Alain Touraine sostiene que una teoría rígida que concibe la sociedad como un conjunto orgánico y funcional, caracterizado especialmente por su interés en reproducirse, es insuficiente. Porque no explicaría cómo se transforman las sociedades, ni daría el peso debido a las diversas formas de acción social.
Aunque Touraine destaca la importancia de la acción social, no se olvida, en absoluto, de los efectos de la estructura y la "historicidad" sobre los actores.
La sociedad no se limita a ser el resultado de acciones o hechos aislados, que ella pone en su lugar. Al contrario, para que la acción produzca nuevos elementos de la estructura social (a través de la cual se reproduce la sociedad), debe trabajar a través y en contra de las instituciones existentes y las formas culturales relativamente permanentes.
Por otro lado, sería difícil subestimar la importancia que Touraine otorga a la acción en la constitución de la sociedad. Para comprenderlo, no tenemos más que recordar su argumento planteado en el texto "la producción de la sociedad", donde Touraine afirma que la sociedad no es más que la acción social, porque "el orden social no tiene garantía metasocial de su existencia".
Touraine se pregunta si la sociología debe seguir siendo el estudio de la sociedad. Su respuesta es que no puede, y que debe convertirse en el estudio del cambio social a la luz de los avances en las ciencias naturales sobre aspectos como el sistema abierto.
Más profundamente, desde el punto de vista de la sociología, Touraine afirma que la clase debe de dar paso al reconocimiento de las acciones; pues son estas, y no las condiciones reconocidas, las que revelan las relaciones de dominación y subordinación y que, por tanto, la "clase", como categoría explicatoria, debe dejar paso al "movimiento social".
Sin embargo, esta atención al cambio no debe crear la opinión de que ya no existen problemas estructurales; la acción asume su verdadero significado sólo en relación con la estructura. Más exactamente, ¿cómo define Touraine la naturaleza de los "movimientos sociales"?
En primer lugar, vincula su análisis a la designación de tres formas de cambio social: 1) conducta colectiva defensiva, en la que podría exigirse una reforma concreta. Por ejemplo: demanda de que las diferencias salariales entre hombres y mujeres con las mismas calificaciones queden abolidas; 2) Luchas sociales, que pretenden modificar las decisiones, o incluso un sistema de decisiones. La lucha social se produciría si los trabajadores u otro grupo social reclamaran un papel más importante en la toma de decisiones; y 3) Movimiento social. En general, un movimiento social es una fuerza activa, más que reactiva, a diferencia del comportamiento colectivo que siempre es reactivo. Los movimientos sociales suelen luchar por el control de la "historicidad". Este término se refiere a las formas y estructuras culturales generales de la vida social en el intento de provocar una transformación de las relaciones sociales de poder en el conjunto de la sociedad. Touraine pone como ejemplo, por sus logros y eficacia, al movimiento feminista.
Si el término "sociedad" se refiere a la integración social, "movimiento social" implica una acción de cambio que se opone a una forma existente de integración social.
Este desafío a la integración social actual no es, en absoluto, lo mismo que una crisis de la sociedad y el derrumbe de su organización. Por consiguiente, los cambios producidos por la acción social no pueden considerarse patológicos ni "disfuncionales", para utilizar los términos de Parsons.
Para Touraine, el surgimiento de los movimientos sociales coincide con la desaparición de las sociedades muy estratificadas y jerárquicas. Ello no quiere decir que se haya logrado la igualdad total, sino que ha habido un enorme crecimiento de la clase media en las sociedades industrializadas de Occidente, y las barreras sociales se ven constantemente derribadas, precisamente, porque el tipo de formación social que se ve ahora puede intervener para modificar su propia estructura.
Paráfrasis del pensamiento de Alan Touraine.
Aunque Touraine destaca la importancia de la acción social, no se olvida, en absoluto, de los efectos de la estructura y la "historicidad" sobre los actores.
La sociedad no se limita a ser el resultado de acciones o hechos aislados, que ella pone en su lugar. Al contrario, para que la acción produzca nuevos elementos de la estructura social (a través de la cual se reproduce la sociedad), debe trabajar a través y en contra de las instituciones existentes y las formas culturales relativamente permanentes.
Por otro lado, sería difícil subestimar la importancia que Touraine otorga a la acción en la constitución de la sociedad. Para comprenderlo, no tenemos más que recordar su argumento planteado en el texto "la producción de la sociedad", donde Touraine afirma que la sociedad no es más que la acción social, porque "el orden social no tiene garantía metasocial de su existencia".
Touraine se pregunta si la sociología debe seguir siendo el estudio de la sociedad. Su respuesta es que no puede, y que debe convertirse en el estudio del cambio social a la luz de los avances en las ciencias naturales sobre aspectos como el sistema abierto.
Más profundamente, desde el punto de vista de la sociología, Touraine afirma que la clase debe de dar paso al reconocimiento de las acciones; pues son estas, y no las condiciones reconocidas, las que revelan las relaciones de dominación y subordinación y que, por tanto, la "clase", como categoría explicatoria, debe dejar paso al "movimiento social".
Sin embargo, esta atención al cambio no debe crear la opinión de que ya no existen problemas estructurales; la acción asume su verdadero significado sólo en relación con la estructura. Más exactamente, ¿cómo define Touraine la naturaleza de los "movimientos sociales"?
En primer lugar, vincula su análisis a la designación de tres formas de cambio social: 1) conducta colectiva defensiva, en la que podría exigirse una reforma concreta. Por ejemplo: demanda de que las diferencias salariales entre hombres y mujeres con las mismas calificaciones queden abolidas; 2) Luchas sociales, que pretenden modificar las decisiones, o incluso un sistema de decisiones. La lucha social se produciría si los trabajadores u otro grupo social reclamaran un papel más importante en la toma de decisiones; y 3) Movimiento social. En general, un movimiento social es una fuerza activa, más que reactiva, a diferencia del comportamiento colectivo que siempre es reactivo. Los movimientos sociales suelen luchar por el control de la "historicidad". Este término se refiere a las formas y estructuras culturales generales de la vida social en el intento de provocar una transformación de las relaciones sociales de poder en el conjunto de la sociedad. Touraine pone como ejemplo, por sus logros y eficacia, al movimiento feminista.
Si el término "sociedad" se refiere a la integración social, "movimiento social" implica una acción de cambio que se opone a una forma existente de integración social.
Este desafío a la integración social actual no es, en absoluto, lo mismo que una crisis de la sociedad y el derrumbe de su organización. Por consiguiente, los cambios producidos por la acción social no pueden considerarse patológicos ni "disfuncionales", para utilizar los términos de Parsons.
Para Touraine, el surgimiento de los movimientos sociales coincide con la desaparición de las sociedades muy estratificadas y jerárquicas. Ello no quiere decir que se haya logrado la igualdad total, sino que ha habido un enorme crecimiento de la clase media en las sociedades industrializadas de Occidente, y las barreras sociales se ven constantemente derribadas, precisamente, porque el tipo de formación social que se ve ahora puede intervener para modificar su propia estructura.
Paráfrasis del pensamiento de Alan Touraine.
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