martes, 5 de diciembre de 2006

Nuestra más importante tarea en estos momentos es aprender a pensar dialécticamente y, en base a ello, abordar la práctica.

Nuestra más importante tarea en estos momentos es aprender a pensar dialécticamente y, en base a ello, abordar la práctica.
"Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más altas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua." Marx, prefacio de la Contribución a la Critica de la Economía Política.
Javier Caso Iglesias (Ateneo Valeriano Orobón Fernández) [08.06.2006 09:03] - 348 lecturas - 2 comentarios Artículo/noticia publicado/a en Kaosenlared.net en el apartado de Libre Publicación NO seleccionada por el Kolectivo Editorial

Nuestra más importante tarea en estos momentos es aprender a pensar dialécticamente y, en base a ello, abordar la práctica.


"La dialéctica es la ciencia de las concatenaciones, en contraste con la metafísica que trata los fenómenos separados. La dialéctica pretende descubrir las incontables transiciones, causas y efectos que actúan juntos en el universo. La primera tarea de un análisis dialéctico es, por tanto, resaltar la necesaria conexión objetiva de todos los aspectos, fuerzas, tendencias... de la esfera dada de un fenómeno"
Lenin, Apuntes Filosóficos.

La dialéctica se acerca a un fenómeno dado desde el punto de vista de su desarrollo, su propio movimiento y vida: cómo surge y cómo muere; considerando también las contradictorias tendencias y aspectos internos de este fenómeno.

E! movimiento es el modo de existencia de todo el universo material. La energía y la materia son inseparables. Aún más, el movimiento no nace de la nada, sino como manifestación de tensiones internas que son inseparables no sólo de la vida, sino también de todas las formas de la materia. El desarrollo y el cambio tienen lugar a través de contradicciones internas. Así, el análisis dialéctico empieza descubriendo mediante una investigación empírica las contradicciones que dan lugar al desarrollo y al cambio.

Desde un punto de vista dialéctico todos los polos opuestos son parciales e incluso inadecuados, incluyendo la contradicción entre verdad y error. El marxismo no acepta la existencia de ninguna verdad eterna. Todas las verdades y errores son relativos. Lo que es verdad en un momento y en unas circunstancias, se vuelve falso en otro: verdad y error pasan de ser uno a ser el otro.

En este sentido, el progreso del conocimiento y la ciencia no se produce con la mera negación de teorías incorrectas. Todas las teorías son relativas, abarcando un lado de la sociedad. Al principio se les atribuye la validez y posibilidad de aplicación universal. Es verdad. Pero, al cabo de cierto tiempo, se encuentran deficiencias en la teoría: No es aplicable a todas las circunstancias, se encuentran excepciones a la regla general. Estas excepciones tienen que ser explicadas y, de nuevo, en otro momento, se desarrollan nuevas teorías que puedan abarcar también las excepciones. Pero las nuevas teorías no sólo niegan las viejas, sino que las incorporan a ellas mismas bajo una nueva forma.

Sólo podemos excluir las contradicciones si miramos objetos faltos de vida, quietos o individualmente uno encima del otro, es decir, metafísicamente. Pero tan pronto como consideramos las cosas en su movimiento y cambio, en su vida, su interdependencia mutua y su interacción, nos encontramos con una serie de contradicciones.

El movimiento mismo es una contradicción. Con la vida pasa lo mismo. Es una contradicción entre "ser en cada momento uno mismo y otro diferente" Engels, Anti-Düring.

Por esto, el deseo de eliminar las contradicciones es el deseo de eliminar la realidad.

"¿Qué es pues la negación de la negación? Es una ley muy general, y por ello mismo de efectos muy amplios e importantes, de desarrollo de la naturaleza, la historia y el pensamiento; una ley que, como hemos visto, se manifiesta en el mundo animal y vegetal, en la geología, en las matemáticas, en la historia, en la filosofía..." Engels, Anti-Düring.

La negación en un sentido dialéctico no significa simplemente decir que no, porque en el estadio anterior es a la vez vencida y preservada. Negación, en este sentido, es a la vez un acto positivo y negativo.

Hegel da un ejemplo muy simple en su libro Fenomenológica de la mente: EI capullo de una flor desaparece cuando los pétalos florecen y podríamos decir que la forma original es negada por la posterior: en el mismo sentido, cuando surge la fruta, la flor (pétalos, estambres...) puede ser explicada como una falsa forma de la existencia de la planta para que la fruta aparezca como su propia naturaleza en lugar de la flor. Estas etapas no son meramente autodiferenciadas, sino que se complementan las unas a las otras, siendo incompatibles las unas con las otras. Pero la actividad incesante inherente a su propia naturaleza hace que haya momentos de unidad orgánica en los que no simplemente se contradicen unas a otras, sino que son tan necesarias como las otras: y esta necesaria igualdad de todos los momentos, constituye por sí sola y, por tanto, la vida del proceso global.

Esto se puede ver aún más claro en el proceso de desarrollo de las ideas humanas. Hegel ya enseñaba como la filosofía se desarrollaba a través de contradicciones: una escuela del pensamiento negando la otra, pero absorbiendo simultáneamente las viejas teorías dentro de su propio sistema de pensamiento.

La dialéctica, por otra parte, se basa en el determinismo. Aparentes accidentes nacen sólo como resultado de una más profunda necesidad.
Historiadores superficiales han escrito que la 1 Guerra Mundial fue causada por el asesinato del príncipe de la corona. Francisco José I, en Sarajevo. Para un marxista este suceso fue un accidente histórico, en el sentido de que este suceso casual sirvió de pretexto o catalizador para el conflicto mundial, que ya se había hecho inevitable por las contradicciones económicas, políticas y militares del imperialismo. Si el asesino hubiese errado, o si el príncipe nunca hubiera nacido, la guerra hubiese tenido lugar también en base a cualquier otro pretexto diplomático. La necesidad se hubiera expresado a través de un accidente diferente.

Todo lo que existe, existe por necesidad. Pero, de la misma forma, todo lo que existe está condenado a perecer, a ser transformado en otra cosa. Así, lo que es necesario en un momento y lugar se hace innecesario en otro. Todas las cosas contienen su opuesto, que está destinado a sustituirle y negarle. Esto es válido tanto para las cosas vivientes individuales, como para las sociedades.

Todo tipo de sociedad humana existe porque es necesaria en el momento dado en que se impone:
"Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más altas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, pues, bien miradas las cosas, vemos siempre que estos objetivos sólo brotan cuando ya se dan, o por lo menos se están gestando las condiciones materiales para su realización." Marx, prefacio de la Contribución a la Critica de la Economía Política.


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