Paco Puche, 28.6.16
En su día escribí un
artículo que llamé “Pudimos. (A propósito del éxito de la
formación Podemos en las pasadas elecciones europeas, mayo de
2014)”. Lo iniciaba con un poema de la Dickinson (“El
brillo de un acto heroico/tan extraña iluminación/la lenta mecha de
lo Posible/encendida por la imaginación”), y lo culminaba como
sigue: “La tarea es inmensa. Hay que navegar por un estrecho
desfiladero entre dos grandes peligros, el Escila del capitalismo y
su glamour y el Caribdis de los atajos dictatoriales, pero como
Ulises es Posible regresar a la Tierra que nos ha dado la vida y
hacer justicia. Podremos”.
Ahora estamos en el
tiempo de la voz negativa: no hemos Podido.
Nadie sabe lo que ha
pasado y se invocan a fuerzas externas para su mejor explicación:
que si el Brexit, que si las encuestas, que si la campaña del miedo,
etc. Todas ellas bastantes poco potentes como para poder justificar
que en unos pocos meses se han evaporado más de un millón de votos,
incluso sumando fuerzas, operación que se presentaba como
multiplicadora. Dos más dos serían cinco.
Hemos sido muchos los que
hemos vuelto al redil de la abstención políticamente activa.
Curiosamente, los números
de la abstención se acercan mucho a las pérdidas de Podemos
(+1.155.316 frente a - 1.062.862), y los balances de los otros
partidos sugieren unos trasvases de votos meramente: los 690.435 de
incremento del PP bien pueden haberles llegado de las pérdidas de
Ciudadanos (-376.772) y de las del PSOE
(- 106.770) y el resto
de las pérdidas de otros partidos.
Para el que esto
escribe, la primera explicación ha sido la deserción ideológica.
Podemos ha ido pasando de haber entendido y absorbido la herencia del
15 M, aquello del “no nos representan”, “tu protesta vale más
que tu voto”, “nuestros sueños no caben en vuestras urnas” y
“PSOE y PP, la misma mierda es”, que invocaban la permanencia de
la lucha social muy por encima de la electoral, el rechazo de los
partidos del régimen y la mejor democracia, a vocear su
socialdemocracia y a suplicar al PSOE que concierten con ellos. Ni
populismo de Laclau, ni izquierda clásica, ni ecofeminismo, ni abajo
a la izquierda, no, nada de eso, ya solo se ha optado por hacer un
viaje hacia la socialdemocracia de nuevo cuño: la que afianza el
Estado el Bienestar y profundiza en los Derechos Humanos pero en un
contexto neoliberal y crecimentista, como si a plazo fuesen
compatibles. Una especie de postcapitalismo con un molesto compañero
de viaje social liberal, el PSOE, al que se arropa para justificarlo
con el lenguaje de opción de izquierdas y progresista. En una
palabra, de la identidad con los de abajo, y por tanto equivalente a
una nueva izquierda, hacia el corazón, se ha transitado hacia el
centro en un viraje de pragmatismo radical en donde se ha encontrado
que este lugar ya estaba ocupado. Podemos ha perdido identidad
ideológica y Podemos es un partido de activistas, de militantes, al
menos de momento, por lo que la pragmática no puede desdibujar la
concepción del mundo que le subyace. La extraña iluminación, que
refiere la Dickinson, es una lenta mecha encendida, no unas prisas
imposibles.
La segunda razón que
aducimos es la de que se la ha visto la voluntad de hacer un atajo
para llegar al cielo, para conquistarlo, pero ese cielo es el Poder,
el Estado. Y no hay ninguna teoría aún que justifique la moralidad
del Poder desde los de abajo, que somos la mayoría, ni la
pertinencia de usar esa vía como privilegiada. Los dirigentes de
Podemos se han dejado seducir por las experiencias latinoamericanas
de las últimas décadas, a las que han apoyado, y se han olvidado de
la primera de ellas, la zapatista, que sigue teniendo muchas
influencia entre las gentes de la nuevas izquierdas desde abajo,
votantes que fueron de Podemos. La de mandar obedeciendo. La de la
estrategia del caracol.
