El pedagogo había preparado sus métodos minuciosamente; había establecido científicamente, decía, la escalera que debía permitir el acceso a los diversos estadios del conocimiento; había medido experimentalmente la altura de los peldaños para adaptarla a las posibilidades normales de las piernas infantiles; había colocado aquí y allá un descansillo cómodo para tomar aliento, y la barandilla benévola sostenía a los pequeños.
El pedagogo se irritaba no contra la escalera, que había sido concebida y construida científicamente, sino contra los niños que parecían insensibles a su solicitud.
Se irritaba porque todo sucedía normalmente cuando él estaba presente vigilando el ascenso metódico de la escalera, peldaño a peldaño, respirando en los descansillos y agarrados a la barandilla. Pero si se ausentaba un momento, ¡qué desastre y qué desorden! Solamente seguían subiendo metódicamente, peldaño a peldaño, agarrándose a la barandilla y respirando en los descansillos los individuos a los que la escuela había marcado suficientemente con su autoridad, como aquellos perros de pastor a los que la vida ha educado para seguir pasivamente a su dueño y que se han resignado a no obedecer ya más a su naturaleza de perros franqueando senderos y malezas.
En ausencia del pedagogo, la pandilla de niños se entregaba a sus instintos y hallaba de nuevo sus necesidades; uno subía la escalera a gatas; otro tomaba impulso y trepaba por los peldaños de dos en dos, saltándose los descansillos; incluso había quienes intentaban subir de espaldas, y, a fe mía, adquirían en ello cierta maestría.
Pero, sobre todo, increíble paradoja, estaban aquellos -y eran la mayoría- para los que la escalera estaba demasiado falta de atractivos y aventuras, y que, rodeando la casa, agarrándose a los canalones, franqueando las balaustradas, llegaban arriba en un tiempo record, mucho mejor y más rápido que por la escalera llamada metódica, y, una vez arriba, bajaban por la barandilla como por un tobogán... para volver a empezar esta ascensión apasionante.
El pedagogo persigue a los individuos que se obstinan en no subir por las vías que él considera normales. ¿Se ha preguntado si, por azar, su ciencia de la escalera no será una falsa ciencia, y si no habrá otras vías más rápidas y más saludables, que procedan por saltos y por zancadas; si no habrá, según la imagen de Víctor Hugo, una pedagogía de las águilas que no suben por la escalera?
Este texto es un extracto de esa maravillosa obra de Célestin Freinet titulada "Parábolas para una pedagogía popular". Célestin Freinet fue uno de los más grandes reformadores y renovadores pedagógicos del siglo XX. ¡Qué pena que nuestros docentes, nuestros maestrillos del librillo, no sigan sus sabias recomendaciones!
El pedagogo se irritaba no contra la escalera, que había sido concebida y construida científicamente, sino contra los niños que parecían insensibles a su solicitud.
Se irritaba porque todo sucedía normalmente cuando él estaba presente vigilando el ascenso metódico de la escalera, peldaño a peldaño, respirando en los descansillos y agarrados a la barandilla. Pero si se ausentaba un momento, ¡qué desastre y qué desorden! Solamente seguían subiendo metódicamente, peldaño a peldaño, agarrándose a la barandilla y respirando en los descansillos los individuos a los que la escuela había marcado suficientemente con su autoridad, como aquellos perros de pastor a los que la vida ha educado para seguir pasivamente a su dueño y que se han resignado a no obedecer ya más a su naturaleza de perros franqueando senderos y malezas.
En ausencia del pedagogo, la pandilla de niños se entregaba a sus instintos y hallaba de nuevo sus necesidades; uno subía la escalera a gatas; otro tomaba impulso y trepaba por los peldaños de dos en dos, saltándose los descansillos; incluso había quienes intentaban subir de espaldas, y, a fe mía, adquirían en ello cierta maestría.
Pero, sobre todo, increíble paradoja, estaban aquellos -y eran la mayoría- para los que la escalera estaba demasiado falta de atractivos y aventuras, y que, rodeando la casa, agarrándose a los canalones, franqueando las balaustradas, llegaban arriba en un tiempo record, mucho mejor y más rápido que por la escalera llamada metódica, y, una vez arriba, bajaban por la barandilla como por un tobogán... para volver a empezar esta ascensión apasionante.
