domingo, 18 de diciembre de 2016

Leyenda de la Princesa hada Morgen y de sus ángeles de la guarda Ogmios y Gmyon

La leyenda se desarrolla en la Isla de Avalon, donde muchos relatos insisten que se encuentra el País de las Hadas. Avalon, en galés Avallach, significa tierra de las manzanas. En gran cantidad de leyendas célticas, y en especial las artúricas, era una isla mítica.

Para los celtas ésta era una isla paradisiaca, sobrenatural, invisible para los ojos de los mortales, donde los sacerdotes eran especialistas en artes curativas y mágicas.

En la isla de Avalon, o isla de las manzanas, no existía el tiempo, la enfermedad, el frío, el sufrimiento, el dolor o la muerte.

Las manzanas simbolizaban la eterna juventud y era el lugar que aguardaba a los héroes, por eso éste fue el sitio elegido por el rey Arturo como residencia; la isla en la que se forjó Excalibur, la espada del rey Arturo; la isla en la que vivía Elaine de Corbenic, la madre de Galahad, único caballero que alcanzó la posesión del Grial, y donde también vivía Nínive, encargada de educar a Lanzarote.

Indicar que las Hadas solo lloran de alegría, por ello el llanto de las Hadas no se pierde en los pañuelos, ni se evapora en el aire. Cuando lloran de alegría, pues en la Isla de Avalon no existe la tristeza, ni el sufrimiento o el dolor, sus lágrimas se convierten en diminutas cuentas de colores brillantes con las que las hadas hacen pequeñas joyas: Collares, pendientes y colgantes con los que adornarse y que siempre llevan puestos para recordar el motivo feliz que las provocó.

En una región de la Isla de Avalon vive la Princesa hada Morgen (la más bella, más buena, más sabia y más poderosa de todas las hadas), que con sus manos crea belleza y da bondad por donde va; Princesa hada siempre protegida por sus dos mejores amigos, sus ángeles de la guarda, Ogmios y Gmyon; los cuales la enseñan a tener confianza para decir lo que siente, lo que salía de su alma; dándose de esta manera cuenta de su capacidad para tornar otras almas al gozo y al amor verdadero.

"Hasta que el mundo de las formas no se convierte en alegoría no cobra sentido y significado para el ser humano." Johann Wolfgang Goethe. Poeta y dramaturgo alemán.

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