A Podemos se le ha
olvidado que tanto en el 15 M como en parte de la sociedad los
planteamientos más o menos libertarios siguen teniendo mucho peso.
Ese histrionismo de sus líderes, ese apego al Poder, ese pragmatismo
radical (IKEA como paradigma de fondo de lo correcto, del éxito),
ese olvido de la construcción social de las alternativas los ha
distanciado de esta masa de votantes que han vuelto a su acratismo de
fondo que en un acto de resiliencia ideológica habían relajado.
Habría que recordarles
a sus dirigentes aquello que tantas veces habrán oído y pronunciado
de que tener el Gobierno no es tener el poder, ese poder repartido,
incardinado en la sociedad en múltiples formas hegemónicas de
autogobierno. Esa hegemonía cultural de Gramsci. La lenta llama.
Ahí están muchos de
los votos perdidos. Para ser complejos añadamos otras explicaciones
más superficiales como cierto infantilismo, cierta imberbez, esa
condición académica marcada en los orígenes de sus dirigentes,
etc. que los vuelve más papistas que el papa: si vamos a ser
pragmáticos lo seremos a tope. Esta hibrys es incompatible con un
proyecto de cambios profundos.
Y por último hay que
añadir una explicación en clave libertaria: el glamour del Poder.
Los partidos hacia el poder institucional se emborrachan de poder y
atraen a múltiples oportunistas que merodean esperando su momento.
De pedir la Vice Presidencia con el PSOE a alojar a Pedro Arrojo el
primero de la lista por Zaragoza en detrimento, dos veces, del Ex
Jemad Julio Rodríguez, serían unos ejemplos.
Este personaje, Arrojo,
junto a otros de igual calaña, incrustados en las listas últimas
de Podemos, y a pesar de haber sido advertida la dirigencia de
Podemos de su pasado de colaborador estrecho, a través de la
Fundación AVINA, del asesino del amianto el magnate Schmidheiny,
ha tenido tanto asidero en las listas que no ha sido posible
desbancarlo en detrimento del fichaje estrella. ¿Cómo ha sido esto
posible? ¿Por el tirón electoral de Arrojo?, no es suficiente
explicación frente al desaire que ha sufrido por dos veces el
militar. Tiene que ver, creemos, precisamente con su pertenencia
pasada a AVINA. En efecto, AVINA se constituye en España en virtud
de una alianza de los jesuitas con el magnate Schmidheiny, que les
financia distintas instituciones. Constituyen en esa época (1998) el
grupo Palmera por reunirse en casa del magnate en Palma de Mallorca.
Pedro Arrojo, junto a otros conecta con AVINA en el año 2000 y la
Fundación AVINA termina financiando también su Fundación Nueva
Cultura el Agua, amén de otras actividades de Arrojo por
Latinoamérica. Los lazos de Arrojo con los jesuitas se extienden a
través del Centro Pignatelli de la Compañía en Zaragoza, dedicado
a hacer seminarios de investigación de la paz, cuya directora es
Carmen Magallón, esposa de Arrojo. Esto explica es buen asidero de
Arrojo a las listas. Los jesuitas en Podemos, que no es poca
explicación.
Evidentemente,
si no se corrige un rumbo torcido que ha tomado Podemos, habrá
llegado a su techo electoral y tendrá que renunciar a su orígenes,
que son la de construir un partido - movimiento, en el que la segunda
faceta ha de ser más potente que la primera. Desde luego, ahondando
en las urgencia más importantes de nuestro tiempo que son las
ecológicas, las comunitaristas, las ecofeministas y las
decrecimentistas. Y el Poder como ética y no como pragmática.
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