Lucifer cumplió con su papel, Lucifer es el martillo de Dios

Creo que Panta lo plantea muy bien, es cierto que "hemos de pensar lo que no callamos"; y además, pensarlo bien.

También suscribo ese otro axioma o aforismo con el que nos ilustra nuestro Panta en el blog de Feluky: "Son muchas las ocasiones en las que hemos de pensar lo que escribimos, para no escribir lo que pensamos."

Pues lo que se piensa siempre hay que depurarlo de la excesiva flema y bilis amarilla que dirían los griegos para que realmente alcance sus objetivos, hay que someter el pensamiento al crisol del fuego gnóstico para que logre el nivel de la Gran Obra.

Andrés, dices en mi blog ¡A mí los dialécticos! Vengo en tu ayuda pues. Es por ello que te digo que hemos de utilizar más las capacidades simbólicas y eufemísticas del lenguaje. Lo que parece recomendar nuestro Panta, seguramente (pues descifrar su mensaje resulta algo complicado por el enigma en el que se encierra), va en ese sentido.

Lo que sí hay que reconocer, y he probado esta medicina en carne propia, es que la derecha siempre está presta a demandarte al mínimo desliz en aquello que dices o escribes y los pleitos siempre traen muchos dolores de cabeza y consumen muchos recursos económicos. Hay que ser, por ello, algo esotéricos y herméticos en nuestras expresiones. Así además, como nos recomendaría el gran filósofo Kant, se gana nivel y amplitud expositiva.

En realidad ¿Qué dicen los demás? simplemente lo que queremos escuchar de ellos. Así lo afirma el científico Heinz von Foerster: "Siempre tenemos una relación con nosotros mismos, pues toda observación es autoreferencial, dice más del observador que de lo observado". La física cuántica también avanza sus argumentos en el mismo sentido, uno de sus postulados es el siguiente: "la mente del observador influye en lo observado". O sea, todo se ve según el color del cristal con que se mire; esto es, siempre vemos en los demás las faltas propias inconfesadas. Lo nuestro es la proyección: "cree el ladrón que todos son de su condición".

El médico psiquiatra, psicólogo y ensayista Carl Gustav Jung lo llamaría la sombra. Somos seres polares, no podríamos captar la realidad si no la redujésemos a polaridades: bueno, malo; día, noche. A partir de ahí graduamos. Lo malo lo reprimimos en nosotros y lo condenamos en los demás. Cuanto más lo condenamos en los demás, es por el hecho de costarnos más la represión de esa expresión en nosotros mismos. Lo bueno nos atrae de los demás por envidiarlo en nosotros, por desearlo para nosotros. Nos intentamos arrimar a aquellas personas que nos gustan por desear incorporar lo bueno que tienen en nosotros.

La redención, la liberación llega cuando hayamos asumido los dos polos en nuestro seno. Así lo recomendaban todas las filosofías griegas, también Buda y Jesús.

El pecado de Adán y Eva, el árbol de la fruta prohibida no era más que eso. Para conocer necesitaban la polaridad, eso es el conocimiento: la capacidad para diferenciar lo bueno de lo malo. La redención, la iluminación llega cuando se trasciende la polaridad. Cuando se asume que todo es uno. Cuando se llega a ese nivel es cuando te vuelcas totalmente con aquellos que más lo necesitan. En ese momento ya no existen enemigos, pues "quienes necesitan médico son los enfermos".

De Buda se cuenta que cuando un joven acudió a él con la suplica de que lo aceptara como discípulo Buda le pregunto: ¿has robado alguna vez? el joven contesto que no. Buda dijo entonces: pues ve a robar y cuando hayas aprendido, vuelve.

"Lucifer" es una palabra latina que significa "portador de la luz". La serpiente que sugirió a Eva comer de la fruta prohibida si quería alcanzar el conocimiento era Lucifer. Simplemente orientaba correcta y adecuadamente a Adán y a Eva sobre aquello que deseaban. ¿Queréis el conocimiento? Pues ahí tenéis el conocimiento, el conocimiento es polaridad, el conocimiento es lucha. Lucifer cumplió con su papel, Lucifer es el martillo de Dios. Según la Wikipedia que todo lo sabe: "Satanás es un miembro de la Corte Celestial que ejerce como Procurador o Fiscal del Cielo, asesorando a Dios." "Lucifer es la sombra del Logos, el divino tentador, el entrenador psicológico, aquel que pone a prueba al adepto para lograr la iniciación."

Menuda disertación. Lo que hace haber sido alumno de psicología en la UNED. Pero ya sabéis, como decía Adler, también médico psiquiatra y compañero de Carl Gustav Jung en el mundo psicoanalítico: "Todo puede ser así, como también todo lo contrario".

Recibid un muy fuerte abrazote amig@s.