El pedagogo persigue a los individuos que se obstinan en no subir por las vías que él considera normales. ¿Se ha preguntado si, por azar, su ciencia de la escalera no será una falsa ciencia, y si no habrá otras vías más rápidas y más saludables, que procedan por saltos y por zancadas; si no habrá, según la imagen de Víctor Hugo, una pedagogía de las águilas que no suben por la escalera?
Este texto es un extracto de esa maravillosa obra de Célestin Freinet titulada "Parábolas para una pedagogía popular". Célestin Freinet fue uno de los más grandes reformadores y renovadores pedagógicos del siglo XX. ¡Qué pena que nuestros docentes, nuestros maestrillos del librillo, no sigan sus sabias recomendaciones!
Hola Steki , hola Maricarmen, hola Feluky, hola Adhoc, hola Soñador:
ResponderEliminarOs respondo aquí a vuestros comentarios al post anterior. Gracias por los mismos.
- Steki, gracias por pasarte por mi blog y gracias por tu saludo. Palabras de ánimo como las tuyas son las que me ponen alas para seguir escribiendo.
- Maricarmen, como bien dices sobre estos señores de la Iglesia: "A estos señores no les interesa cambiar y abrir sus mentes un poco, son grandes maestros en el el arte de la manipulación humana, llevan siglos haciéndolo, ya podían predicar con el ejemplo....."
- Feluky, Si el Soñador no estuvo en esa parranda estaría entonces con la señora rubia en el ascensor. Perdón, esto último lo rectifico que ya me parece que lo ha desmentido en Soñador en algún blog amigo. Lobatóóóóónnnnn, averigua a ver dónde estuvo metido el Soñador tras saludar a Guille en el concierto de Víctor Manuel.
- Adhoc, yo propongo que se pongan el lazo blanco, los capuchones, en la punta del capirote; Y las que van con mantilla otro lazo blanco en la peineta. Y dado que las procesiones son una actividad privada de una institución religiosa, propongo como nuestro Javier Figueiredo que no desfilen en las mismas los funcionarios de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado y, de hacerlo, que se le pase la factura a la Iglesia por el tiempo dedicado; pues mañana a otra religión se le antoja que ella también desea ser acompañada por los caballeros legionarios, por ejemplo, y cómo te niegas con el precedente que existe.
- Paco, me sumo a tu propuesta; quiero conocer, me da morbo, la canción que dedicó Víctor Manuel a Franco. Sería aquella que decía: "¡Déjame en paz! que no me quiero salvar y que me dejes mejor quemar ¡Déjame en paz! en el infierno no estoy tan mal. Para imponer su voluntad sirve cualquier brutalidad".
Recibid un muy fuerte abrazote amig@s.
jaja...muy bueno tu post y sobretodo tu manera delicada de describir a los pastores...las ovejas...ui..que no dijiste ovejas...eran aguilas...Pues esa quizas es la clave del dilema de ese pedagogo; que confunde a las aguilas con las ovejas...y las aguilas no suben escaleras...ELLAS VUELAN!..siempre le queda la opcion de tomarse un redbull "que da alas" ;) Un besazo
ResponderEliminarHola Javier, hola Paco.
ResponderEliminarMe parece razonable lo que me dices. Nunca entendí que las autoridades civiles presidieran estos actos religiosos, ni de niño. ¿ No decía Jesucristo que su reino no era de este mundo?
Si te da morbo podéis ver el video en youtube poniendo " Victor Manuel canta a Franco".
De todas formas yo no le doy demasiada importancia pues todo el mundo tiene derecho a evolucionar políticamente.Entonces no había otra opción.
Me parece más grave lo del festival para la viuda de Gila. Todo salió a la luz porque a finales del 2001 el PSOE de Madrid pidió una investigación puesto que después de tanto homenaje su viuda sólo recibió 3 millones de pesetas.
