martes, 16 de diciembre de 2008

Cada crisis es una oportunidad

Mi opinión ha sido siempre que hay que ser consecuente con lo que se piensa y llegar hasta el fondo, hasta las últimas consecuencias, en aquello que uno se propone como objetivo. De esas actitudes, y no de los paños calientes, surgen los grandes momentos de la historia.

El cuanto peor mejor ya lo ha entendido hasta nuestro vicepresidente segundo y ministro de Economía, Pedro Solbes. Hoy ha dicho que da por concluido el tiempo de las grandes cifras y que pretende abrir una mesa de negociación con los partidos políticos con representación parlamentaria al objeto de pactar reformas de calado de la normativa española; todo ello al objeto de remover los obstáculos a la recuperación económica.

Desde siempre he sostenido que los peores momentos resultan siempre los más apropiados para tomar decisiones de fondo que en otras coyunturas a nadie se les ocurriría pensar. Solbes también parece haberlo entendido, la categórica frase que ha pronunciado así lo evidencia: "cada crisis es una oportunidad".

Es una pena que al tiempo nos diga -cuando verdaderamente ha tomado el pulso de la situación y su talla aumenta- que "a ciertas edades, hay que plantearse qué otras cosas hay que hacer en la vida", refiriéndose a que no se presentará a las próximas elecciones.

Esto era lo que los españoles llevaban mucho tiempo esperando no solamente de Solbes, sino del conjunto de ministros de economía de la Unión Europea. Decisión y tomar el toro por los cuernos, no dilapidando recursos en ayudar a quienes han generado esta crisis; más bien al contrario, removiendo obstáculos para que las nuevas iniciativas, las nuevas formas de hacer se impongan a las viejas. En definitiva, "cerrando la etapa de los grandes números y abriendo la etapa de las grandes reformas legislativas en materia económica" como acertadamente apuntaba hoy Pedro Solbes.

Llegó, por tanto, el tiempo de las reformas legislativas. El Gobierno, definitivamente, da por cumplida su labor de socorro del sistema financiero y se dispone a reformar las leyes que “obstaculizan” la consecución de un nuevo modelo productivo. Buen trabajo político queda por realizar, a partir de ahora por todos los grupos parlamentarios, para transponer la Directiva europea de Servicios; pues, como poco, se deben de cambiar ochenta leyes en esa necesaria adaptación de la legislación española a las exigencias comunitarias.

2 comentarios:

  1. Esperemos que esta vez sea de verdad. Ya está bien de paños calientes.El sistema financiero internacional, con la última estafa descubierta, ha demostrado que es como poco imbécil. vamos que la banca internacional y las grandes corporaciones caigan en el timo de la estampita no tiene nombre. Y en mi opinión lo primero que habría que hacer es obligar a la banca a declarar sus "activos" para ver hasta donde están pringraos.

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  2. Hola amigo Malo Malísimo:

    Suscribo tu acertada apreciación, la relativa a obligar a la banca a declarar sus "activos" pringados.

    Recibe un abrazote amigo.

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