viernes, 15 de febrero de 2008

Programación, didáctica y fracaso escolar

La didáctica nos dice que la programación es un instrumento de trabajo del educador que debe constar de cuatro elementos curriculares: Objetivos, esto es, las capacidades a conseguir y potenciar en los alumnos; Contenidos, que se consideran como un instrumento para conseguir los objetivos (aunque a veces parezcan transformarse en un fin en sí mismo); Decisiones Metodológicas, como podrían ser la opción pedagógica, el estilo educativo, los espacios y los materiales; y los Criterios de Evaluación, que prescriben las técnicas e instrumentos de evaluación y que deberían ser permanentes, globales, sistemáticos, reguladores, formativos, continuos, orientadores y autocorrectores (aunque, también a veces, no nos lo parezca ante las evidencias prácticas).

Otra cuestión de la que la Didáctica se ocupa, preocupa e informa es de cómo debe ser esa programación, esto es:
a) No debe de constituir nunca un producto acabado, sino un producto de partida, que a medida que se va poniendo en práctica es revisada y mejorada.
b) Debe de ser flexible y estar sujeta a continuas adaptaciones y remodelaciones.
c) Debe permitir y potenciar la espontaneidad y la creatividad.
d) La programación se debe elaborar como propuesta abierta que no se va a "imponer".
e) El educador, el profesional de la enseñanza, como buen observador adecuará la propuesta en cada momento a las distintas situaciones, modificando, ampliando, incorporando nuevos factores a la misma.
f) Este profesional debe de estar abierto para la escucha, para adaptar, matizar, mejorar su propuesta y su actuación.

Que bonita es la teoría de la programación educativa que la práctica del currículo oculto no sólo trata de negar, sino que niega. Si el currículo oculto se adaptara y fuera coherente con lo que decreta el diseño curricular base, el fracaso escolar, el fracaso académico en general sería historia.

Por Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)

1 comentario:

  1. Javier, te felicito por la pasión dialéctica de tu bitácora, espero que visites la mía si te interesa el sentido común.

    Un abrazo fraternal,

    Rolando

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