miércoles, 29 de junio de 2016

¿Es Podemos un espacio de lucha por el poder interno y por eso ha perdido más de un millón de votos?

Por Javier Caso Iglesias | Analista de procesos políticos

Lo puedo formular como afirmación o como pregunta, pero lo importante es formular esta cuestión: ¿Es Podemos un espacio de lucha por el poder interno y por eso ha perdido más de un millón de votos?

Parece que en el seno de Podemos hay dos sensibilidades predominantes y ambas se culpan de la pérdida de más de un millón de votos en las pasadas elecciones del 26-J. Unos argumentan que la responsabilidad por la pérdida de votos debe de buscarse en la alianza con IU, y los otros la relacionan con la estrategia de campaña demasiado moderada.

Pues ni una cosa ni la otra. La verdadera razón está en que Podemos está siendo percibida como una herramienta poco útil para servir a la sociedad. Y se percibe así por haberse convertido, casi desde el preciso momento de su nacimiento, en un espacio de lucha por el poder.

Pablo Echenique ha amenazado con "extirpar las malas hierbas" de Podemos que incidan en la guerra interna. Pero esto va a ser cosa complicada, pues las metodologías internas de Podemos no regulan ni facilitan la participación, el respeto a la discrepancia, ni el llegar a acuerdos de consenso que sean inclusivos y en los cuales todos nos podamos sentir representados; más bien todo lo contrario, pues demonizan el pensamiento que con libertad y en abierto manifiesta sus criterios. Solo siendo permitible y legítima la acción conspirativa entre bambalinas. Esto es, la doble falsa cara. La doble moral. La de la sonrisa hacia el exterior ciudadano y la cara de perro en lo interior organizativo. Y la doble cara falsa es, ante todo, eso, falsa; y la falsedad se termina descubriendo por todos. Falsedad que no es otra cosa que la perpetuación del modelo de relaciones sociales de la vieja política. Y si se mantiene este falso, fingido, adulterado e hipócrita modelo de relaciones, pues todo lo que se haga está teñido de la misma esencia, la de la vieja política mantenedora de que todo siga igual.

No es por tanto la alianza con IU la que ha restado votos, ni una campaña demasiado moderada. Aludir a esto como argumento de la pérdida de más de un millón de votos es tratar de seguir ignorando la realidad. El problema fundamental de Podemos es que el modelo interno de relacionarnos prima la competencia repudiadora del contrario y no la colaboración inclusiva de todos.

A Podemos lo que le falta es el diseño de una verdadera metodología para el fomento real de la participación y eso no es crear programas informáticos o páginas web para votar o atiborrarnos mediante una tecnología burocrática para el chalaneo como son los grupos de Telegram. Esto, buscar la participación real, significaría buscar la cercanía, la comprensión del otro y eso no se practica por los cargos de Podemos y por eso se han transformado en cargas. En Podemos nadie escucha realmente al ciudadano, más bien se crean concienzudos constructos, elaborados objetos conceptuales, por parte de doctos equipos investigadores universitarios de qué piensa el ciudadano, pero al ciudadano ni se le atiende ni se le escucha. Por tanto no se le representa, más bien se le suplanta. Y esto es lo que ha hecho perder más de un millón de votos a Podemos el pasado 26-J.

Aún Podemos no me ha respondido, ninguno de sus cargos ha tenido tiempo, para definir y formular su metodología de fomento de la participación, tanto interna como externa, así como que medidas incluye y cómo se evalúa la funcionalidad práctica de las mismas y si la ciudadanía participa (en qué porcentaje y número) en ese diseño y evaluación. ¿Cree Podemos que a través de sus burocráticas herramientas tecnológicas se abre verdaderamente a la participación interna y externa? ¿O más bien estas herramientas están diseñadas para que expertos cargos políticos de Podemos debatan entre sí y se perpetúen en su canonjías?

Si Podemos quiere recuperar ese millón de votos que se le han ido a la abstención y no quedarse sin nuevos votantes debe de dejar de engañarse a si mismo. Pero que tenga claro Podemos que a los ciudadanos no nos sirve una nueva herramienta para la autorepresentación de cargos con aspiraciones de jefes. A eso ya sabe Podemos lo que respondemos: "¡Que NO! ¡Que NO! ¡Que NO nos representan! ¡Que NO!".

Y para terminar decir que los cargos de Podemos no nos representan, los ciudadanos nos sabemos representar solos; los cargos de Podemos han de saber que exclusivamente asumen encomiendas concretas de la ciudadanía para hacer una labor -que debe de estar muy definida por esa misma ciudadanía- en las instituciones o en el seno de la organización. Ir más allá de ahí es suplantar a la ciudadanía.

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