lunes, 16 de septiembre de 2013

Las siete claves de por qué el cambio político empezará por el País Valenciano

Las siete claves de por qué el cambio político empezará por el País Valenciano. Explico estas claves con un extracto que he elaborado de la entrevista a Mónica Oltra, diputada de Compromís, realizada por Orencio Osuna para Nueva Tribuna.

Desde mi punto de vista, como Analista Político, en las siguientes 7 cuestiones planteadas por Mónica Oltra está la clave de por qué "el cambio político empezará por el País Valenciano".

Si la mayoría de los/as políticos/as de las izquierdas y del ecologismo político tuvieran capacidad para entender lo que Mónica Oltra plantea en la entrevista realizada por Orencio Osuna para Nueva Tribuna, lograríamos fácilmente empoderar a la ciudadanía en sus derechos. 


1.- Casta política profesional

A mi no me gusta como ciudadana lo que veo en los políticos. Porque cuando tú oyes hablar a alguien y no entiendes lo que dice y tienes mínimamente unas entendederas para decir ‘mira, yo tendría que estar entendiendo esto y no lo estoy entendiendo’, cuando un político no quiere hacerse entender, es que tiene algo que ocultar o no sabe hacerse entender, en cualquiera de los dos casos no sirve como político. Siempre he pensado que uno tiene que decir lo que piensa y lo que siente desde su prisma ideológico, político, etc. Pero tienes que hacerte entender. Esta manera de hablar de los políticos está absolutamente encorsetada, tiene unas muletillas a la hora de hablar, unos tics, unos gestos estudiados que al final los ciudadanos dicen "es que esto es como una obra de teatro"... Yo he roto con eso, pero he roto como ciudadana, no como cargo público. Yo me planteé: me quiero hacer entender, como me hecho entender siempre, como ser humano, como ciudadana, esto es lo que pienso, esto es lo que siento, esto es lo que desde mi óptica ideológica y política hay que hacer. Y esto es lo que hay que explicárle a la gente, que lo entienda, hay que compartir un discurso, no se puede ser una casta, por eso he roto con la casta porque me da repelús...


2.- Responsabilidad de las izquierdas en las victorias de las derechas

Uno no puede estar echándole la culpa a los demás, ¿no? Tiene que ver, oiga, yo ¿qué responsabilidad tengo en estas victorias de la derecha?


3.- Compromisos electorales incumplidos e intereses privados

Las democracias han perdido los grandes principios políticos que arrancan de la revolución francesa. Las instituciones representativas no sabe nadie quién las maneja exactamente, no se cumplen los compromisos electorales, los intereses privados prevalecen, en fin, toda esta serie de fenómenos que cuestionan la propia democracia representativa.


4.- Desafección de la casta política profesional del poder para empoderar a la ciudadanía

Inventarnos de nuevo debe tener como condición la desafección del poder, un distanciamiento, pero resulta muy difícil exigirle a un partido que tenga esa desafección del poder, que es como exigir a un ser humano que renuncie a la vanidad, a la soberbia. Creo que es un objetivo irrenunciable, de hecho para mi es fundamental. Yo, al menos, no estaré en un proceso que no intente –ya no digo que lo consiga- renunciar al poder, a esa afección al poder, al ejercicio de cuanto más poder mejor. El problema del poder es que siempre te pide más, es como una droga, con unos niveles de tolerancia brutales, entonces hemos de inventarnos un sistema desde el cual empoderemos desde las estructuras y empoderemos a los ciudadanos. En el momento en que consigamos que las personas tengan más poder y que las instituciones, las oligarquías, los entramados económicos tengan menos, que esto se equilibre, habremos alcanzado una armonía democrática y ahí podremos empezar a hablar de una democracia que satisfaga las necesidades humanas. Es el momento que la democracia controle la economía y mande sobre la economía y no al revés, que la democracia mande sobre las instituciones y las castas, y que ya no existan castas, sino que los representantes públicos son eso, representantes, y lo son en la medida que el pueblo les otorga ese poder de representación, obviamente transitorio, y solo es una delegación y no es una delegación sin condiciones. Cuando eso lo consigamos, podremos hablar de democracia armónica, pero en este momento no estamos en ese estadio, al contrario, estamos en un momento en que el poder económico, las oligarquías acumulan cada vez más poder y más dinero, y se desposee cada vez más al ciudadano de a pie, y esto para mí es el reto y el partido que renuncie a esa afección al poder para mí será el que gane la batalla.

