lunes, 21 de abril de 2008

Carlitos Treintaiocho y los alegóricos del alambre

Hola Carlitos Treintaiocho:

Gracias por tu descripción Unamuniana que haces de nosotros en James Dean y Extremadura, gracias por decir que tenemos un sentido del ridículo igual a cero y un ego tendente al infinito; los grandes personajes de la historia se han caracterizado por lo mismo. Se intuye que ves a largo plazo.

Por mi parte te invito a que acompañes a este par de chamanes de la metáfora del siglo XXI, a este par de tipos tan divertidos (que diría Miliki Aragón) que a los que se le atribuye la capacidad de modificar la realidad o la percepción colectiva de ésta, de manera que no responden a una lógica causal (como certeramente nos ilustraría la Wikipedia).

Carlitos, quiero que rezumes alegría por cada uno de los poros de tu piel, te hará bien; pues subirán tus niveles de oxitocina (la hormona del amor), reduciéndose paralelamente el cortisol y la adrenalina (las hormonas del estrés). Tienes capacidad sobrada para ello y Extremadura te necesita en positivo.

Ahora en broma, quiero decir en serio (para mi la broma es lo serio y lo serio es una gilipollez como la gramática para Gabriel García Márquez; o la memorización para Noam Chomsky, el cual, certeramente nos informa que los estudiantes no aprenden por una mera trasferencia de conocimientos, que se engulla con el aprendizaje memorístico y después se vomite), o sea, que para tí no es ser crítico reclamar desde la broma (seria) cuadruplicar el número de empresas presentes en Extremadura.

Si todos los extremeños pidiéramos como este que suscribe le pide a su presidente de la Junta de Extremadura, el pobre Guillermo terminaría quebrado; no te quepa la menor duda.

Recibe un muy fuerte abrazo de tu amigo Javier Caso Iglesias, y lo dicho súmate a este grupo de alegóricos del alambre.

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