miércoles, 2 de enero de 2008

El mensaje de fin de año de Guillermo Fernández Vara

Este extremeño, este paseante asiduo de la Plaza de la Cordialidad, ha de decir que el discurso de fin de año de nuestro presidente Guillermo Fernández Vara me gustó, y mucho. Logró hasta emocionarme; y es que no es para menos, pues nos dijo a los Extremeños lo que lo Extremeños queríamos oír del máximo responsable de la Comunidad Autónoma de Extremadura.

Lo primero que valoro es esto último, dirigirse a nosotros como Presidente de la Comunidad Autónoma de Extremadura. Comunidad significa agrupación de personas, sociedad; y esa ha sido la dirección del discurso de Guillermo: la familia, la ciudadanía, la colectividad humana. Si se hubiera tratado de un discurso desde la Junta de Extremadura hubiera sido más administrativo. Pero el discurso de Guillermo ha sido humano, de una sorprendente calidad humana; y de un final apoteósico como más adelante os mostraré.

El discurso de Guillermo también nos ha alentado a soñar la Extremadura que queremos para el futuro, animándonos al tiempo a imaginar como la queremos. Pero no todo ha quedado en imaginar la Extremadura que queremos y en como la queremos, sino que Guillermo nos ha mostrado el camino para conseguir ese sueño; ya que su frase "Si creemos en nosotros y trabajamos por nosotros el futuro es nuestro" nos da la metodología.

Pero, además de metodología, el discurso de Guillermo nos aporta el feedback de refuerzo o positivo (como así se llama en el ámbito del Business Process Management), mediante el se apoyan los comportamientos esperados del individuo, centrándose en la percepción de los éxitos de este y motivándolo a continuar trabajando con satisfacción por un logro compartido. Las siguientes frases de su discurso así lo constatan: "Somos nuestra principal garantía y esperanza", "nos preguntemos si nos queda aún algún complejo que superar, y si es así, lo llevemos al trastero para que no sea un obstáculo en un futuro cargado de oportunidades", "si no nos estimamos y creemos en nosotros nadie lo hará".

Todo este discurso dirigía a un final deseado, ese final deseado por todos los extremeños en el que se nos reconocía y nos reconocimos todos, ese final que estuvo centrado y dedicado a nuestros hijos que son, como dijo Guillermo, "nuestra mejor responsabilidad", "unas vidas que están empezando y que representan nuestra gran esperanza". Son ellos la razón fundamental por la que tenemos que soñar la mejor Extremadura de todas las posibles, al tiempo que esforzarnos con ahínco por hacer ese deseo realidad tangible en el menor espacio de tiempo.

Es por ellos que debemos de hacer nuestro, de todos, el reto de cambiar Extremadura, pues aún no la hemos cambiado lo suficiente, y colocarla en el lugar privilegiado que la historia nos tiene reservado. Es por ellos que debemos esforzarnos por hacer realidad nuestros sueños de una sociedad de pleno empleo, sin fracaso escolar y que garantice a sus ciudadanos una vivienda digna. Es por ellos que debemos poner todo nuestro empeño para que las magníficas conquistas sociales adquiridas en la sanidad y en el bienestar social, sin olvidar las llevadas a cabo en el ámbito de las infraestructuras, no se pierdan. Es por ellos por lo que debemos comprometernos con ese incipiente proceso de industrialización de Extremadura para que el perfil de nuestra región cambie, en el sentido demandado por los ciudadanos, y pronto pueda albergar en su territorio al menos el 15% de las empresas con que se cuenta en España; eso sí, empresas limpias, seguras y no contaminantes.

Gracias Guillermo por ser como eres y por ese empeño tuyo de trabajar, trabajar, trabajar y no defraudar a los ciudadanos.

Fdo.: Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)

1 comentario: