Despertar al tiempo dormido, combatir la burocracia política e institucional

Mi aportación al 5x1 de esta semana, titulado "El tiempo dormido", la voy a emplear en el intento de despertar este tiempo dormido que nos toca vivir.

Y la mejor forma de despertarse es hacerlo feliz, estar feliz sobre todo por que nuestras capacidades productivas y creadoras se puedan poner a disposición del conjunto de la sociedad en un entorno que no sea aversivo ni lesivo a los seres humanos.

Los entornos en los que primordialmente nos desarrollamos como personas, además de la familia, son el laboral, el educativo y el administrativo. En ellos empleamos una buena parte de nuestras vidas. Pienso sobre estos entornos algo muy parecido a lo que mis amig@s manifiestan, es por ello que os dejo con algunas de las frases que para definirlo plasman en mi bitácora.

Andrés.- Para ilustrar estas reflexiones sobre la felicidad en la empresa te comento: tengo un libro que leí hace dos años "Que mi gente vaya a hacer surf", Yvon Chouinard, presidente de la multinacional Patagonia, también entre las 100 mejores empresas para trabajar según Fortune. Pues bien, si buscas en librerías on-line, como Agapea, lo sitúan "en deportes náuticos", cuando solo tiene el título... yo creo que con eso está todo dicho ¿no?
Por cierto, el post de Guillermo, cuando habla de felicidad en el trabajo... que me entendáis, con lo que tiene debajo y él tan agustito, no sé no sé, luego decís que digo...

Helena.- La falta de confianza es porque no se cumplen "las normas" (nuestra Constitución), y ven que no hay consecuencias.

Ana.- Estamos llenos de normas y de leyes y medidas, pero que nadie cumple...Qué tema!

Miguel.- El cambio no puede ser unidireccional, a mi juicio, si no que tiene que contener elementos y acciones que hagan posible también el cambio en los ámbitos supra.

Helios.- Miguel y Ana, el fondo de lo que aquí se debate es universal y como bien señala Andrés lo ejemplarizamos en entornos conocidos, pues de lo contrario quedaría -o quedará- todo en humo. Ana, muy buena tu observación sobre las sociedades en las que normativa y usos van por caminos distintos, ese es precisamente un indicador de desarrollo democrático y aquí, en España, a veces estamos en él tan suspensos como un país del tercer mundo, que dispone, si está en vías de desarrollo, de legislación -copiada- espectacularmente desarrollada ... totalmente ajena a los usos del pueblo.

Pienso que lo que no se acaba de entender por nuestros responsables políticos e institucionales es que todo depende de las relaciones de producción. Las relaciones sociales que tenemos son un reflejo de las relaciones de producción, pero cuando se habla de relaciones de producción todo el ámbito político e institucional mira hacia otro lado. No se dan cuenta que las relaciones de producción han de irse adaptando al grado de desarrollo alcanzado en una sociedad determinada por sus fuerzas productivas.

Qué relaciones de producción imperan en nuestros centros de trabajo o de estudios, unas relaciones de producción y de reproducción piramidales, verticales de ordeno y mando; en la propia administración las prácticas, los usos y las costumbres son decimonónicas por no decir antediluvianas.

Este es el cambio que la ciudadanía esperaba de ZP a nivel nacional y de Guillermo en Extremadura. Esta sería la verdadera Segunda Gran Transformación, cambiar métodos irracionales de trabajo para ser más productivos, competitivos y, sobre todo, felices por sentirnos realizados en nuestro trabajo. Mientras no se implique a l@s trabajadores en el futuro de sus empresas abriendo canales para la participación activa y directa en la toma de las decisiones, todos los esfuerzos por modernizar nuestro país serán en balde; lo mismo le ocurre a nuestro sistema educativo. Participación y evaluación. Sin ellas siempre iremos en el pelotón de cola de los países desarrollados.

No obstante tengo esperanzas, muchas esperanzas en que, a pesar de las burocracias con las que nos encontremos, venceremos; Pues el resultado lo sabemos de antemano, como así ocurre con la Ley de la Estabilidad de las Frecuencias. Si tiramos un dado un número elevado de veces, o una moneda, al final siempre saldrá el mismo número de 1 que de 2 que de 3 que de 4 que de 5 y que de 6; o el mismo número de caras que de cruces; ocurre lo mismo con el sexo de los niñ@s que nacen, parece algo al azar, pero no lo es, el número de niños y de niñas siempre termina equilibrándose.

El azar no existe, en la adecuación de las relaciones sociales y de producción al desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas tampoco. Es por ello que venceremos a esa burocracia política e institucional que no hace nada al respecto.