Cobraron todos los "artistas" que intervinieron menos Tony Leblanc y Rosa Maria Sardá.
Saludos.
Me encanta este post.Lástima que en esta sociedad de prisas y competitividad,no tengamos tiempo, de dar una educación personalizada, a nuestros niños o grupo de niños en funcion de sus cualidades .
ResponderEliminarAdhoc, me gusta tú idea de llevar lazos negros a las procesiones, como símbolo de rechazo a la pena de muerte(que la iglesia no ha rechazado).
ResponderEliminar¿En que procesión quedamos y nos lo ponemos juntos?
Un saludo amigo.
Hola Javier: pensaba si no será posible enseñar la ciencia de subir la escalera para que sea utilizada cuando sea necesario, como otra herramienta, y también incorporar otras técnicas, trepar, saltar, en fin, las que sean útiles. Me cuesta pensar, aunque me imagino que así será, que los pedagogos enseñen un solo sistema de adquirir conocimientos, cuando es sabido que cada individuo tiene un modo particular de "estructurar" su sistema o conjunto de ellos o mejor dicho de herramientas, palabra que me resulta mas cómoda que sistema...
ResponderEliminarUn abrazo
En relación a lo que comenta mi estimado Chuly, conozco una familia que educa a sus hijos en su propia casa hasta la edad de 15 años, sin contacto con el sistema educativo digamos normalizado y la verdad es que el niño presenta dificultades de relación con sus compañeros que no sé qué deriva tomarán en el transcurso del tiempo.
ResponderEliminarEstos medios personalizados de educación pienso que deben tomarse con precuación pues lo que se gana de esta forma en cuanto a adaptación específica al proceso educativo puede dificultar otros aspectos de la educación también importantes como son la empatía o las habilidades sociales.
Saludos.
Adhoc, quizás no me he expresado bién.Al decir una educación personalizada, no me refiero a una educación aislada.Me refiero a una educación tan plural, que cualquier niño,reconociera en el sistema educativo el camino más atractivo conforme a sus cualidades.
ResponderEliminarEjemplo: Un niño que le guste mucho la informática su material escolar sea un ordenador,al que le guste los libros,pues libros, al que le guste la luz, que le pongan al lado de la ventana....etc.
Conclusión: Frente al aburrimiento de la norma establecida.la ilusión de aprender con alegría.
de lo de las procesiones qué.
un saludo
Una preciosa entrada, Javier, sobre Freinet. Yo creo que no existe una pedagogía de las Águilas porque, espectantes, y volando en círculos sobre la muerte, se sitúan los buitres. Los buitres son los que se alimenta de la carroña humana, de los despojos de la carne muerta. Los buitres bajo el cielo: los que imponen su sinfonía del horror.
ResponderEliminarQué bello texto el que nos propones, Javier. Ayer mismo hablaba con una mujer mayor de un pueblecito cántabro, Mazcuerras, que todavía conserva vergüenza al hablar porque en el colegio cada vez que utilizaba una palabra propia de la zona o el característico acento la castigaban. Y así hemos perdido el tesoro de tantas palabras y tantas maneras de mirar el mundo, tantas águilas sin escalera :)
ResponderEliminarUna educación mucho más atenta al desarrollo personal de cada niña y cada niño y no una pequeña fábrica de autómatas al servicio del sistema debería ser el cemento y el fundamento de toda revisión del edificio educativo. Aulas más pequeñas que permitan el encuentro entre el profesorado y el alumnado, valoración social y económica de los docentes, posibilidades permanentes de formación, investigación y experimentación, fomento de nuevas experiencias, modelos pedagógicos diferenciados y definidos para que las familias puedan elegir, para que los críos puedan acomodarse al que mejor sirva a sus necesidades y expectativas ...
Tanto por hacer.
Durante la educación formal de mis 5 hijos, siempre me preocupé – y ocupé – más de los contenidos que las curriculas docentes les intentaban enseñar, que por la pedagogía que se utilizaba para ello.
ResponderEliminarEesto me llevó a mantener conversaciones muy interesantes con ellos, sobre todo en lo que respecta a lo que se les ensañaba respecto de la historia, del mundo y de mi país.
