El odio no disminuye con el odio. El odio disminuye con el amor

Hola amigo Soñador Soñado de Ensueño. Ensalzas el silencio y tienes razón, pues muchos han hablado antes que nosotros y han dicho verdades rotundas que pocos han entendido; así que, para qué desgañitarse y agotarse. Mejor que ocurra lo que tenga que ocurrir. Si de la contradicción surge el desarrollo, dejemos a la contradicción actuar. Como dejaba constancia ayer en mi blog: “Yo te dije, ‘el sano no requiere médico, sino el enfermo’ pero ningún médico va en busca del enfermo, el enfermo es quien en su libertad decide ir al médico, no busques tu a quien debes ayudar, ni te aferres a quienes no quieren cambiar, yo se bien quienes son los indicados para que solo tu los puedas ayudar, deja que yo te los envíe, no los busques.”

Ayer también abordaba el tema educativo, ya lo hago como autoreflexión. Se trata de un pensar conmigo mismo. Decía: El fracaso escolar en España pasó del 26,6% en el curso 1999-2000 al 30,8% en 2005-2006, según los últimos datos del Ministerio. Extremadura, con un 32,4%, se encuentra con un porcentaje de fracaso superior a la media nacional. La autonomía con menor porcentaje de fracaso académico es Asturias con un 16,5%

Lo primero que sorprende es que los últimos datos que tenga el Ministerio de Educación sean los relativos al año escolar 2005-2006. Luego uno se alegra de que ya no tengamos que tener como referencia a Finlandia, Japón o Canadá como países que casi han erradicado el fracaso escolar; pues Asturias está haciendo muy bien sus deberes. Yo no entiendo cómo no mandamos una delegación de enseñantes extremeños a Asturias para que aprendan buenas prácticas, pues la única variable que diferencia la realidad asturiana de la extremeña no es la implicación mayor o menor de los padres y madres de los alumnos; sino la mayor vocación docente.

Bueno amigo Soñador Soñado de Ensueño, te dejo unas frases de Sidhartha Gautama (Buda 563 AC-486 AC. Fundador del budismo) encontradas en esa gran enciclopedia universal que es Internet; este sí que decía verdades rotundas que tampoco nadie ha entendido:

El odio no disminuye con el odio. El odio disminuye con el amor.

El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional.

Como flores hermosas, con color, pero sin aroma, son las dulces palabras para el que no obra de acuerdo con ellas.

Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos.

Avanzando estos tres pasos, llegarás más cerca de los dioses: Primero: Habla con verdad. Segundo: No te dejes dominar por la cólera. Tercero: Da, aunque no tengas más que muy poco que dar.

Para enseñar a los demás, primero has de hacer tú algo muy duro: has de enderezarte a ti mismo.

No hay incendio como la pasión: no hay ningún mal como el odio.

Ni siquiera un dios puede cambiar en derrota la victoria de quien se ha vencido a sí mismo.

La reflexión es el camino hacia la inmortalidad (nirvana); la falta de reflexión, el camino hacia la muerte.

El insensato que reconoce su insensatez es un sabio. Pero un insensato que se cree sabio es, en verdad, un insensato.

Larga es la noche para el que yace despierto; larga es la milla para el que va cansado; larga es la vida para el necio que no conoce la verdadera ley.

Pocos son entre los hombres los que llegan a la otra orilla; la mayor parte corre de arriba a abajo en estas playas.