miércoles, 8 de octubre de 2008

Los docentes no son siempre los "mejor situados" para decir lo que hacen, lo que son sus prácticas

Ayer reflexionaba sobre ciertas impresiones subjetivas que los padres y madres de alumnos solemos tener cuando en los comienzos del curso académico se nos cita por parte del profesorado de nuestros hijos al objeto de explicarnos las pautas que guiarán la acción escolar en el centro educativo.

Justamente en ese momento, y sin esperarlo, recibo información adicional sobre esta cuestión que refrenda las opiniones y criterios a las que voy llegando sobre estas impresiones.

Juan Carlos Rodríguez Ibarra apuntaba en un artículo de opinión reciente que, para saber que ocurre en el sistema educativo, habría que mirar en su caja negra. La caja de un avión, por ejemplo, registra todos los acontecimientos y eventos que se producen en el mismo. Un lugar del sistema educativo similar a esta caja negra, indicaba Ibarra, es el aula.

Yo, sobre ese aula, sobre esa caja negra del sistema educativo, me pregunto: ¿Qué ocurre en el aula? ¿Qué impresiones subjetivas traslada el profesorado al alumnado, o a los padres y madres de estos, cuando a ellos se dirigen?

Nos dicen las Doctoras en Sociología y Antropología, y profesoras de la UCM, Mª Isabel Jociles y Adela Franzé, que lo que hace el eminente sociólogo Bernard Lahire cuando intenta desentrañar dónde hay que buscar las explicaciones/interpretaciones de un problema social como el del fracaso escolar de los niños pertenecientes a las clases populares es considerar que esas explicaciones se encuentran en "los procesos concretos de fabricación del fracaso escolar", procesos concebidos como integrados por una serie de prácticas de socialización que tienen lugar en distintos escenarios pero, principalmente, en las aulas.

El autor, cito literalmente, desarrolla una reflexión muy interesante y sugerente acerca de la validez de diferentes técnicas de investigación (análisis estadístico, entrevistas, recopilación de materiales de diversa naturaleza, etc.) y, en particular, de la observación prolongada (participante y no participante) para conocer las prácticas sociales efectivas que los sujetos implicados en las interacciones escolares (en este caso, los profesores y los alumnos) despliegan en el tiempo.

En congruencia con las concepciones que maneja, mantiene que esta última técnica es la más adecuada para producir datos acerca de los procesos responsables del fracaso escolar, esto es, para dar cuenta de "las desigualdades sociales conforme se van produciendo", pues es la que permite acercarse de una manera más cabal a las prácticas que la conforman.

Siguen diciendo las autoras que las técnicas de investigación no son utensilios "todo terreno" que sirvan para cualquier cosa, sino herramientas especializadas que valen para producir un determinado tipo de datos, pero no otros, y que -por tanto- exigen un uso apropiado a las potencialidades que encierran, a lo que pueden hacer.

Por ello es por lo que Bernard Lahire insiste, por ejemplo, en que las entrevistas a los profesores acerca de sus prácticas docentes, aunque son una técnica válida para acercarse hasta el sentido que les otorgan para construir el universo de sus puntos de vista, no se muestran como un buen sustituto de la observación prolongada, puesto que si bien los actores sociales son los "mejor situados" para efectuar sus actividades (poseen "generalmente" el saber y el saber-hacer adecuados para realizarlos), no son siempre los "mejor situados" para decir lo que hacen, lo que son sus prácticas.

De hecho, cuando se les entrevista o cuando se conversa con ellos, en lugar de referir "lo que hacen" como lo exige una descripción densa (esto es, de una manera detallada y ajustada que facilite después un análisis cualitativo en profundidad), los profesores obvian, como es de esperar, la descripción de "los gestos no conscientes", que a menudo son los que adquieren un mayor valor en los procesos de enseñanza/aprendizaje, y tienden a sustituir lo que han sido "sus saberes puestos en juego" por un "ideal de enseñanza" que se ha gestado a lo largo de su formación "teórica y libresca" o, como diría J. L. García, por una deformación de la realidad que, mediante la propensión a generalizar, la construye -entre otras cosas- como homogénea, diluye la diversidad de las prácticas que la componen, produciéndose así un decalage (desajuste, desfase) entre los datos relativos a estas que se obtienen a través de la observación y los obtenidos a través de los discursos, de lo que los sujetos dicen ya sea en las entrevistas ya sea en las conversaciones informales.

Por Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)

5 comentarios:

  1. ¿Mande? Me he quedado una miaja "decalajado".

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  2. Hola, soy profesora de secundaria en un centro de aención preferente, o sea, de un interacción alumnado profesorado delicada y también me he quedado como dice anónimo "decalajada". Indiscutiblemente que no todo el profesorado es lo que debía de ser, pero todo y que sólo llevo quinze años en la educación, antes estuve en la política municipal como -regidora/concejal de Educación- y si os contara...puedo decir contundentemente, que mayoritariamente, me he he encontrado con excelentes profesor@s, también con esperpentos, pero eso pasa en todos los ambitos de la vida, lo bueno es que son minoria, minoria, pero se hacen notar, eso sí. El aula es un lugar en que puedes pasar momentos maravillosos y de sintonia total y otros de conflicto que debes de saber resolver con mucha delicadez y no siempre se sabe hacer y se consigue. El lazo con las famílias debe ser de total sintonia y confianza, he visto y veo los esfuerzos que hacen l@s tutor@s para reconducir el conflicto, el diálogo, la reflexión son siempre las primeras herramientos, pero, fuera, en las famílias también existe mucho conflicto y sinsabor y son situaciones que se nos escapan y que a los adolescentes afectan mucho y de alguna manera deben expresar, a veces es el retraimiento, otras, la impotencia lleva a la violencia, no sé, no me quiero alargar pero la teoria poco tiene que ver con la práctica diaria en el aula, todo y que pueda parecer una tópica. Saludos.

