Sostiene Louis Menand que se considera a los pensadores Wendell Holmes, William James, Charles S. Peirce y Jonh Dewey como aquellos que cambiaron el modo de pensar, de aprender, de expresar sus ideas y de vivir de los americanos en ámbitos tales como la educación, la democracia, la libertad, la justicia y la tolerancia.
El mismo Menand se pregunta ¿Cuál era la actitud de estos pensadores ante las ideas? A lo que se responde que, al margen de las diferencias personales y filosóficas que existían entre ellos, podemos decir que lo que tenían en común esos cuatro pensadores no era un conjunto de ideas, sino una sola: una idea sobre las ideas. Todos ellos creían que las ideas no están ahí, esperando que se las descubra, sino que son herramientas -como los tenedores y los cuchillos y los microchips- que la gente crea para hacer frente al mundo en que se encuentra. Creían que las ideas no son producidas por individuos sino por grupos de individuos, que las ideas son sociales. Creían que las ideas no se desarrollan según cierta lógica interior propia, sino que son absolutamente dependientes, como los gérmenes, de sus portadores humanos y del ambiente. Y creían que como las ideas son respuestas provisionales a circunstancias particulares e irreproducibles, su supervivencia no depende de su inmutabilidad sino de su adaptabilidad.
Que enorme concordancia encontramos entre estas palabras y las de Paul Feyeraben: "A veces creía que tenia ideas propias; alguna vez todos somos víctimas de tales ilusiones".
Que concomitancia, armonía y afinidad con la definición que Vigotsky da al lenguaje: El lenguaje es la herramienta que posibilita el cobrar conciencia de uno mismo y el ejercitar el control voluntario de nuestras acciones. Ya no imitamos simplemente la conducta de lo demás, ya no reaccionamos simplemente al ambiente, con el lenguaje ya tenemos la posibilidad de afirmar o negar, lo cual indica que el individuo tiene conciencia de lo que es, y que actúa con voluntad propia. En ese momento empezamos a ser distintos y diferentes de los objetos y de los demás.
Otra cuestión a destacar de Wendell Holmes, William James, Charles S. Peirce y Jonh Dewey es la creencia de que las ideas nunca deben convertirse en ideologías -justificando el statu quo o dictando algún imperativo trascendente para renunciar a él- esa era la esencia de su enseñanza.
Que coincidencia con aquella frase de Carlos Marx que decía: El ser humano no tiene ideología que realizar.
Karl Popper ve a Charles S. Peirce como “uno de los filósofos más grandes de todos los tiempos”. Las razones de esta afirmación nos resultan a todos obvias leyendo el siguiente párrafo que nos regala esa enciclopedia universal llamada wikipedia: Peirce adoptó un concepto muy amplio de ciencia que no quedaba restringido a las ciencias entendidas como ciencias de laboratorio. Para él la ciencia no consiste ni única ni principalmente en una colección de hechos o métodos, ni siquiera en un conjunto sistemático de conocimientos; se trata de una actividad social. Esto es, la ciencia es una investigación auto-controlada, responsable y auto-correctiva llevada a cabo por hombres y mujeres reales bajo un mismo principio de cooperación con vistas a un fin muy particular: la consecución de la verdad. En otras palabras, la ciencia es un “proceso vivo” encarnado en un grupo de investigadores y animado por un intenso deseo de averiguar cómo son las cosas realmente, por “un gran deseo de aprender la verdad”. De hecho, dirá Peirce, “el deseo de aprender” es el más importante requisito de la ciencia y la primera regla de la razón. Este requisito viene de la mano de otro precepto que, según Peirce, debería escribirse en todas las paredes de la ciudad de la filosofía: “no bloquear el camino de la investigación”. De acuerdo con su experiencia como científico entrenado en las salas de laboratorio, Peirce quería hacer de la filosofía una ciencia alejada tanto del diletantismo literario como de la filosofía académica tradicional, a la que consideraba animada por un espíritu dogmático y racionalista.
