, más que en el conocimiento de las reglas de juego, está la diferencia entre un ser libre y una persona sometida ¿Estáis de acuerdo con ello?
Ya sabéis lo que solía decir Alfred Adler: "Todo puede ser así, como también todo lo contrario".
No obstante sabía que no haría falta decirlo, pues nuestro Ricardo estuvo ágil en decirnos: "Te faltó, a mi gusto personal, el resto del comentario donde decía que lamentaba no haber podido expresarme antes, y que a la hora que lo pude hacer era muy tarde y estaba muy cansado, y que, por otro lado, clasificarte como AUTOCRÁTICO era una chanza".
Antes de adentrarme en la entrada de hoy decir a mis amig@s Verónica, Ileana, Ricardo, Ruth, A.Tapadinhas, Malo Malísimo, Marisitos, Nieves, Ana, Rukaegos y a tod@s l@s que interactuais en este blog que me quito el sombrero ante vuestras intervenciones. Es fantástico comprobar que la parte de los comentarios de este blog, la que vosotr@s hacéis posible, supera ampliamente a las entradas que sube este trovador errante que diría mi admirado Silvio Rodríguez. Sobre esta cuestión no me queda añadir más que recomendar encarecidamente a los lectores de esta bitácora que se pasen por sus comentarios, el nivel, como dice nuestra Marisitos, es altísimo.
Ayer también me declaraba un buscador de las reglas del juego, hoy me pregunto ¿en realidad sirve para algo encontrar las reglas del juego? más cuando sabemos que la diferencia entre un ser libre y una persona sometida la marca su capacidad para jugar.
Nos dice Benito Jerónimo Feijoo, uno de los mayores filósofos del siglo XVIII, que "el que no tiene genio nunca es elocuente por más que haya estudiado las reglas de la retórica".
A lo cual añade "He visto (¿y quién no los habrá visto?), muchos escolásticos que tenían en la uña todas las reglas de las Súmulas y apenas razonaban justamente en materia alguna; al contrario experimenté muchos sujetos que razonaban admirablemente, sin noticia alguna de los preceptos de la Lógica. Éstos, sin haber oído jamás hablar de apelaciones, suposiciones, ampliaciones, restricciones, conversiones, equipolencias, modalidades, etc., guiados de la luz nativa de su entendimiento, prueban lo que proponen, sin incurrir en alguno de los vicios que van a precaver aquellas reglas. Y aquellos, después de quebrarse mucho la cabeza en mandarlas a la memoria, trompican contra ellas a cada paso. Lo cual consiste en que para hablar y discurrir con acierto, más vale un buen golpe de ojo del entendimiento que muchos repasos de las reglas".
En la capacidad para jugar, más que en el conocimiento de las reglas de juego, está la diferencia entre un ser libre y una persona sometida ¿Estáis de acuerdo con ello?
Ya sabéis lo que solía decir Alfred Adler: "Todo puede ser así, como también todo lo contrario".
¡Hola Javier!
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con lo que decía, Benito Jerónimo Feijoo.
Sabes, no me avergüenza decir que no tengo grandes estudios, que no he estudiado casi nada de filosofía o de psicología (todo que estudie en la escuela de esas materias, se puede decir que es practicamente nulo y olvidado); pero eso no me echa pa' tras... quiero decir que no me impide opinar sobre estos asuntos.
Me da pena un poco por ti, por Ricardo y por los demás que tenéis que leer mis comentarios, entradas; que únicamente se basan en mi sentido común, en mi poca experiencia...y siendo "únicamente guiada por esa luz nativa de mi entendimiento", jajaja. Me doy cuenta de que debéis de tener todos mucha paciencia conmigo, cosa que os agradezco.
Un saludo.
En realidad, aprender y dominar las reglas sólo sirve en realidad cuando lo utilizamos para vivir, experimentar, crecer. Lo que paradójicamente suele significar deshacernos de las reglas.
ResponderEliminarPongo un ejemplo, porque no me entiendo ni yo. Música, normas de la harmonía clásica: Son imprescindibles para entender las diversas piezas de la literatura musical, para educar el oído en las sensaciones de tensión, distensión y atracción que supone el sonido ordenado. Unos apoyos esenciales sin los que nunca aprenderíamos a caminar con tino.
Pero si analizáramos las fugas de Bach o las Sonatas de Beethoven embutidos en el corsé de la norma encontraríamos que hay más excepciones casi que aplicaciones canónicas de las reglas. Y puede que en esas rupturas esté la genialidad de uno y de otro. Las reglas fueron imprescindibles para crecer y asentar el conocimiento; romperlas esencial para descubrir la propia identidad.
Un saludo
Conozco las reglas del mus pero lo juego fatal. Menos mal que en la vida me sirvo del sentido común.
ResponderEliminarHola Ileana, hola Rukaegos, hola Marisitos:
ResponderEliminar- Ileana, yo soy eso que se denomina un "descamisao". Expresión que utilizaba Alfonso Guerra. Soy un autodidacta, el sistema educativo congenia muy mal conmigo, termino siempre discutiendo con los docentes. No me convencen sus métodos. Soy como los gorriatos, si se los mete en una jaula mueren. Lo mio también es el sentido común, no obstante hago esfuerzos por adaptarme a las normas, fundamentalmente para insatisfacerme más con ellas y luchar con más energía para modificarlas.
