domingo, 25 de mayo de 2008

Mientras no exijamos ser pedagogo antes que profesor, la solución a los problemas del sistema educativo será difícil

Que exactitud contiene la frase que coloca en su comentario, en el blog de Guillermo, nuestro amigo Puntos de vista... y nada más: Las decisiones importantes de la vida dependen, en demasiadas ocasiones, de momentos de suerte, de casualidad y de precipitación.

Mi criterio, ya lo conocéis de otros post, es que dejamos mucho, muchísimo a la improvisación; tanto en lo educativo como en lo laboral.

Mi deseo sería que la experiencia educativa, así como la laboral, nos resultara gozosa; no una especie de martirio por la que hay que pasar para conseguir ganar aquellos recursos necesarios para poder vivir.

Afortunadamente cada día se nos muestran más ejemplos de empresas, las más competitivas por cierto, que conjugan disfrute con alto rendimiento; gozo y pasión en lo que se hace con unos elevadísimos niveles de satisfacción a proveedores y clientes.

El sistema educativo ha de afrontar cambios. El último estudio del Consejo de Universidades los evidenciaba: Varias Universidades españolas con un único alumno en primero da mucho que pensar. 50% de fracaso académico universitario también. Mientras no exijamos ser pedagogo antes que profesor la solución será difícil.

No dudo que los hijos de Guillermo, como los míos, se adaptarán adecuadamente al sistema educativo vigente, pero eso no nos exime de pensar en ese otro 50% del alumnado que no lo logra.

Recibid un muy fuerte abrazo de vuestro incondicional amigo Javier Caso Iglesias.

1 comentario:

  1. Javier, hay una cosa muy curiosa que tiene que ver con lo que has escrito. Esta semana, llamé al CPR que tutela mi instituto y hablé con el director, un amigo mío con quien tengo proyectos en el contexto del portugués. Entonces, ya que hablábamos de las próximas formaciones y cursos yo le sugerí un curso de métodos y técnicas de acción pedagógica, con dinámicas, estrategias y todo lo que podamos utilizar como oportunidad pedagógica. Él, en su resignación, me dijo que la idea es muy buena, que incluso ya lo había intentado antes, pero nadie se apuntó. Yo, en mi experiencia docente, veo que, con todos los problemas que tenemos, tampoco nos preocupamos con nuestra formación pedagógica continua.
    Si van a introducir nuevos materiales en nuestras aulas, si nuestras clases van a disponer de mejores recursos, vale, muy bien, pero hay que aprovechar lo que era útil y bueno, introduciendo y nos adaptando a las nuevas realidades. Quizás sea defecto de formación, pues he estudiado 5 años de pedagogía (y todavía creo que es poco), pero me asusta esta poca importancia que se da a la didáctica. La gente sólo se acuerda de programaciones, memorias y unidades formales didácticas. ¡Qué redundante! Así no iremos lejos en nuestra labor.

    Luis Leal Pinto

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