Encuentros para el debate | La temporalidad injustificada de nuestro mercado laboral

A través de diferentes artículos que subiré a mi bitácora iré dando a conocer las diferentes propuestas que desde los agentes económicos, sociales y académicos se ofrecen a los problemas con que se enfrenta este país. El punto de vista que aquí se adopte será el conocido como G750 (progresista) frente al G100 (conservador) por el que nos está llevando, a tumba abierta hacia el desastre garantizado, un gobierno que está noqueado (nocaut) por una pérdida de contacto con la realidad; y que ha sido provocada como consecuencia de su debilidad ante los cantos de sirena que el utraliberalismo especulativo le susurra al oído.

LA TEMPORALIDAD INJUSTIFICADA ES UN RASGO DISTINTIVO Y ESTRUCTURAL DE NUESTRO MERCADO LABORAL

La temporalidad injustificada es un rasgo distintivo y estructural de nuestro mercado laboral. La tasa de temporalidad española es la más alta de toda Europa, casi duplicando los valores europeos (según los últimos datos disponibles de Eurostat, en promedio, para el año 2009, un 25,5% en España, a pesar de la fuerte destrucción de empleo temporal, frente al 13,4% de toda Unión Europea).

Sin embargo, la dualidad entre temporales e indefinidos sólo es la manifestación de un problema más profundo. Nuestro tejido productivo está construido sobre unas bases tecnológicas de innovación y formación muy débiles, que lo abocan reiteradamente a una estrategia de competitividad de reducción de costes salariales. Y ello se persigue y consigue empresarialmente con elementos de desregulación (falsos autónomos), de externalización de riesgos (subcontratas, Empresas de Trabajo Temporal y empresas de servicios integrales) o de elevada flexibilidad externa (contratación temporal injustificada o despidoexpress). Se trata de un modelo de relaciones laborales que es coherente con un tejido productivo en el que la retención del capital humano no es importante.

Actualmente, el principal problema del mercado de trabajo es que al desempleo estructural que tradicionalmente afecta a mujeres, inmigrantes y jóvenes, se le añade un paro cíclico que afecta en estos momentos, también a los hombres. En este sentido, es necesario hacer una llamada al peligro que supone que el desempleo cíclico se convierta en estructural. La tasa de paro de larga duración supone ya en 2010, el 7,8%, 3,8 puntos más que hace un año.

Como consecuencia del modelo de crecimiento, estos trabajadores desempleados, cuyo denominador común es la escasa cualificación y formación, tienen pocos recursos para adaptarse a nuevas actividades y “acompañar” el cambio del modelo productivo.

Centrar de manera exclusiva los cambios en los aspectos laborales y no en el modelo productivo corre el riesgo de pretender recuperar la inversión, la creación de empleo y los beneficios empresariales, no sobre una mejora de la competitividad de nuestra economía, sino sobre la base de la presión a la baja sobre el factor trabajo, esto es, del empeoramiento de condiciones de trabajo como condición sine qua non para la creación de empleo, por tanto sobre un abaratamiento de costes, tanto laborales como de Seguridad Social. De ahí, la permanente reivindicación patronal de rebaja de impuestos y de cotizaciones a la Seguridad Social. Una dinámica de este tipo, aun cuando admitiéramos la hipótesis de que incentivara la recuperación económica, lo haría a expensas de la repetición de un modelo de crecimiento que se ha demostrado insostenible, y de una más profunda y acelerada crisis.

En la actual crisis, de otra parte, la credibilidad de los sectores económicos está en entredicho, y con ella la visión ultraliberal del mercado, que ha conducido a una situación sin precedentes, causada por los fallos del propio mercado, la desregulación, la precariedad en el empleo y los bajos salarios.

Para salir de ella no valen las recetas de siempre, ni las fórmulas simplistas, que ignoran la complejidad y el entrelazamiento de todos los factores que intervienen en la producción, puesto que el trabajo es mucho más que un mero coste, o un mero “factor económico” sobre el que deban recaer siempre las consecuencias de los excesos de los mercados, y menos, cuando no es el causante de la crisis, como todo el mundo reconoce.

Encuentro para el debate | Universidad y Sindicatos
Una respuesta social y progresista a la crisis
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G750.- Declaración "El trabajo fundamento de un crecimiento económico sostenible" que suscribieron 750 Catedráticos, Profesores y Profesionales expertos en derecho del trabajo, de la economía y sociología del trabajo. Están respaldados por los agentes sociales y la totalidad del tejido asociativo progresista. Proponen: Frenar y revertir la estrategia conservadora de restricción del crédito; Impulsar la circulación crediticia e investigar en profundidad la situación de las principales instituciones financieras del Estado español; Promover una red de entidades públicas que permitan al Estado canalizar sus recursos financieros directamente a la economía real; Incremento controlado del gasto público, que promueva la creación de infraestructuras económicas y sociales, creando empleo y ofreciendo oportunidades de actividad productiva en los sectores más dinámicos de nuestro tejido empresarial, particularmente entre las PYME; Sustituir el modelo de crecimiento económico vigente hasta la fecha, apoyado en el uso intensivo de trabajo precario, mal remunerado y poco cualificado, por otro nuevo basado en la innovación que permita incrementar la calidad y la productividad del trabajo; Incrementar el protagonismo de las políticas industriales, energéticas y medioambientales y educativas para desbloquear los principales cuellos de botella que dificultan el cambio del obsoleto modelo productivo en España...
G100.- Declaración "Propuesta para la reactivación laboral de España" que suscribieron 100 investigadores. Cuentan con el apoyo de la gran patronal y de la banca. Sus recetas son conservadoras: Reforma laboral con bajada de salarios y precarización de condiciones laborales; Elevación de la edad de jubilación; Reducción las cuantías de las pensiones, reformando para ello su sistema de cálculo en la tendencia hacia los planes privados; La bancarización de las cajas de ahorros...

-o-o- Espacio destinado a la difusión de mensajes de utilidad social -o-o-