No nos queda otra que descubrirnos ante tan certeros análisis: La ciencia como actividad social, la ciencia como investigación auto-controlada, responsable y auto-correctiva llevada a cabo por hombres y mujeres reales bajo un mismo principio de cooperación con vistas a un fin muy particular: la consecución de la verdad. En resumen, la ciencia como actividad democrática.
Los que en esta línea de pensamiento nos incardinamos y vinculamos a ella las herramientas que creamos, por ejemplo este blog, queremos agradecer desde aquí las contribuciones que quienes colaboran y nos visitan nos hacen con su presencia. El mes pasado fueron 6390 las visitas recibidas, una buena cifra teniendo en cuenta la complejidad de los temas tratados (filosofía, ciencia, didáctica, ...). Gracias de nuevo por ello a todos y todas quienes hacen del pensar una herramienta de futuro; a todos y todas quienes hacen de la ciencia, de la pedagogía, de la reflexión e incluso de las NN.TT, una actividad democrática.
Por Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)
El mismo Menand se pregunta ¿Cuál era la actitud de estos pensadores ante las ideas? A lo que se responde que, al margen de las diferencias personales y filosóficas que existían entre ellos, podemos decir que lo que tenían en común esos cuatro pensadores no era un conjunto de ideas, sino una sola: una idea sobre las ideas. Todos ellos creían que las ideas no están ahí, esperando que se las descubra, sino que son herramientas -como los tenedores y los cuchillos y los microchips- que la gente crea para hacer frente al mundo en que se encuentra. Creían que las ideas no son producidas por individuos sino por grupos de individuos, que las ideas son sociales. Creían que las ideas no se desarrollan según cierta lógica interior propia, sino que son absolutamente dependientes, como los gérmenes, de sus portadores humanos y del ambiente. Y creían que como las ideas son respuestas provisionales a circunstancias particulares e irreproducibles, su supervivencia no depende de su inmutabilidad sino de su adaptabilidad.
Que enorme concordancia encontramos entre estas palabras y las de Paul Feyeraben: "A veces creía que tenia ideas propias; alguna vez todos somos víctimas de tales ilusiones".
Que concomitancia, armonía y afinidad con la definición que Vigotsky da al lenguaje: El lenguaje es la herramienta que posibilita el cobrar conciencia de uno mismo y el ejercitar el control voluntario de nuestras acciones. Ya no imitamos simplemente la conducta de lo demás, ya no reaccionamos simplemente al ambiente, con el lenguaje ya tenemos la posibilidad de afirmar o negar, lo cual indica que el individuo tiene conciencia de lo que es, y que actúa con voluntad propia. En ese momento empezamos a ser distintos y diferentes de los objetos y de los demás.
Otra cuestión a destacar de Wendell Holmes, William James, Charles S. Peirce y Jonh Dewey es la creencia de que las ideas nunca deben convertirse en ideologías -justificando el statu quo o dictando algún imperativo trascendente para renunciar a él- esa era la esencia de su enseñanza.
Que coincidencia con aquella frase de Carlos Marx que decía: El ser humano no tiene ideología que realizar.