- Rukaegos, muy buena definición, las reglas sólo valen para deshacernos de ellas. Una gran definición.
- Marisitos, muy acertado tu comentario, pues es lo que suele pasar cuando se aprenden las reglas, que se termina jugando mal. En la vida ocurre lo mismo, mejor guiarse por el sentido común.
Recibid un muy fuerte abrazote amig@s.
Estoy de acuerdo. Juguemos. ;)
ResponderEliminarHola Ileana!.
ResponderEliminarLa paciencia es necesaria cunado hay que abrirse a concebir cosas nuevas, y como todo lo desconocido, a veces cuesta entender.
La alternativa más sencilla, por falta de paciencia, es rechazar, descalificar y desacreditar lo desconocido.
Yo no necesito recurrir a la paciencia porque te entiendo claramente, siempre que te he leído, tienes la habilidad de llamar a Pan, Pan y al Vino, Vino, y aunque tuviera que acudir a ella para entenderte, no tendría ningún problema en hacerlo porque algún aprendizaje me quedaría de ese esfuerzo con seguridad!.
Cariños.
Muy buena tu entrada Javier!
Felicitaciones.
Rik
¡Buenas noches!
ResponderEliminarIleana, aquí hay otra autodidacta, alguien que movida por demasiadas o escasas inquietudes, todo depende de como se vea, o quiera cada uno opinar, me muevo por perseguir una meta en plural, una meta que me tachan de ilusa, pues me encantaría que este mundo fuera más igualitario.
Nadie es más que nadie, todos tenemos un gran potencial humano, algunos lo perciben antes que otros, algunos han estudiado hasta la médula y su carisma humano deja mucho que desear, de igual manera que otros con nuestra peculiar manera de ser, conseguimos entender y percibir donde grandes doctos no han conseguido ni conseguirán llegar.
Un abrazote a todos.
capacidad para jugar, y no olvides la sensatez...besis
ResponderEliminarHola a todos, Ileana, lo mejor y mas "caro" que alguien puede tener es el sentido común, que como acá decimos es el menos común de los sentidos, y calidez, a mi me da mucho gusto leerte, ni imaginás como me he sentido identificada con tu "impaciencia". Javier, también hago un esfuerzo para adaptarme a las normas, lo entiendo al dedillo, intentar modificarlas también puede ser un juego.
ResponderEliminarMuy buena tu propuesta de hoy!
Un cariño grande
Las reglas, son caminos que otros han andado hacia un conocimiento concreto.Si no te sales del camino, nunca podrás ir más lejos.
ResponderEliminarHola Likuid, hola Ricardo, hola Ruth, hola Satine, hola Ana, hola Chuly:
ResponderEliminarPaciencia, siempre pacientes. La paciencia es una virtud revolucionaria. Pero una paciencia como la que nos plantea Ileana, una paciencia impaciente. Cómo me gusta ligar contrarios. Ese es el secreto de una buena pareja. Hacer de la paciencia impaciencia y de la impaciencia paciencia. Así siempre acertaremos. Solemos ser pacientes cuando hay que ser impacientes y pacientes cuando las situaciones requieren impaciencia, pero somos así. Como diría mi admirado Leucipo de Mileto "todo ocurre necesariamente y por alguna razón".
- Likuid, muy buena apuesta. Jugar, hay que jugar. No tenemos que perder las perspectiva lúdica, la ludicidad ha de estar presente en todas nuestras acciones.
- Ricardo, me sumo a tu valoración, nuestra Ileana tiene la habilidad de llamar a Pan, Pan y al Vino, Vino.
- Ruth, como bien dices: "Nadie es más que nadie, todos tenemos un gran potencial humano, algunos lo perciben antes que otros, algunos han estudiado hasta la médula y su carisma humano deja mucho que desear, de igual manera que otros con nuestra peculiar manera de ser, conseguimos entender y percibir donde grandes doctos no han conseguido ni conseguirán llegar".
- Satine, mucha capacidad para pensar y mucha sensatez insensata o insensatez sensata. Un poco de locura ha tener el juego, locura consecuente.
- Ana, adaptémonos para desadaptar. Me sumo a tu empeño por hacer normas humanas. Adaptemos las normas a los seres humanos, no lo seres humanos a las normas.
- Chuly, la valentía de los trazadores de caminos es que hicieron esos caminos cuando se transitaban, entendiéndolos como correctos, otros. Hicieron caminos para mostrarnos que lo más interesante en esta vida no es transitar por ellos disciplinadamente, sino atreverse -como ellos hicieron- a transitar y crear nuevos caminos.
Recibid un muy fuerte abrazote amig@s.
Reglas de juego: la libertad de cada uno termina donde empieza la del otro, respeto, solidaridad y justicia. Por lo demas, control social para eliminar lo negativo y ampliar lo positivo de nuestra convivencia.
ResponderEliminarUn abrazo Javier y abrazos a todas/os
Hola amigo Cruz:
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo. Tus respuestas son muy acertadas y de gran sentido común. Control social para eliminar lo negativo y ampliar lo positivo de nuestra convivencia.
Recibe un muy fuerte abrazote amigo.