Por Javier Caso Iglesias | Analista Político
Nos informan los medios de comunicación que de los 200.000 inscritos "activos" en el portal de participación de Podemos, han votado el referéndum interno sobre la política de pactos a seguir por la organización casi 150.000 personas; una cifra récord. Podemos busca avalar con el mandato de las bases su principal objetivo: evitar el apoyo al pacto de Pedro Sánchez y Albert Rivera y reafirmar su propuesta de Gobierno de coalición con los socialistas. Los resultados se conocerán mañana.
Desde mi punto de vista está muy bien el hecho de consultar a las bases la política de pactos, pero lo más importante no se nos consulta; esto es, la política de liderazgo de Podemos como organización. En este aspecto decir que es muy anodina, sin pulso ni carácter. Hasta ahora no hemos visto un liderazgo con convencimiento ni de Podemos ni de sus dirigentes, ni siquiera de Pablo Iglesias. Es cierto que se aparece en los medios de comunicación, en las tertulias que organizan estos, pero el mensaje, tanto a nivel estatal, como autonómico y local, es muy débil e inconsistente; se duda y vacila mucho, no se actúa en función de la correlación de fuerzas real otorgada por la ciudadanía. En definitiva, los mismos errores que IU-ICV siempre ha cometido.
Pienso que el modelo de liderazgo de Podemos es prepotente y poco coherente, como digo, similar al que siempre ha mantenido IU-ICV. De ahí que Podemos no se perciba por parte de la ciudadanía como una verdadera opción capacitada para liderar un gobierno de cambio y si como una simple muletilla de otros partidos en su deseo de lograr el poder institucional.
Para liderar se ha de tener en cuenta la correlación de fuerzas, el programa se ha de acomodar al papel y función que en cada ocasión te da la ciudadanía. Un programa de máximos se puede realizar si a una opción política se le otorga, por parte de la ciudadanía, una mayoría absoluta cualificada. De no ser así hay que ajustar el programa a lo que el pueblo soberano ha decidido con su voto, incidir en defensa de ese electorado en el porcentaje otorgado por el mismo para que en las leyes que se aprueben por las instituciones se vea reflejado y toda la ciudadanía representada. No hacerlo así significa suplantar a la ciudadanía y hacer con sus votos algo diferente a lo que a través de ellos ha indicado.
Podemos, al igual que anteriormente IU-ICV, nunca se han apeado de su programa máximo; lo cual lleva a estas organizaciones al ridículo político en demasiadas ocasiones. El programa máximo es para cuando se consiguen en las urnas mayorías absolutas amplias, de no ser así hay que negociar para que el programa mínimo, determinado por el porcentaje de la representación alcanzada, sea posible plasmarlo en la práctica.
Y en este negociar es dónde se ven las carencias de Podemos en cuanto a liderazgo. En la actualidad Podemos, igual que antes le ocurría a IU-ICV, no han sabido liderar la negociación. A nivel parlamentario, menos ellos, los demás grupos han liderado sus procesos de negociación en función a sus intereses; en especial Ciudadanos y el PSOE. Mientras tanto Podemos no ha sido visualizado haciendo los esfuerzos necesarios para de facto conformar esa alternativa que dice defender y hacer llegar a la ciudadanía la creencia de que no solo es necesaria, sino la única posible mostrando para ello los apoyos parlamentarios explícitamente suficientes.
Como digo, Podemos, al igual que en otras legislaturas le ocurría a IU-ICV, actúa de forma pusilánime y sin liderazgo, sin saber muy bien cuales son sus objetivos más allá de tener parlamentarios que hasta ahora no han demostrado otra cosa que patalear, como niño con rabieta, en las instituciones. Su capacidad de negociación no se ha visto a ningún nivel resaltada. Ni a nivel estatal, ni a nivel autonómico o local. Todo esto lleva a la conclusión de que Podemos, en la actualidad (esperemos que cambie pronto por su bien), anda bastante perdido.
