Ninguna agresión sin respuesta. Si no nos representan urge construir la Alternativa

Nos enteramos por la prensa que la trituradora laboral continúa sin entender de crisis. A razón de 9.000 parados más al día, el Estado español no ya solo lidera el poco honroso ranking de países de la UE con mayor tasa de desempleo, sino que lo peor de todo es que camina directamente hacia los seis millones de parados.

De momento, el panorama laboral en España es desolador; la última encuesta de la EPA reflejaba que el paro afecta ya al 22,8% de la población activa, esto es, a 5,2 millones de ciudadanos, el desempleo juvenil azota a casi el 49%, es decir, 1.623.800 personas.

Los expertos calculan dos años más de recesión para el Estado y un repunte considerable del desempleo como consecuencia de la inacción económica. Según sus cálculos, el PIB caerá este año 1,7 puntos. Pero incluso el PP de Mariano Rajoy augura un desplome de la economía del 0,5%.

En Extremadura ya se cuenta con 138.725 parados, 454.000 pobres, 74% de mileuristas, record de contratos temporales, pagas de jubilaciones ínfimas y prestaciones que se agotan.

A pesar de ello las rentas más bajas aportarán el 27% del nuevo IRPF y las más altas tan solo aportarán el 16%.

En esta otra cara de la moneda se encuentra también el Stoxx 600 Europe Banks, que es el índice que recoge a los principales bancos del Viejo Continente, este subió en el primer mes del año un 9,54%. Hay que remontarse hasta 1997 para encontrar una apertura de ejercicio con tal subida. Desde entonces, la banca no conseguía acumular tantas ganancias en un mes.

Sin olvidar la inyección de dinero público a los Bancos y Cajas de Ahorros que asciende a los 90.000 millones de euros, cuantía con la que se podrían pagar, durante tres años, las actuales prestaciones por desempleo; o abonar durante 26 años las cuotas hipotecarias de todas las familias desahuciadas desde el año 2007.

Ante esta realidad dicotómica (los ricos más ricos y los pobres más pobres) solo queda organizarse.

Pues creo sinceramente que el Rubaljoy o Rajoycaba tardarán poco tiempo en defraudar categóricamente a la ciudadanía. Ya se aprecian movimientos certeros que van más allá de la presencia en las calles de los ciudadanos. Esta presencia en las calles es necesaria obviamente, pero hay que tomar las instituciones a través de las urnas. En esto los representantes del capital han estado más hábiles, pues sin salir a la calle dominan a la mayoría de las partitocracias; haciendo estas en las instituciones, como si fueran títeres, lo que los mercados financieros especulativos determinan. En especial el Partido del Turno PPSOE, o como ahora se le conoce: Partido Peligroso de los Señoritos de la Oligarquía Española.

Una de las dos patas de este Partido del Turno, el PSOE, este fin de semana se ha hecho aún más neoliberal; ahora es neoliberal no solo por obligación, sino por devoción. El periodista Jordi Barbeta lo explicaba muy bien en su crónica: "Una ofensiva in extremis de Felipe González y Alfonso Guerra con llamadas telefónicas personales delegado por delegado el viernes y el sábado por la mañana terminó decantando la batalla por la secretaría general del PSOE en favor del candidato Alfredo Pérez Rubalcaba. Al final, el zapaterismo que representaba Chacón no ha podido resistir el último contraataque del felipismo. La última frase de Rubalcaba pidiendo el voto fue una referencia lampedusiana: 'Hemos de cambiar el PSOE para que siga siendo el PSOE'."

También Juan Carlos Monedero ha sabido definir muy bien esta entrega del PSOE al felipismo de mercado: "La misma incapacidad del PSOE de dejar entrar en liza a otros candidatos que no fueran parte fuerte del pasado -alguien que no fuera Chacón y Rubalcaba- es la que ha terminado apostando por la continuidad. 'Este es un partido fuerte', ha repetido Rubalcaba. El que es capaz de impedir que la participación desborde a la institucionalidad. Como en la Transición. Un partido que renuncia a la pelea en el momento en el que estamos perdiendo el Estado social. Un partido que no puede, así visto, prometer nada hasta que los propios errores del PP les devuelva una posibilidad de gobernar. Mientras, la ciudadanía, alejándose y alejándose".

Como digo, ante esta realidad y falta de referencias que padecemos, solo queda organizarse. Organizarse en el sentido que nos dicen los/as compañeros/as de Red Roja en su web, esto es, forjando, en el ámbito sindical y en el político, un amplio proceso de unidad en el marco de un previsible auge de la lucha de clases, que es el que determina el paso de lo necesario a lo posible. Para ello se ha de apostar por acelerar los procesos de confluencia de organizaciones políticas y sociales, en torno a mínimos acuerdos programáticos que abran una perspectiva de alternativa general y que afirme con rotundidad que lo importante no es el partido que gobierne, sino la clase que tenga el poder.

Subraya Red Roja algo importante, el Frente de Izquierdas (o como decida llamarse) no puede por tanto aspirar a ningún tipo de homogeneidad ideológica o política. En el primer paso, ni siquiera quepa hablar de estructura alguna, simplemente de la constatación del acuerdo sobre un Programa Común de mínimos que pueda ser suscrito por colectivos de todo tipo (político, cultural, sindical, etc) y de cualquier ámbito territorial, desde el local al estatal.