Demás esta decir que, a la hora de tener que ser examinados por el docente, ellos sabían que tenían que responder a las expectativas de los conocimientos que el maestro había intentado que adquirieran para aprobar con buenas notas, pero ellos eran muy concientes que jugaban al juego de “te digo lo que quieres oír, pero no lo que pienso!”.
La pedagogía que utilizaba el docente para que incorporaran esos conocimientos, por momentos, se les tornaba más pesada que la cruz que, cuentan, Jesús debió trasladar hasta su sitio mismo de su ejecución.
Ahí también intervenía yo para tratar de que esos conocimientos los pudieran incorporar con comparaciones de la vida cotidiana. Actitud que ellos me agradecían porque no necesitaban hacer grandes esfuerzos de abstracción para comprender las cosas que ese día habían traído muy bien anotadas en sus cuadernos, o que leían de los capítulos de los libros que les recomendaban consultar.
Varias personas dicen que tengo una buena capacidad pedagógica, no sé si será así, no me formé en esa especialidad, por lo que considero que el juicio puede ser muy subjetivo. Si sé que me esfuerzo por utilizar un lenguaje sencillo, directo (aún sobre cosas complejas) y que los conceptos resulten entretenidos de oír.
A. N. Leontiev, en su libro ACTIVIDAD, CONCIENCIA Y PERSONALIDAD (psicólogo y psicopedagogo de la ex URSS) tiene varios capítulos sobre estos temas que a mí me han sido muy útiles, y amenos de leer.
Un abrazo.
Rik
¿Y una filosofía de los humanos?
ResponderEliminarPuesto que tratamos temas educativos os recomiendo la lectura de un pequeño cuento del "Espejo de Nieves" de 22 de marzo llamado la Bobina Maravillosa. Muy sencillo y profundo al mismo tiempo.
ResponderEliminarSaludos
Hola Joana, hola Adhoc, hola Chuly, hola Ana, hola Jake, hola Rukaegos, hola Ricardo:
ResponderEliminar- Joana, bien planteado, en realidad y como bien dices, esa es la clave del dilema de ese pedagogo; que confunde a las aguilas con las ovejas...y las aguilas no suben escaleras...ELLAS VUELAN!..siempre le queda la opcion de tomarse un redbull "que da alas".
- Adhoc, la canción se la había dedicado Víctor Manuel a Mao Tse Tung.
- Chuly, muy buena reflexión, "una educación tan plural, que cualquier niño,reconociera en el sistema educativo el camino más atractivo conforme a sus cualidades".
- Ana, a mi también, como bien dices, "me cuesta pensar, aunque me imagino que así será, que los pedagogos enseñen un solo sistema de adquirir conocimientos, cuando es sabido que cada individuo tiene un modo particular de "estructurar" su sistema o conjunto de ellos o mejor dicho de herramientas".
- Jake, también de acuerdo contigo; es una pena que en vez de una pedagogía de las águilas lo que tengamos sea una pedagogía de los buitres.
- Rukaegos, aportas tu también otra buena idea que suscribo "Una educación mucho más atenta al desarrollo personal de cada niña y cada niño y no una pequeña fábrica de autómatas al servicio del sistema debería ser el cemento y el fundamento de toda revisión del edificio educativo. Aulas más pequeñas que permitan el encuentro entre el profesorado y el alumnado, valoración social y económica de los docentes, posibilidades permanentes de formación, investigación y experimentación, fomento de nuevas experiencias, modelos pedagógicos diferenciados y definidos para que las familias puedan elegir, para que los críos puedan acomodarse al que mejor sirva a sus necesidades y expectativas."
- Ricardo, muy interesante aportación de A. N. Leontiev; dejo otra también muy significativa: Según Leontiev, los modelos de conducta en cada edad se organizan según una estructura de sentido que incluye tanto aspectos motivacionales como cognitivo-motores. Así, en la practica escolar es necesario proponer a los niños actividades con sentido y el diseño de planes de enseñanza debe investigar y desarrollar tales actividades.
Recibid un muy fuerte abrazote amig@s.