Nos informan los medios de comunicación que de los 200.000 inscritos "activos" en el portal de participación de Podemos, han votado el referéndum interno sobre la política de pactos a seguir por la organización casi 150.000 personas; una cifra récord. Podemos busca avalar con el mandato de las bases su principal objetivo: evitar el apoyo al pacto de Pedro Sánchez y Albert Rivera y reafirmar su propuesta de Gobierno de coalición con los socialistas. Los resultados se conocerán mañana.
Desde mi punto de vista está muy bien el hecho de consultar a las bases la política de pactos, pero lo más importante no se nos consulta; esto es, la política de liderazgo de Podemos como organización. En este aspecto decir que es muy anodina, sin pulso ni carácter. Hasta ahora no hemos visto un liderazgo con convencimiento ni de Podemos ni de sus dirigentes, ni siquiera de Pablo Iglesias. Es cierto que se aparece en los medios de comunicación, en las tertulias que organizan estos, pero el mensaje, tanto a nivel estatal, como autonómico y local, es muy débil e inconsistente; se duda y vacila mucho, no se actúa en función de la correlación de fuerzas real otorgada por la ciudadanía. En definitiva, los mismos errores que IU-ICV siempre ha cometido.
Pienso que el modelo de liderazgo de Podemos es prepotente y poco coherente, como digo, similar al que siempre ha mantenido IU-ICV. De ahí que Podemos no se perciba por parte de la ciudadanía como una verdadera opción capacitada para liderar un gobierno de cambio y si como una simple muletilla de otros partidos en su deseo de lograr el poder institucional.
Para liderar se ha de tener en cuenta la correlación de fuerzas, el programa se ha de acomodar al papel y función que en cada ocasión te da la ciudadanía. Un programa de máximos se puede realizar si a una opción política se le otorga, por parte de la ciudadanía, una mayoría absoluta cualificada. De no ser así hay que ajustar el programa a lo que el pueblo soberano ha decidido con su voto, incidir en defensa de ese electorado en el porcentaje otorgado por el mismo para que en las leyes que se aprueben por las instituciones se vea reflejado y toda la ciudadanía representada. No hacerlo así significa suplantar a la ciudadanía y hacer con sus votos algo diferente a lo que a través de ellos ha indicado.
Podemos, al igual que anteriormente IU-ICV, nunca se han apeado de su programa máximo; lo cual lleva a estas organizaciones al ridículo político en demasiadas ocasiones. El programa máximo es para cuando se consiguen en las urnas mayorías absolutas amplias, de no ser así hay que negociar para que el programa mínimo, determinado por el porcentaje de la representación alcanzada, sea posible plasmarlo en la práctica.
Y en este negociar es dónde se ven las carencias de Podemos en cuanto a liderazgo. En la actualidad Podemos, igual que antes le ocurría a IU-ICV, no han sabido liderar la negociación. A nivel parlamentario, menos ellos, los demás grupos han liderado sus procesos de negociación en función a sus intereses; en especial Ciudadanos y el PSOE. Mientras tanto Podemos no ha sido visualizado haciendo los esfuerzos necesarios para de facto conformar esa alternativa que dice defender y hacer llegar a la ciudadanía la creencia de que no solo es necesaria, sino la única posible mostrando para ello los apoyos parlamentarios explícitamente suficientes.
Como digo, Podemos, al igual que en otras legislaturas le ocurría a IU-ICV, actúa de forma pusilánime y sin liderazgo, sin saber muy bien cuales son sus objetivos más allá de tener parlamentarios que hasta ahora no han demostrado otra cosa que patalear, como niño con rabieta, en las instituciones. Su capacidad de negociación no se ha visto a ningún nivel resaltada. Ni a nivel estatal, ni a nivel autonómico o local. Todo esto lleva a la conclusión de que Podemos, en la actualidad (esperemos que cambie pronto por su bien), anda bastante perdido.
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