lunes, 12 de junio de 2017

Dialéctico dialoga con Daimon, la fuente del Ello; la fuerza límbica

Por Javier Caso Iglesias | Analista Político y Activista Social

Según Freud, el Ello es la fuente de toda la energía psíquica, por lo que es el componente principal de la personalidad; y el Inconsciente es la parte de la mente donde guardamos nuestros sentimientos, pensamientos, impulsos y los recuerdos que se encuentran fuera de nuestro conocimiento consciente.

La verdad es que a lo largo de la historia, tanto del psicoanálisis como de la filosofía, le han sido dados diferentes calificativos al Alter Ego o Sombra; la más conocida -por haber sido utilizada esa denominación desde los tiempos de Heráclito, Demócrito, Sócrates, Platón, Pitágoras hasta los de Ulrich von Wilamowitz, Nietzsche, Eduard Zeller, Louis François Lélut o Carl Gustav Jung- es la de Daimon. Un Daimon identificado con el genio, la fuerza interna, el acelerador, que cada persona a nivel individual posee.

Como dice Pepe Martínez, en el libro titulado "Tu cerebro lo es todo", el lóbulo frontal y el cerebro límbico son como el freno y el acelerador en un coche. Los dos son necesarios y complementarios. El cerebro límbico es el acelerador. Tiene que ver con las emociones. El lóbulo frontal es el freno. Tiene que ver con las razones.

En definitiva, que el Daimon de toda la vida es nuestro sistema límbico. Un sistema límbico en comunicación directa y fluída con nuestro lóbulo frontal. Un sistema límbico, como se indica en la web de Neurofisiología, formado por varias estructuras cerebrales que gestionan respuestas fisiológicas ante estímulos emocionales. Está relacionado con la memoria, atención, instintos sexuales, emociones (por ejemplo placer, miedo, agresividad), personalidad y la conducta; y que interacciona muy velozmente (y al parecer sin que necesiten mediar estructuras cerebrales superiores) con el sistema endócrino y el sistema nervioso autónomo.

Esto es, que si nuestro lóbulo frontal es el procesador, el lugar donde se dan las órdenes a los otros componentes de la computadora para que se ejecuten las acciones que se precisen. Nuestro sistema límbico es como la placa base de una computadora, el dispositivo que administra todo el sistema y sin ella sería imposible intercomunicar los demás elementos.

Por lo tanto conviene a nuestro Dialéctico (el lóbulo frontal) tener claras sus ideas y órdenes, pues para Daimon (el sistema límbico) los deseos de Dialéctico son órdenes. El sistema límbico funciona así. Ya lo formulaba Buda: Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos. Y también Jesús de Nazaret cuando sugería: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquello que pidáis, creed que lo recibiréis y os será concedido. Pero pedid con fe, sin dudar; porque el que duda es semejante a la ola del mar, impulsada por el viento y echada de una parte a otra.


No hay comentarios:

Publicar un comentario