Artículo dedicado a Pilar Franco Constantino
El Botellón. Las dramáticas consecuencias del Botellón. Las muertes consecuencia del Botellón. Y, ante ello, ¿qué hacer?
Pienso que lo primero es buscar las causas, igual que con todo. Todo tiene una causa que hay que buscar. Todo depende de variables que hay que reorientar.
Decía Siddharta Gautama, más conocido como Buda, que "todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado". Que gran certeza. Pensamos en evadirnos, en vez de afrontar los problemas. Nuestros jóvenes hacen lo mismo, ¿qué van a hacer? pues imitar lo que ven en aquellos que les sirven de referente.
Y que observan en aquellos que les servimos de referente, en sus mayores: huida, mucha huida; así como incapacidad para dar solución adecuada y acertada a las demandas que la realidad nos plantea.
Además, no solo perciben las impotencias e incapacidades; si no que también las padecen: Les ofrecemos un sistema educativo en el que no disfrutan, les ofrecemos un ocio consumista que les hace sentirse inferiores, les ofrecemos un mercado laboral precarizado y mileurista si tienen suerte.
¿Por qué no les enseñamos -y, al tiempo, nos enseñamos- las posibilidades que encierra el imaginar? "Si puedes imaginarlo, puedes conseguirlo" que diría Albert Einstein. o expresado con otras palabras de este genio: "No podemos solucionar problemas usando el mismo razonamiento que cuando los creamos".
Apostemos por ser solucionadores de problemas. Tenemos herramientas sobradas. La primera que nos ha de servir en esta tarea es la del lenguaje. Apostemos por la PNL. La Programación Neurolingüística, como nos enseña la wiki, es un sistema para preparar (programar), sistemáticamente nuestra mente (neuro), y lograr que comunique de manera eficaz lo que pensamos con lo que hacemos (lingüística). Según Gregory Bateson (Uno de los fundadores del pensamiento sistémico), la PNL postula que cada persona construye su propia verdad, que a veces, llamamos el mapa del territorio o del mundo. Por tanto, cada uno dispone de su propia realidad y su verdad subjetiva.
Desde esta verdad propia hemos de construir, junto a los demás, otra verdad; la verdad colectiva. Los intentos realizados hasta ahora han sido muy pobres. Si atendiéramos más a lo que quedó establecido Charles Sanders Peirce, es probable que aprendiéramos y aprehendiéramos algo. Charles Peirce fue el fundador del pragmatismo. Su pragmatismo puede entenderse como un método de resolver confusiones conceptuales relacionando el significado de los conceptos con las consecuencias prácticas.
Esto es, hemos de resolver nuestras confusiones relacionándolas con sus consecuencias prácticas. Si un pensamiento nos da un resultado pobre, procedamos a su cambio. Si una forma de expresarnos no da los resultados apetecidos, cambiémosla. Si un sistema de valores, o un sistema educativo, o un sistema laboral no satisfacen nuestras expectativas, depositémoslo para su reciclado en el cubo de basura de la historia. Si producimos poco, produzcamos más; Si contaminamos mucho, contaminemos poco; Si queremos terminar con la pobreza, la enfermedad o la muerte, decidamos actuar en ese sentido: los alimentos, la salud, la recodificación génica y la telomerasa harán el resto.
Pero para ello hemos de adoptar un enfoque sistémico, un punto de vista positivo. Hemos de creer que es posible: Pedid y se os dará. Como solía decir el de Nazaret: "Todo aquello que pidas, creed que lo recibiréis y os será concedido". Alejémonos de la crítica, la crítica es impotencia; la crítica es Botellón. Asentémonos en la alternativa, en la sugerencia, en el convencimiento de que es posible. Enseñemos a nuestros jóvenes a soñar, a imaginar otro mundo posible. Abramos cauces de participación activa con leyes que han de florecer y fomentar esto, y el botellón será cosa del pasado.
Por Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)
El Botellón. Las dramáticas consecuencias del Botellón. Las muertes consecuencia del Botellón. Y, ante ello, ¿qué hacer?
Pienso que lo primero es buscar las causas, igual que con todo. Todo tiene una causa que hay que buscar. Todo depende de variables que hay que reorientar.
Decía Siddharta Gautama, más conocido como Buda, que "todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado". Que gran certeza. Pensamos en evadirnos, en vez de afrontar los problemas. Nuestros jóvenes hacen lo mismo, ¿qué van a hacer? pues imitar lo que ven en aquellos que les sirven de referente.
