miércoles, 3 de octubre de 2012

Ciudadanización de la democracia frente al derrumbe de la izquierda tradicional


Estoy de acuerdo con lo que dice nuestro compañero y amigo José Carlos, esto es: "la sociedad lo único que quiere es vivir en condiciones sin tener que estar en el hoyo atrapado entre el fuego cruzado de la izquierda y la derecha", la ciudadanía y, sobre todo los jóvenes, quieren ver otra forma de hacer las cosas; desean ver la praxis de aquellas organizaciones que defienden otro mundo posible y necesario (por sus hechos los conoceréis).

Decirse de izquierdas ya no significa un valor, pues el valor lo aporta el trabajo, la praxis. La izquierda no se ha dado cuenta de la encrucijada en la que se encuentra, pues ya no le valen los discursos; la gente está cansada de discursos. Desde las ideas de la izquierda se ha engañado a la ciudadanía en muchas, en demasiadas ocasiones; por eso la palabra ya no nos vale. Más cuando es una palabra a la que no le corresponden realizaciones prácticas.

¿Cuál es la situación actual?: Convocamos muchas manifestaciones, estamos trabajando para convocar una Huelga General; pero no percibimos que nos falta lo fundamental, un espacio político aglutinador que sea capaz de representar a toda la indignación ciudadana, un espacio político aglutinador muy incluyente y que sea capaz de constituirse en una alternativa solvente de gobierno y de poder.

Las fuerzas ciudadanas y las de izquierda siguen atomizadas y dispersas, mientras esto siga siendo así los pataleos (de movilizaciones y huelgas) no servirán más que para descargar un poco la rabia y la impotencia al estilo anarquista.

La últimas encuestas electorales nos decían lo obvio, el PSOE se sigue hundiendo e IU estancada y no percibida como alternativa a nada.

Todos queremos resultados diferentes, pero seguimos haciendo lo mismo de siempre. Einstein lo manifestaba con una gran claridad: "Si quieres resultados distintos, no hagas siempre lo mismo".

Pienso que en el momento actual estamos ante un cambio de paradigma, lo que se demanda, además de recobrar los derechos sociales y laborales que nos han sido arrebatados, es otra forma de hacer las cosas más democrática y menos poliárquica (lo llaman democracia y no lo es). Por eso los actuales instrumentos políticos, sindicales e incluso sociales están en decadencia. Hace falta impulsar la constitución de nuevos agentes ciudadanos con otra forma de relacionarse entre sí. La "intelectualidad" también está en decadencia, excepto algunas excepciones que confirman la regla.

Las herramientas políticas "de izquierdas" que hasta ahora hemos tenido se derrumban o estancan en las encuestas (PSOE e IU). A las herramientas sindicales les pasa lo mismo y tienen que inventar la Cumbre Social para arroparse y tapar un poco su descrédito e irrepresentatividad a los ojos de la ciudadanía consecuencia de tanto liberado y subvención. Ninguna de ellas se ha dado cuenta de la demanda ciudadana de cambio de paradigma. Es obvio que todos queremos recuperar nuestros derechos laborales y sociales arrebatados, pero la mayoría recela de aquellos instrumentos que han sido colaboradores necesarios en su pérdida.

Por eso, junto a la recuperación de derechos laborales y sociales arrebatados, la gente pide más democracia, más participación, más transparencia; también en las partitocracias de izquierda. La gente quiere y desea una ciudadanización de la democracia, una ciudadanización de la política, una ciudadanización de la economía. La gente quiere más democracia y menos poliarquía (1).

Por todo lo dicho suscribo las palabras de José Carlos. Como decía Jordi Guillot en una entrevista que le realizó Nueva Tribuna: "Ellos han fracasado (PSOE), eso es verdad, pero también nosotros hemos sido irrelevantes (la otra izquierda)".

Ante esta realidad hay que atreverse abrir un nuevo proceso constituyente, no solo institucional; sino político, sindical y social en el que todo sea renovado.

Javier Caso Iglesias | Analista Político y Activista Social

(1) La poliarquía o policracia de los modelos partitocráticos ya no vale como cauce de participación ciudadana, pues se asienta sobre la praxis política de la vota-botacracia, esto es, utilizar el mecanismo del voto para botar (excluir). Esta, como es obvio, es una mala praxis. Tengamos en cuenta que no es lo mismo una democracia que un gobierno de la mayoría. Los gobiernos de la mayoría, y ejemplos a lo largo de la historia existen muchos, terminan trasformados en "la dictadura de la mayoría" (dictaduras bolcheviques, del ruso Большевик, Bolshevik o Bolševik, "miembro de la mayoría"), que puede ser peor que una  dictadura abierta, porque se presenta con la careta de la democracia. Pero arrasa los derechos de la minoría, y puede terminar usando la fuerza, el ostracismo o la exclusión, para lograr sus propósitos. De lo que se trata es de buscar el consenso, no imponer el criterio de una parte. Además, toda fracción que se hace vasta termina convirtiéndose en facción  (camarilla) y lo vasto (extenso) transformándose en basto (burdo e inapropiado).
Conviene tener en cuenta que DEMOCRACIA es una forma de organización de grupos de personas, cuya característica predominante es que LA TITULARIDAD DEL PODER RESIDE EN LA TOTALIDAD DE SUS MIEMBROS, haciendo que la toma de decisiones responda a la voluntad colectiva de los miembros del grupo. Por tanto, la partitocracia (poliárquica) constituye una deformación sistemática de la democracia. La partitocracia es aquella forma de Estado y de gobierno en que las oligarquías partidistas asumen la soberanía efectiva.

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