Cuando el poder que te ha dado el pueblo lo utilizas para constituir un poder fuera del control del pueblo en beneficio tuyo, estamos hablando de otro tipo de poder no del poder del pueblo, sino del poder que se constituye de espaldas y muchas veces contrario a los intereses del pueblo, pero que se constituye con la excusa de que el pueblo ha votado a un partido determinado. La gente cuando vota está dando un mandato basado en la confianza: ‘yo deposito en ti mi confianza’. Lo que hay ahora también es una crisis de confianza, la gente ya no confía, ¿por qué va a confiar en alguien que le usurpa el poder en beneficio propio? De lo que estoy hablando, por consiguiente es, de que tiene que haber una desafección de ese poder ilegítimo que toma decisiones y actúa  al margen y de espaldas de los ciudadanos que delegaron su poder a través del voto. Tiene que haber un equilibrio, el poder tiene que estar en manos del pueblo y eso significa que muchas de las cosas que se decidan en cuatro despachos tiene que volver a la decisión popular.


5.- Motor del cambio versus bipartidismo

Nosotros lo que nos planteamos en el País Valenciano es que queremos formar parte del motor del cambio y, si puede ser, queremos ser esa pieza mayoritaria del cambio, nos planteamos un cambio en profundidad. Yo, en estas cosas del bipartismo, que al final en determinadas decisiones, sobre todo económicas, se parecen mucho, no se puede ni chanalear, ni contemporizar. Al final tan letal han sido determinadas decisiones de Zapatero en la última época de recortes de las pensiones, de los derechos de trabajadores, etc., como las que puedan ser las de Rajoy. En ese sentido, todo lo que entra dentro del marco del neoliberalismo y de los dictados de los mercados –"los que no habéis sido responsables de la crisis sois los que la tenéis que pagar pero los que sí somos responsables de la crisis vivamos a todo trapo"-, en esa dialéctica, desde luego a los de Compromís no nos van a encontrar. Con la gente de base que cree en el cambio y que esté en la postura partidista, en IU, en PSOE o Compromís, obviamente hemos de construir ese cambio. Pero en la decisión de plegarse a los dictados de los mercados y del neoliberalismo en la que muchas veces incurre la socialdemocracia, ahí no nos van a encontrar.


6.- Una nueva forma de relacionarnos tejiendo redes, sin sectarismo y con mucha generosidad y cariño

Hay que tejer esas redes. Esos nudos –cada uno hace un nudo- hay que unirlos. Lo que sucede es que eso pasa primero por tener amplitud de miras, mucha generosidad y mucho cariño. El problema de la izquierda no ha sido tener los distintos puntos de vista sino haberle querido imponer al otro tu punto de vista. No creo que el problema esté en la pluralidad de pensamiento, de corrientes, el problema ha estado siempre en la no aceptación de la diferencia del otro y esto pasa por un crecimiento humano, ideológico, espiritual como queramos llamarle, y es que tenemos que aceptar los diferencias del otro y hacerlo con alegría, sabiendo que los diferentes matices de la izquierda son enriquecedores y nos hacen adaptarnos mucho mejor a la pluralidad de personas que hay. La sociedad es muy heterogénea, no es homogénea, no es uniforme, la gente no es igual, cuantos más matices tenga una corriente ideológica, en este caso si las izquierdas tienen muchos matices se adaptarán mejor a las maneras de pensar de las miles de personas a los que se supone intentamos representar. El pluralismo de la izquierda hay que verlo como una oportunidad, pero nos tenemos que deshacer de sectarismo. Hay una parte de la izquierda que tradicionalmente ha sido muy sectaria que si no piensas del mismo modo te acusan de ser un vendido a la burguesía o la oligarquía. Esta es una de las enfermedades que la izquierda tenemos que curarnos. Y luego, obviamente, es imprescindible saber convivir desde el respeto al otro y desde el plano de igualdad, de decir bueno, esta persona, o este colectivo, o este partido, o esta corriente o este movimiento, piensa distinto a mí, compartimos muchas cosas pero otras no, pero solo hay una cosa que puede hacer entendernos, que es el diálogo y el entendimiento mutuo.


7.- Política de alianzas basadas en un nuevo modelo de relación

Estamos todavía construyendo la alternativa, pero en principio pasa por una coalición de fuerzas emancipadoras como la nuestra, que tengan un parecido. Ahora estamos en conversaciones con la CHA, con EQUO, con ICV, con MES de Baleares, fuerzas muy parecidas a nosotros, con las que tenemos grandes afinidades. Estamos también en conversaciones con Anova, Nueva Canarias, con grupos de Andalucía es decir, todo este espectro de partidos que se salen del bipartidismo, obviamente desde una posición emancipadora. Pero vamos a ver qué dan de sí las conversaciones y el diálogo que hemos emprendido. Creo que de ahí tiene salir algo interesante, que pueda luego incardinarse en el grupo de los Verdes, con grupos de la izquierda emancipadora y con partidos del nacionalismo progresista en el Parlamento europeo. Este es el ámbito en el que nosotros nos incardinaríamos en Europa, a mi me parece que se trata de un espacio interesante para coincidir con la izquierda transformadora europea.


Para leer la entrevista en su totalidad pulsa sobre el siguiente enlace.-

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