Y que observan en aquellos que les servimos de referente, en sus mayores: huida, mucha huida; así como incapacidad para dar solución adecuada y acertada a las demandas que la realidad nos plantea.
Además, no solo perciben las impotencias e incapacidades; si no que también las padecen: Les ofrecemos un sistema educativo en el que no disfrutan, les ofrecemos un ocio consumista que les hace sentirse inferiores, les ofrecemos un mercado laboral precarizado y mileurista si tienen suerte.
¿Por qué no les enseñamos -y, al tiempo, nos enseñamos- las posibilidades que encierra el imaginar? "Si puedes imaginarlo, puedes conseguirlo" que diría Albert Einstein. o expresado con otras palabras de este genio: "No podemos solucionar problemas usando el mismo razonamiento que cuando los creamos".
Apostemos por ser solucionadores de problemas. Tenemos herramientas sobradas. La primera que nos ha de servir en esta tarea es la del lenguaje. Apostemos por la PNL. La Programación Neurolingüística, como nos enseña la wiki, es un sistema para preparar (programar), sistemáticamente nuestra mente (neuro), y lograr que comunique de manera eficaz lo que pensamos con lo que hacemos (lingüística). Según Gregory Bateson (Uno de los fundadores del pensamiento sistémico), la PNL postula que cada persona construye su propia verdad, que a veces, llamamos el mapa del territorio o del mundo. Por tanto, cada uno dispone de su propia realidad y su verdad subjetiva.
Desde esta verdad propia hemos de construir, junto a los demás, otra verdad; la verdad colectiva. Los intentos realizados hasta ahora han sido muy pobres. Si atendiéramos más a lo que quedó establecido Charles Sanders Peirce, es probable que aprendiéramos y aprehendiéramos algo. Charles Peirce fue el fundador del pragmatismo. Su pragmatismo puede entenderse como un método de resolver confusiones conceptuales relacionando el significado de los conceptos con las consecuencias prácticas.
Esto es, hemos de resolver nuestras confusiones relacionándolas con sus consecuencias prácticas. Si un pensamiento nos da un resultado pobre, procedamos a su cambio. Si una forma de expresarnos no da los resultados apetecidos, cambiémosla. Si un sistema de valores, o un sistema educativo, o un sistema laboral no satisfacen nuestras expectativas, depositémoslo para su reciclado en el cubo de basura de la historia. Si producimos poco, produzcamos más; Si contaminamos mucho, contaminemos poco; Si queremos terminar con la pobreza, la enfermedad o la muerte, decidamos actuar en ese sentido: los alimentos, la salud, la recodificación génica y la telomerasa harán el resto.
Pero para ello hemos de adoptar un enfoque sistémico, un punto de vista positivo. Hemos de creer que es posible: Pedid y se os dará. Como solía decir el de Nazaret: "Todo aquello que pidas, creed que lo recibiréis y os será concedido". Alejémonos de la crítica, la crítica es impotencia; la crítica es Botellón. Asentémonos en la alternativa, en la sugerencia, en el convencimiento de que es posible. Enseñemos a nuestros jóvenes a soñar, a imaginar otro mundo posible. Abramos cauces de participación activa con leyes que han de florecer y fomentar esto, y el botellón será cosa del pasado.
Por Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)
Estoy muy satisfecho con esta entrada suya. Yo no soy progresista (y formé parte en su día de Red Liberal) pero estoy totalmente de acuerdo con esta entrada. El botellón lo veo pernicioso y cada vez que salgo a dar una vuelta algún fin de semana y veo los parques llenos de jóvenes poniendose ciegos (muchas veces llegan a cometer actos violentos por el alcohol), me resulta un panorama muy triste.
ResponderEliminarQuizás algo que yo no comparto muchas veces con lo que se llama "la derecha" es que yo sí soy positivo y creo que los progresos sí son posibles (otra cosa es cómo llevarlos a cabo).
Un saludo
Estoy de acuerdo en lo de los condicionantes sociales, y analizar las causas. Creo que es algo más complejo que los referentes paternos o adultos, pero también tiene que ver. El fondo del asunto es que cada vez somos consumidores más temprano y ciudadanos más tarde. La etapa de juventud en términos de consumo y ocio va desde los 12 o 13 años hasta los treinta y.... en los que podemos aspirar a una cierta adultez económica, de proyectos de vida, etc. Antes se pasaba casi sin intervalos de la infancia a la vida adulta. Y entre la inestabilidad y la falta de horizonte y que al fin y al cabo es divertida toda esa etapa, no es difícil que se caiga en ese tipo de prácticas.