Karl Popper ve a Charles S. Peirce como “uno de los filósofos más grandes de todos los tiempos”. Las razones de esta afirmación nos resultan a todos obvias leyendo el siguiente párrafo que nos regala esa enciclopedia universal llamada wikipedia: Peirce adoptó un concepto muy amplio de ciencia que no quedaba restringido a las ciencias entendidas como ciencias de laboratorio. Para él la ciencia no consiste ni única ni principalmente en una colección de hechos o métodos, ni siquiera en un conjunto sistemático de conocimientos; se trata de una actividad social. Esto es, la ciencia es una investigación auto-controlada, responsable y auto-correctiva llevada a cabo por hombres y mujeres reales bajo un mismo principio de cooperación con vistas a un fin muy particular: la consecución de la verdad. En otras palabras, la ciencia es un “proceso vivo” encarnado en un grupo de investigadores y animado por un intenso deseo de averiguar cómo son las cosas realmente, por “un gran deseo de aprender la verdad”. De hecho, dirá Peirce, “el deseo de aprender” es el más importante requisito de la ciencia y la primera regla de la razón. Este requisito viene de la mano de otro precepto que, según Peirce, debería escribirse en todas las paredes de la ciudad de la filosofía: “no bloquear el camino de la investigación”. De acuerdo con su experiencia como científico entrenado en las salas de laboratorio, Peirce quería hacer de la filosofía una ciencia alejada tanto del diletantismo literario como de la filosofía académica tradicional, a la que consideraba animada por un espíritu dogmático y racionalista.
No nos queda otra que descubrirnos ante tan certeros análisis: La ciencia como actividad social, la ciencia como investigación auto-controlada, responsable y auto-correctiva llevada a cabo por hombres y mujeres reales bajo un mismo principio de cooperación con vistas a un fin muy particular: la consecución de la verdad. En resumen, la ciencia como actividad democrática.
Los que en esta línea de pensamiento nos incardinamos y vinculamos a ella las herramientas que creamos, por ejemplo este blog, queremos agradecer desde aquí las contribuciones que quienes colaboran y nos visitan nos hacen con su presencia. El mes pasado fueron 6390 las visitas recibidas, una buena cifra teniendo en cuenta la complejidad de los temas tratados (filosofía, ciencia, didáctica, ...). Gracias de nuevo por ello a todos y todas quienes hacen del pensar una herramienta de futuro; a todos y todas quienes hacen de la ciencia, de la pedagogía, de la reflexión e incluso de las NN.TT, una actividad democrática.
Por Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)
Quiero compartir con tod@s vosotr@s una frase que se recoge en el blog de Ruth, una frase del genial Charles Chaplin:
ResponderEliminarNo luchéis por la esclavitud, sino por la libertad. El el capítulo 17 de San Lucas se lee: "El Reino de Dios no está en un hombre, ni en un grupo de hombres, sino en todos los hombres..." Vosotros los hombres tenéis el poder. El poder de crear máquinas, el poder de crear felicidad, el poder de hacer esta vida libre y hermosa y convertirla en una maravilosa aventura.
Últimamente estamos muy teóricos, eh!! jajaja
ResponderEliminarNo comparto para nada el título de esta entrada, la ciencia no es ni será nunca democrática, pues dejaría de ser ciencia.
Para mí filosofía es cuando la palabra deja de ser un mensaje a transmitir y se convierte en acción de la praxis.
Saludos.
Hola Bitdrain:
ResponderEliminarHas omitido de tu lectura lo que se dice sobre Peirce, te lo dejo de nuevo, pues defiende la concepción democrática de la ciencia que yo entiendo como condición necesaria para que lo sea. A continuación el párrafo que te indico:
Peirce adoptó un concepto muy amplio de ciencia que no quedaba restringido a las ciencias entendidas como ciencias de laboratorio. Para él la ciencia no consiste ni única ni principalmente en una colección de hechos o métodos, ni siquiera en un conjunto sistemático de conocimientos; se trata de una actividad social. Esto es, la ciencia es una investigación auto-controlada, responsable y auto-correctiva llevada a cabo por hombres y mujeres reales bajo un mismo principio de cooperación con vistas a un fin muy particular: la consecución de la verdad. En otras palabras, la ciencia es un “proceso vivo” encarnado en un grupo de investigadores y animado por un intenso deseo de averiguar cómo son las cosas realmente, por “un gran deseo de aprender la verdad”. De hecho, dirá Peirce, “el deseo de aprender” es el más importante requisito de la ciencia y la primera regla de la razón. Este requisito viene de la mano de otro precepto que, según Peirce, debería escribirse en todas las paredes de la ciudad de la filosofía: “no bloquear el camino de la investigación”. De acuerdo con su experiencia como científico entrenado en las salas de laboratorio, Peirce quería hacer de la filosofía una ciencia alejada tanto del diletantismo literario como de la filosofía académica tradicional, a la que consideraba animada por un espíritu dogmático y racionalista.