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  3. Estimado Javier: dependerá de muchas circunstancias. En un mismo centro cada profesor tiene sus propias técnicas. Creo que cada uno de nosotros intentamos que sean las más adecuadas a nuestros alumnos pero todo es tan imprevisible... cada aula es un mundo distinto, y cada alumno en su individualidad también, y frecuentemente nos faltan recursos para controlar un aula "descontrolada". Creo que los docentes intentamos hacer nuestra labor de la mejor manera posible, pero insisto, esta es una labor de todos, y que por lo tanto por muy fantástico que sea el docente, si sus alumnos son vagos o conflictivos, poco podemos hacer.

    Un cordial saludo.

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  4. Buenos días Javier:

    Sabes que estoy totalmente de acuerdo contigo. Siempe he dicho que prefiero recuperar a un alumno para que siga formándose que todos los alumnos de mi clase saquen matrícula de honor. Es preferible que saquen una media de 6-7, pero que sigan todos adelante, pues es una putada para una persona con 14-16 años, en plena evolución psicológica, dejarla abandonada porque los docentes queramos clases tranquilas.

    He planteado en el blog de Malo Malísimo, que ahora toca dar un repaso a la Universidad, por eso de la autocrítica que comentaba Guillermo Fernandez Vara. Seguro que al Doctor Centeno le vienen bien nuestras aportaciones.

    Un abrazo.

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  5. Hola amig@s, hola Anónimo, hola Pena, hola Xhandra, hola Joaquín:

    Esta tarde he estado dialogando vía correo-e con nuestro común amigo Fernandinho, le hacía el siguiente razonamiento a sus objeciones que, en resumen, también son las vuestras:

    Pienso que no serían necesarias cámaras para vigilar al profesorado o al alumnado, simplemente evaluando resultados y hablando/concertando con sus protagonistas (alumnos, padres y madres de alumnos y profesores) cuales serían las formas más eficaces de refuerzos al objeto de alcanzar los objetivos que nos propongamos. Así como mostrando los objetivos que los implicados en el sistema educativo pueden conseguir en su paso por el mismo.

    Por ejemplo, una pregunta/objetivo sería qué debemos de hacer para eliminar las escandalosas cifras de fracaso académico en España -30% en ESO, 48% en Bachillerato y 50% en Universidad-.

    En relación al alumnado y a sus padres, en especial al de ESO y Bachillerato: Habría que hacer ver, y reforzar de alguna manera, el cambio del entorno familiar. Alguien para ser un buen estudiante ha de tener un entorno que refuerce y estimule el estudio, un entorno que lo oriente, que lo programe, que le muestre al alumno técnicas eficaces de estudio, de realización de esquemas, de entrenamiento de hábitos permanentes de lectura, de memorización, etc... ¿Cuales serían las medidas concretas para conseguir este objetivo, para hacer variar ese entorno familiar? A mi se me ocurren varias para que tanto el padre como la madre del alumno, así como el propio alumno accedan a llevarlas a la práctica. El programa Spark: Pagar a los escolares por sus resultados académicos es una iniciativa exitosa en ciertos contextos de los EEUU. Existen otras muchas.

    Variables/contingencias también se deberían modificar en relación al profesorado (pagar en función a resultados, remunerar en función a saber hacer/enseñar) y a la propia administración (eliminación de burocracia; impulsar una escuela de formación del profesorado para todos los niveles: ESO, Bachillerato, Universidad; modificar los procesos de selección del personal docente: primar el saber enseñar más que el simple saber). Sería bueno, también, adaptar los currículos a las potencialidades, destrezas y capacidades de los alumnos. Lo que está claro es que dejar las cosas como están no resulta, desde mi punto de vista, lo más adecuado. Fundamentalmente por lo resultados negativos que se cosechan. Además, deberíamos de estar modificando variables hasta que los resultados alcanzados sean los apetecidos.

    Por otra parte estoy contigo en evaluar, evaluarlo todo, lo viejo y lo nuevo que se diseñe. En ese detectar lo que falla entiendo que son varias las variables con las que hay que trabajar. Estoy convencido que si los padres y las madres endoculturizaran a sus hij@s el sistema educativo funcionaría, no produciría fracaso académico.

    Pero trabajando con esa única variable conseguiríamos únicamente memorizadores mecánicos. Es por eso que planteo cambiar las metodologías de selección del personal docente y sus formas de enseñar. Los tiempos actuales requieren potenciar la imaginación más que la memorización. Internet nos da toda la memoria que necesitemos. Ahora se trata de saber interconexionar esa información, extraer lo relevante de aquello que no lo es. Los tiempos actuales requieren más producir y menos reproducir. El modelo medieval hace tiempo que deberíamos haberlo jubilado. El sistema educativo actual sólo reproduce, en su ámplia mayoría, pensamientos. Carecemos de geni@s, a la genialidad se la aborta tanto en ESO, como en Bachillerato, así como en la Universidad. Estudiar se ha hecho sinónimo de memorizar, de clavar los codos para introducir en la memoria aquello que han dicho otros y luego reproducirlo lo más literamente posible. En definitiva copiar y pegar.

    Para ese viaje no se necesitan alforjas. Ese viaje solo trae aparejadas consecuencias como las que actualmente vivimos: Mucho experto y, a pesar de ello, todos perplejos; la crisis nos come por los pies.

    Recibid un abrazote amig@s.

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