- Javier, ha llegado otra vez la hora de la verdad, no quiero dejar para otro día lo que podemos hacer hoy. Permíteme serguir con mi entrevista. Antes que nada la liturgia. Permíteme que me vuelva a poner la peluca y me transmute en Jesús Quintero.
- Paco, déjame ponerme la peluca. Creo que esa peluca encierra un secreto, un misterio que no quieres desvelar. Los microchip que cuelgan de los mechones de la misma lo delatan. Y no me digas que pasaste por la clínica de la Facultad de Veterinaria a ver a Centeno, a Paco Centeno, a ese James Bond extremeño de la investigación y los microchip que iba a colocar este en los animales a los que escruta son los que ahora penden de tu peluca.
- Esta bien, Javier, me has descubierto. Pero no te voy a dejar mi peluca, es un modelo único e intransferible; además ha sido diseñada por Satine con la ayuda de María de los Hitos y sólo ajusta en mi cabeza. Pero no te preocupes, aquí en la mochila traigo otra realizada especialmente para ti desde un croquis holográfico confeccionado por ese genio informático que es Gustavo Julio García.
- ¿Como sabías amigo Paco que te pediría tu peluca? ¿Por qué traías otra en la mochila confeccionada para mi?
- Desde que empecé a relacionarme con Rosa Roja mi subconsciente cambió, empezó a maquinar sueños, empezó a entender aquella frase que hace tiempo me relataste de San Mateo (Mt 21, 22), máxima que dice que todo aquello que pidáis, creed que lo recibiréis y os será concedido. Y yo pedí que tanto tu como yo fuéramos en esta entrevista dos testas pelucadas.
Javier se coloca la peluca y con ello da comienzo formal la continuación de la entrevista.
- Javier, ¿que diferencia hay entre socialismo y comunismo?
- Paco, me planteas la misma pregunta que hicistes a María de los Hitos en la quedada emeritense. Que empeño tienes en las exégesis, te pareces a Jerome Bruner. Venga pues, vamos a interpretar, o a poner, a sobreponer y a sotoponer lo que ponemos allí todos que diría Unamuno. Las palabras socialismo y comunismo tomaron un resolutivo cuerpo desde que un pensador llamado Carlos Marx las plasmara en sus escritos. Pero esas palabras fueron, por sus continuadores, tergiversadas. Incluso en el mismo tiempo que él vivía pudo percibir como acontecía esto que digo. Marx no creía en fantasmagorías ni en metafísicas, y sin embargo sus discípulos se empecinaban en ideologizarlo todo. Ante estas dos evidencias Marx escribió tres frases categóricas. Una es aquella que dice "lo único que se es que yo no soy marxista", la otra es la que enuncia que "la clase obrera no tiene ideología que realizar", pues "la emancipación de la clase obrera tiene que ser obra de ella misma y de no ser así no será".
- Y si no hay ideologías, Javier, ¿como se orienta el ser humano?
- El método científico ha probado sobradamente su eficacia. Su metodología crea leyes que no plantean problema alguno, puesto que su validez depende de los resultados de la propia contrastación. De una forma más poética podríamos afirmar logicista-metafísica versus teorías pragmáticas.
- Javier, pero tu admiras a Jerome Bruner. Para él todo era interpretable, incluso dice que "el proceso memorístico está sujeto a la interpretación".
- También me maravilla Alfred Adler que seguía el principio de que "todo puede ser así, como también todo lo contrario". Pero en definitiva actuaban científicamente por el método de ensayo y error. Paco, tú puedes apostar por distribuir la riqueza generada por un país entre sus ciudadanos, o por posibilitar el avance de la democracia participativa, por creer que es un mandato divino o por pensar que la razón y la lógica determinan que es lo más coherente. El resultado es el mismo. La práctica es adecuada. La gente avanzaría en felicidad. Eso es pragmatismo. La práctica como criterio de verdad. Es aquello de lo del gato negro y del gato blanco, lo importante es que caze ratones.
- Dime Javier, ¿en que se diferencian Don Quijote y Sancho Panza?
- Don Quijote es el maestro que enseña y que, como se nos dice en el último capítulo del libro de Cervantes, en el momento de la muerte de Don Quijote, éste se vuelve cuerdo y resulta ser Sancho quien comienza a decir las cosas más dispares. A esto se le ha llamado la "quijotización" de Sancho. Esa es la gran enseñanza de Don Quijote y el gran aprendizaje de Sancho. Mientras se está en esta vida hay que quijotizarse, decir las cosas más dispares no es decir disparates; sino todo lo contrario. Cuando uno llega al final, cuando se acerca la hora de la muerte como le pasó a Don Quijote en ese último capítulo de la obra cervantina, ya se puede ser todo lo cuerdo que se quiera ser, pues en ese momento ya de nada nos vale el quijotismo; y no nos vale el quijotismo por ser una herramienta de vida. Igual que un traje de agua resulta absurdo ponérselo en pleno Desierto de Gobi.
En ese momento Paco y Javier, al unísono se quitaron las pelucas microchipeadas y quedaron en silencio; el quijotismo se había apoderado de ellos.
uy buen capítulo Javier!!! esperemos a ver como sigue...
ResponderEliminarSaludos!
Gustablog
¿Estoy en el blog de Javier o es Paco Martín?.
ResponderEliminarImpresionante. De verdad, tenéis un don y no debéis guardarlo para vosotros y este grupo de privilegiados que somos nosotros, vuestros amigos.
Deberíais pensar en escribir algo juntos y publicarlo.
Magnifico.
Gracias Gustavo, gracias Paco:
ResponderEliminarLa verdad es que si, deberíamos escribir una novela al alimón; por mi parte ya se lo he dicho a Leoncia, la gata de Paco. Está totalmente de acuerdo conmigo. Leoncia en confidencia me ha dicho que a Paco le da un poco de vértigo la fama que se puede alcanzar y los compromisos que comporta. Imagínate trasladar enfermos de unas plantas a otras en el hospital, atender a la emisora de radio hospitalaria y a los programas quinterianos que cuando esté de guardia emita, todo ello con la firma de autógrafos, la presión de los paparazzi y de los programas del corazón...
La verdad es que tienen sus inconvenientes, pero a pesar de ello creo tener la capacidad, junto a Leoncia, de convencerlo.
Recibid un muy fuerte abrazo de vuestro amigo Javier Caso Iglesias.
de dónde sacaran estos hombres la imaginación????
ResponderEliminargenial y sorprendente.
besotes
Hola Satine:
ResponderEliminarYa he preparado la nueva entrega. Como os digo en el correo-e que os he hecho llegar, la inspiración sois vosotr@s, mis amig@s de la Plaza de la Cordialidad.
Un abrazote.