lunes, 30 de junio de 2008

New Deal a la extremeña

Propones amigo soñador hablar de Guillermo, vamos entonces a hablar de cercanía, de empatía, de cordialidad, de afectividad, de respeto, de prudencia, de coraje, de innovación, de preocupación por los demás, de cariño por su tierra y por todos aquellos que la habitan; vamos a hablar de estar cerca para sentirnos cerca. Guillermo es ante todo humanidad.

Muchos dirán, pero nosotros elegimos a los políticos no sólo para que sean humanos; en efecto, los elegimos también para lo sobrehumano y en eso estamos. Digo estamos porque ahí estamos todos, los de la Plaza de la Cordialidad los primeros en el puesto que nos corresponde que, como dice Benigno, es el de empujar el carro.

Además sabemos que lo vamos a conseguir, nuestra fe mueve montañas. Esta generación encabezada por Guillermo sabe que puede, somos especialistas consumados en resolver problemas, en desfacer entuertos. ZP se ha dado cuenta de esta virtualidad de Guillermo, por eso lo pone como referencia, como Presidente del 37 Congreso federal del PSOE.

Seguramente que entre las filas de la oposición haya curiosos que pregunten, cual es la receta que se va a seguir. La respuesta es sencilla, la que proponen los ciudadanos, la única que funciona, la que ha funcionado siempre. Poner en marcha nuestro propio New Deal a la extremeña, un New Deal como el que fue el del presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt, esto es, un conjunto de medidas económicas para actuar de forma enérgica y contundente sobre las causas reales de una concreta situación al objeto de garantizar un sólido estado de bienestar social. O como diría Giddens, sin empresas e industrias potentes, sin una economía competitiva no es posible hacer políticas sociales ambiciosas.

Guillermo se ha dado cuenta que la ciudadanía tiene razón, que esta ciudadanía tiene razón en su demanda de menos burocracia para poner en marcha proyectos empresariales, menos burocracia para encontrar suelo industrial accesible y barato para poner en funcionamiento iniciativas emprendedoras; que esta ciudadanía tiene razón y hay que escucharla cuando dice que quiere más agilidad en la aprobación de los planes de desarrollo urbano, en los científico-tecnológicos; así como en los proyectos de parques de desarrollo empresarial e industrial.

Por cierto estimado amigo soñador, cómo irán los trámites de la iniciativa que la empresa Polarex presentó en septiembre del año pasado a Elia María Blanco. Se trata de un parque empresarial tecnológico que la alcaldesa de Plasencia, con buen criterio, apoyó resueltamente. El único problema se suscitaba en lo que ahora estamos relatando y que Guillermo se ha comprometido a resolver de forma inmediata, la burocracia; decía Manuel Oliva, vicepresidente de Polarex, en la rueda de prensa que junto con la alcaldesa se realizó para informar del proyecto, que las primeras máquinas podrían estar trabajando en el plazo "de un año y medio aunque sabemos que los temas burocráticos van lentos".

Siguiendo con el tema, más bien con la receta que estábamos presentando antes de este inciso con Polarex, decir que nuestra apuesta, la apuesta ciudadana, la apuesta por la que cada día con más decisión arriesga la Junta de Extremadura es esa que podríamos resumir de la siguiente manera: Menos burocracia y más industrialización. Este es el momento de reducir significativamente los trámites y papeleos para que los mega parques de desarrollo empresarial que necesitamos en Extremadura sean la punta del iceberg de ese nuevo New Deal que se está poniendo en marcha en esta región.

New Deal extrapolable como solucionador, como desfacedor de entuertos; pues esto mismo que hacemos aquí es lo que Patxi López ha de proponer para hacer en Euskadi y así canalizar las energías y los pensamientos del pueblo vasco hacia una ilusión colectiva constructiva, frente al confrontacionismo irracional entre seres humanos que alienta Juan José Ibarretxe.

Por Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)

No hay comentarios:

Publicar un comentario