En el periódico Salud Extremadura, del Servicio Extremeño de Salud, en el espacio destinado a la Tribuna Sindical, se dirigen al colectivo de profesionales de la salud dos cartas, una desde CCOO y otra desde la UGT que han llamado poderosamente mi atención.
Lo que hace centrar mi interés en ellas es que las dos abordan uno de los temas más sentidos por los asalariados de la institución regional, en concreto proponen, tanto CCOO como UGT, cambios sustanciales en el modelo actual de relaciones laborales de la Junta de Extremadura; y lo hacen con argumentos de muchísimo peso.
UGT manifiesta una valoración negativa de la gestión de los recursos humanos diciendo que esta se ha caracterizado por una falta de interés en abordar los temas pendientes de negociación, por una vulneración reiterada de los principios que la inspiran, estableciendo de forma unilateral incrementos en la jornada laboral, incumpliendo acuerdos firmados en la anterior legislatura, como por ejemplo el de la Atención Primaria, así como el desarrollo de las pruebas de oposición (FEAS) sin temario y con prueba escrita que ha resultado ineficaz para elegir al mejor profesional, extensión de la jornada de tarde, etc...
Por su parte CCOO manifiesta que hay fines que son incompatibles con determinados medios y actuaciones de gestores y directivos, añadiendo que sorprende que no se reflexione sobre las relaciones que deben existir en el gobierno de nuestras instituciones y su política de Recursos Humanos, más si estamos declarando constantemente que los profesionales, los trabajadores en definitiva, son el elemento fundamental sobre el que se basa la atención a la persona.
No termina ahí el correcto y certero análisis de CCOO, pues este sindicato también expresa que existen valores universales que deben ser observados y aplicados en la práctica directiva tales como la transparencia, la veracidad, la prudencia y la justicia; sin ellos la autoridad de esta función puede perder su legitimidad, pues la calidad humana en la función directiva es fundamental para tomar buenas decisiones que deben de formalizarse en una política de gobierno de las personas que tienda a mejorar su grado de satisfacción interna y en relación con el entorno.
No queda más que pedir y desear que, más temprano que tarde, el Equipo de Gobierno de la Junta de Extremadura haga suyas estas razonadas y razonables propuestas sindicales, que compartimos el conjunto de los trabajadores de la institución y adopte aquellas medidas metodológicas y de buenas prácticas que cambien esos hábitos, usos y costumbres, tan inadecuados por obsoletos, burocráticos, oficinescos e impropios del siglo XXI en el que vivimos, de los gestores de Recursos Humanos de la Administración Regional.
Fdo.: Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)
Lo que hace centrar mi interés en ellas es que las dos abordan uno de los temas más sentidos por los asalariados de la institución regional, en concreto proponen, tanto CCOO como UGT, cambios sustanciales en el modelo actual de relaciones laborales de la Junta de Extremadura; y lo hacen con argumentos de muchísimo peso.
UGT manifiesta una valoración negativa de la gestión de los recursos humanos diciendo que esta se ha caracterizado por una falta de interés en abordar los temas pendientes de negociación, por una vulneración reiterada de los principios que la inspiran, estableciendo de forma unilateral incrementos en la jornada laboral, incumpliendo acuerdos firmados en la anterior legislatura, como por ejemplo el de la Atención Primaria, así como el desarrollo de las pruebas de oposición (FEAS) sin temario y con prueba escrita que ha resultado ineficaz para elegir al mejor profesional, extensión de la jornada de tarde, etc...
Por su parte CCOO manifiesta que hay fines que son incompatibles con determinados medios y actuaciones de gestores y directivos, añadiendo que sorprende que no se reflexione sobre las relaciones que deben existir en el gobierno de nuestras instituciones y su política de Recursos Humanos, más si estamos declarando constantemente que los profesionales, los trabajadores en definitiva, son el elemento fundamental sobre el que se basa la atención a la persona.
No termina ahí el correcto y certero análisis de CCOO, pues este sindicato también expresa que existen valores universales que deben ser observados y aplicados en la práctica directiva tales como la transparencia, la veracidad, la prudencia y la justicia; sin ellos la autoridad de esta función puede perder su legitimidad, pues la calidad humana en la función directiva es fundamental para tomar buenas decisiones que deben de formalizarse en una política de gobierno de las personas que tienda a mejorar su grado de satisfacción interna y en relación con el entorno.
No queda más que pedir y desear que, más temprano que tarde, el Equipo de Gobierno de la Junta de Extremadura haga suyas estas razonadas y razonables propuestas sindicales, que compartimos el conjunto de los trabajadores de la institución y adopte aquellas medidas metodológicas y de buenas prácticas que cambien esos hábitos, usos y costumbres, tan inadecuados por obsoletos, burocráticos, oficinescos e impropios del siglo XXI en el que vivimos, de los gestores de Recursos Humanos de la Administración Regional.
Fdo.: Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)
No hay comentarios:
Publicar un comentario