Bitdrain, esta es una concepción que posibilita que las palabras dejen de ser un mero mensaje y se transformen en praxis; pues propone alejar a la filosofía tanto del diletantismo literario como de la filosofía académica tradicional.
Como decía Marx, las ideas (filosofía, palabras, mensaje, ...) se transforman en fuerza material (praxis) cuando arraigan en las masas. Para ello, y como el mismo Marx expone, se hace necesario que la emancipación de la clase obrera deba de ser obra de ella misma, de no ser así no será. El llamado "socialismo real" fracasó, así como el "anarquismo y otros ismos" por alejarse de planteamientos democráticos y no caminar al paso que la ciudadanía impone en cada fase histórica de su desarrollo.
Bitdrain, estoy abierto a ser convencido de lo contrario, me gustaría que argumentaras la afirmación que haces sobre la ciencia ¿por qué no puede llegar a ser democrática la ciencia? ¿por qué la ciencia dejaría de ser ciencia si fuera democrática?
Recibe un muy fuerte abrazo de tu amigo Javier Caso Iglesias.
Gracias a ti Javier pero mi dedicatoria, bien creo que debe ser compartida, esa cita de Charles Chaplin la encontré, leí ese gran dicurso que tanto ayuda, que tanto enseña, que tanto transmite haciéndote parar a meditar y a seguir buscando en ese nuestro interior respuesta a esas preguntas que tantas veces viene a nuestra mente de : el por qué, gracias a nuestro querido amigo y soñador de guardia Paco Martín, creo que debemos agradecerle una vez mas esa manera de ser, esa manera de transmitir y esa manera de servir, siempre por y para los demás.
ResponderEliminarAclarado esto invitar a todos y todas a que si no lo habéis leído lo leáis y a los que hace mucho que no lo leéis que lo volváis a leer, porque siempre refresca, siempre te hace dar cuenta de algo que antes no habías parado a pensar. Aquí os pego el enlace para que quien no lo haya leído lo pueda leer, y para quien lo haya leído pueda refrescar de nuevo la memoria http://www.redcientifica.com/doc/doc199903200002.html
Un abrazo en esta mañana para todos y para todas, luego si tengo otro momento escribiré mi comentario en referencia a la entrada de hoy, pero no podía pasar por alto el dedicar y escribir este comentario.
Hola Ruth:
ResponderEliminarEn el siguiente post que acabo de subir hago referencia al discurso de Chaplin. Se lo dedico a Paco Martín con tus mismas palabras, espero que te guste.
Recibe un muy fuerte abrazo de tu amigo Javier Caso Iglesias.
Gracias Javier, me encanta, en mi entrada de hoy en mi blog también la he dedicado a Charles Chaplín y a Paco, creo en ese contenido además transcurridos 68 años desde el mismo, hay causas idénticas para levantarnos y actuar, no te adelanto mas si quieres luego la visitas.
ResponderEliminarUn abrazo en esta tarde
Ruth, he visitado tu blog, el discurso de Chaplin es maravilloso escucharlo de sus propios labios y viendo su imagen. Algo altamente recomendable:
ResponderEliminarDiscurso de Charles Chaplin en El Gran Dictador 1940 .
Recibe un abrazo de tu amigo Javier Caso Iglesias.
Buenas,
ResponderEliminarEscribo sólo para comentar que no me he olvidado de dar réplica pero he andado algo liado. Esta noche si dispongo de 5 minutillos igual escribo algo.
Saludos a todos.
Buenas,
ResponderEliminarAl final he conseguido sacar tiempo para escribir algo.
Lee y ya luego comentamos.
Saludos.