ResponderEliminarPero unas pocas matizaciones muy importantes:
-lo preocupante no debe ser el botellón en sí, sino los cambios en las tendencias de consumo de alcohol. Ahora mucha gente joven bebe (bebemos) con el firme objetivo de emborracharnos, rápido y en grandes cantidades. Eso es igual de grave se haga en un parque, en un bar, en una discoteca o en tu casa. Y hay mucha hipocresía en torno a todo eso; otra cosa serán problemas de ruidos e higiene, pero no confundamos eso con el plano de la salud pública.
-creo que no es acertado tomar una posición paternalista que generalice y considere que todos los jóvenes que hacen botellón lo hacen para evadirse de sus problemas y son gente que no se implica en nada más que el puro hedonismo. Tanto yo como todos mis amigos estamos implicados en política, en el movimiento estudiantil, ecologista, de cooperación... en lo que sea, y bastante a menudo hacemos botellón por ser más barato y porque es una manera más social de beber, juntarte con amigos y charlar al aire libre si el tiempo lo permite. Suficientemente alejados de casas y recogiendo nuestra basura no veo problema en ello.
¡Hola Javier, hola Alfredo y Juan! confomer con tu entradas y vuestros comentarios, quería compartir algunas ideas que he cogido de esta entrada y de los comentarios, porque tocando este tema, es que me pongo mal, para quien no lo sepa decir que tengo 32 años, que tampoco soy tan mayor y que he salido, disfrutado empalmado la noche con el día como dicen la juventud de hoy, todo ello sin consumir ni una gotita de alcohol, ni niguna otra sustáncia, digo esto porque hoy lo digo a los jóvenes y se ríen, pero a mi me da igual, lo triste es que ellos sólo salen un sábado a ponerse ciegos de alcohol y poquito mas.
ResponderEliminarBueno dicho esto comparto lo que me ha llamado la atención:
1- Uso desmesurado en la ingesta de alcohol de nuestros jóvenes.
2- La causa, la raíz de este mal hábito, bien creo que viene de la no aceptación y poca valoración de la persona, por tener una bajo autoestima, por no haberse preocupado o intenta potenciar sus valores y cualidades naturales, no añadidas a través de la ingesta de diferentes sustancias, (alcohol, sustáncias alucinógenas, etc...)
3- El ejemplo a seguir, ven en nosotros los mayores, una actitud huidiza, es decir actuamos de manera que queremos escluirnos, evadirnos, escaquearnos de nuestras responsabilidades, y por la presión que ejercen nuestros jóvenes, hijos, bajamos la guardia cuando debemos dar siempre ejemplo.
Creo que esta actividad que están realizando de manera asidua nuestros jóvenes, esta llegando ya hace tiempo a una situación extrema, donde los mayores perjudicados son ellos mismos, perjudicando su salud y perdiendose otras muchas activcidades sanas que les aportarían gran satisfacción a sus personas.
Por último os adjunto un vídeo de youtube que cuando empecé a leer hoy la entrada de Javier me vino a la memoria, debemos ilusionar a nuestros jóvenes con actividades que les den satisfacciones ppsotivas para su vida diaria. Porque debemos, podemos y nos merecemos que nuestros jóvenes sean jóvenes de provecho, de futuro, con un gran espíritu ilusionista que será aquel que de mayores les hará ser adultos felices, contra esto no hay peros que valga, y entre todos debemos buscar una solución al dichoso botellón.
http://es.youtube.com/watch?v=pZ5a25sz1yI&feature=related
Un abrazo en esta tarde.
¡Muy buen comentario Ruth! estamos de acuerdo...creo que otra juventud sí es posible, sinceramente.
ResponderEliminarJuan:
Se habrá dado cuenta si ha visitado mi bitácora de que no soy de izquierdas ni progresista ni mucho menos. Pero (y quiero que esto me lo hagan rectificar si procede):
por lo que yo he visto del botellón (jamás he participado en uno en mi vida y tengo 27 años)...creo que tiene origenes mas o menos "de izquierdas" (no intento politizar el botellon sino los origenes "sociales" que conllevan a beber de esa manera).
