viernes, 11 de noviembre de 2011

Verum ipsum factum, esto es, la acción es el verdadero demiurgo de la historia

En el texto titulado "Una mirada a la historia y la lucha de clases" de Daniel Bensaid (Profesor de Filosofía en la Universidad de París VIII Saint Denis), se dice que a la igualación "lógicamente imposible" de las clases, Marx opone su abolición "históricamente necesaria". Esta necesidad histórica no tiene nada de fatalidad mecánica. La especificidad de la economía política impone repensar los conceptos de azar y de ley, distinguir la necesidad "en el sentido especulativo-abstracto" de la necesidad "en el sentido histórico-concreto".

Este repensar conceptos me lleva a Heinz Von Foerster, a Giambattista Vico y al constructivismo radical.

Foerster sostiene que se debe de actuar siempre de forma que se creen nuevas posibilidades.

Nuevas posibilidades que se crean de una forma más efectiva, según este autor, a través del paradigma del constructivismo.

El constructivismo, así nos lo ilustra la Wikipedia, se inspira en las propuestas filosóficas del pensador italiano Giambattista Vico (1668-1744), al que se considera un precursor directo del constructivismo radical, ya que este último sostenía que la verdad es la realidad particular de quien la expresa, esto es, una construcción subjetiva ("verum ipsum factum": la verdad es hacerlo).

Por su parte, el constructivista radical Von Glasersfeld mantiene que la realidad ontológica no puede reducirse a una interpretación racional. Por el contrario, la realidad se construye a partir de la experiencia de la propia realidad.

A fin de eliminar la presunción de realidad en la explicación del conocimiento, Von Glasersfeld enuncia los siguientes principios básicos:
a) El conocimiento "no se recibe pasivamente, ni a través de los sentidos, ni por medio de la comunicación, sino que es construido activamente por el sujeto cognoscente".
b) "La función del conocimiento es adaptativa, en el sentido biológico del término, tendiente hacia el ajuste o la viabilidad".
c) "La cognición sirve a la organización del mundo experiencial del sujeto, no al descubrimiento de una realidad ontológica objetiva".
d) Existe una exigencia de socialidad, en los términos de "una construcción conceptual de los 'otros'"; en este sentido, las otras subjetividades se construyen a partir del campo experiencial del individuo. Según esta tesis, originada en Kant, la primera interacción debe ser con la experiencia individual.

Con ello se demuestra que el sujeto genera, de manera activa, suficientes modelos potenciales y que el rol que juega el entorno es simplemente reducido a reforzar algunos de esos modelos mientras elimina otros (proceso de selección). Mediante este concepto de viabilidad (fit) del conocimiento se indica que este no puede ser interpretado como una representación de la realidad, sino más bien como la llave que abre diversos caminos para el hombre.

Lo dicho es lo que piensa Von Glasersfeld, pero volvamos con Giambattista Vico.

Para Giambattista Vico, el propósito manifiesto es poner en relación el mundo ideal con el real. En este sentido al ser humano le esta reservado un puesto de demiurgo de la historia y artífice de su propio destino, siendo la historia y su vida los únicos objetos posibles de su conocimiento en tanto son productos suyos.

Su enfoque sostiene que el hombre puede conocer, en propiedad, lo que es producto de su hacer.

El punto de partida de la filosofía de Vico es la cuestión de la verdad, para descubrirla Vico se opone con firmeza a la concepción racionalista que, a su manera de ver, se desentiende de la creatividad, que constituye la facultad más propiamente humana. Así, según su célebre afirmación, "Verum et factum reciprocantur seu convertuntur": esto es, lo verdadero y el hecho se convierten el uno en el otro y coinciden.

Es éste el principio de la filosofía de Vico, el que establece el nexo entre la verdad y la producción, según el cual la única verdad que puede ser conocida radica en los resultados de la acción creadora, de la producción. Verdadero demiurgo de la historia.

Giambattista Vico se propuso formular los principios del método histórico, basándolos en tres premisas:
1.- Determinados periodos históricos tienen características semejantes entre sí, aunque varíen los detalles.
2.- Establece un orden en los ciclos históricos que sigue una repetición de edades sucesivas: Fuerza bruta, fuerza heroica, justicia, originalidad deslumbrante, reflexión destructiva, opulencia, abandono y despilfarro.
3.- La historia no se repite, no son ciclos cerrados, más bien una espiral creciente que crea nuevos elementos.

Sus tesis sobre la distinta evolución de los periodos históricos influyó más adelante en las obras de Montesquieu, Auguste Comte y Karl Marx.

En resumen "Verum ipsum factum" (Lo verdadadero es lo mismo que lo hecho); esto es, la acción es el verdadero demiurgo de la historia.

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