A mi me provoca un profundo malestar tanto el botellón como el cambio de los hábitos de consumo de alcohol: cada vez que voy a algun bar algun fin de semana a tomarme tan solo una cerveza (un tercio) veo a mucha gente joven poniendose ciegos con drogas, alcohol y otras sustancias y luego noto por lo general y por las noches (Al menos en Madrid) un comportamiento incivico y anti humano en toda regla. Es preocupante lo que pasa y yo creo que para empezar a solucionarlo hay que fomentar (como se pueda) otros hábitos. Por ejemplo yo no soy deportista pero hay muchas actividades sanas: algún juego de mesa, un paseo, música, arte, cine, exposiciones, y por qué no, alguna que otra copa en moderación, etc.
Ruth: al igual que usted yo muchas veces me lo he pasado muy bien sin alcohol. De hecho ultimamente estoy descubriendo las delicias de los distintos batidos de frutas que se pueden hacer con la batidora y la verdad me siento "más sano" y más tranquilo desde que he reducido incluso más mi consumo de alcohol.
Saludos
Creo que no es un problema sólo de jóvenes, yo conozco mayores (padres) que en fiestas hacen botellón, como ellos mismos me confirmaban es mucho más económico y de la misma manera estás con tus amigos.Esas mismas razones son las que impulsaron y dieron lugar al movimiento del botellón.
ResponderEliminarYo nunca lo he hecho, si me tomo una copa me gusta en el bar o pub.
El peligro del botellón está en la ingesta descontrolada de alcohol, mezclando todas las variedades que hay y ya sabemos lo malas y peligrosas que resultan las mezclas.
Otro peligro es que los jóvenes compiten a ver quién es el que más puede beber y en menos tiempo (pero ésto también ocurría en mis tiempos).
Y no podemos dejar atrás el ruido y la suciedad que genera.
Por ello creo necesaria una educación y formación en valores donde los jóvenes no sean como autómatas y tengan o aprendan a decidir por sí mismos para poder enfrentarse a todos los peligros que surgen a lo largo de la vida y por supuesto el peligro que conlleva beber sin control. Una educación que les permita tomar iniciativas y decir NO cuando quieren decir NO. Los padres debemos hablar con nuestros hijos sin miedo de estos temas y demostrarles que confíamos en ellos (aunque sea grande el temor que tenemos cada fin de semana). La prohibición y la desconfianza originará en nuestros hijos enfado y rebeldía hasta el punto de poner en peligro sus vidas.
Para concluir, España es un país donde se cañea por constumbre y para mí es difícil pensar en una sociedad donde no se consuma nada de alcohol.
Lo que se debe hacer es EDUCAR para que este consumo sea saludable y no pernicioso. Dar charlas informativas, no alarmantes, de los peligros que trae el consumo excesivo de alcohol y otras sustancias y ofrecer a nuestros jóvenes más actividades que sean atrayentes como sería formar asociaciones de jóvenes y ayudarles a realizar otras actividades deportivas además del fútbol y el baloncesto, los deportes nuevos resultan muy atractivo para ellos.
Y por supuesto decirles que pueden contar con nosotros y que sabemos que pueden alcanzar todo aquello que se propongan, en una palabra MOTIVARLES para que no vean en el acohol un refugio, que sepan que estamos orgullosos de ellos y que sabemos que son responsables pero recordarles que la responsabilidad se demuestra con los actos.
Hasta pronto. Nieves.
Hola amig@s Alfredo, Juan, Ruth, Nieves:
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios.
Pienso que necesitamos creernos que es posible mantener ciertas formas sociales de relacionarnos sin que por ello tenga que haber por medio alcohol o otras sustancias, incluso se deberían cambiar de nombre a los botellones; mejor llamarlos quedadas sociales. En ellos, además de evitar el alcohol y las drogas, se deberían hacer sin ruidos y música estridente, respetando el medio y, por supuesto, sin arrojar basuras.
Un abrazote.
No estoy en contra de las medidas represoras antibotellón de las autoridades y de las restricciones de horarios en los bares de copas.
ResponderEliminarEl derecho de una persona mayor, de un enfermo o de un trabajador que al dia siguiente tiene que madrugar para trabajar, a dormir bien y tranquilo está muy por encima del derecho de los jóvenes a armar bulla.
Y yo tb me pegaba grandes juergas nocturnas antes de casarme.
Estoy de acuerdo: pero para ello creo necesario una mayor intervención a nivel estatal/municipal para ir educando a la gente en esos caminos.
ResponderEliminarUn saludo