jueves, 14 de agosto de 2008

Este es el mejor de los mundos posibles

La frase que da título a este artículo "Este es el mejor de los mundos posibles" es de Gottfried Wilhelm Leibniz. Ese inmortal Leibniz que sostenía que ningún hecho puede ser cierto o existir, y ninguna afirmación verdadera, sin una razón suficiente para que sea así y no de otro modo; aunque con mucha frecuencia estas razones permanecen ocultas para nosotros.

Cual podría ser una conclusión certera a lo manifestado, pues aquella que nos ofrece Charles Sanders Peice, esto es, que la verdad es una opinión en la que todos finalmente nos ponemos de acuerdo y representa una realidad objetiva.

Ayer trasladaba a mis amigos de la fábrica de ideas que creo sinceramente que esta crisis va a durar menos de lo que se nos dice. Además no hay que ver todo desde un punto de vista negativo. Más que crisis hay que hablar, como nos sugeriría Heráclito, de cambio. El cambio es nuestra naturaleza, el cambio nos estimula a buscar soluciones mejores y más creativas. A ello hemos de ponernos, para ello estamos.

Las medidas que se están tomando por el gobierno de ZP van en buena línea, el grito de batalla es: ¡A desburocratizar! Hay que agilizar. Como dice el grupo de música placentino Extremoduro: Agila.

Ahí está la clave: Desburocratizar, agilizar y evaluar permanentemente la efectividad práctica de las medidas que tomemos. Los momentos de crisis, de cambio, son buenos, muy buenos para sacudirse la pereza intelectual y desbrozar el camino al futuro. Muchas veces pienso que si las crisis no existieran, habría que inventarlas. Además estimulan también a organizarse para combatirlas, a participar para contrarrestarlas; y todo ello es avanzar en democracia.

Francis Bacon nos decía que la naturaleza, para transformarla, hay primero que conocerla. A la crisis le pasa lo mismo. Hay que conocerla para no temerla, hay que conocerla y entenderla para que nos muestre sus posibilidades de desarrollo. Si todo fuera perfecto frases como "Hemos de seguir cambiando Extremadura porque aún no la hemos cambiado lo suficiente", no serían posible; ni serían posibles las oportunidades que el pensamiento que esa frase encierra.

Nada es perfecto, pero las situaciones que se nos presentan hemos de entenderlas como las mejores. Las mejores para desplegar nuestras potencialidades prácticas; nuestras potencialidades, deseos y habilidades como seres humanos en busca de su Para Sí al objeto de integrarlo en su ser En Sí.

Por Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)

7 comentarios:

  1. Tener optimismo y ver las cosas por el lado bueno es encomiable; pero no debemos caer por ello en una falsa felicidad que evite mirar lo negativo.

    Yo estaría de acuerdo en ver la crisis como una oportunidad. En este caso, la oportunidad de, tras ver que nos apoyábamos en un modelo inviable, insostenible, etc. cambiar el rumbo y repensar drásticamente la economía.

    Pero me temo que no es eso lo que ha hecho el Gobierno ayer precisamente. ¿Desburocratizar o evitar control ciudadano? "Agilizar" las Declaraciones de Impacto Ambiental no es una buena medida, eso lo sabemos bien los ecologistas. Y me parece que no es coherente con lo que habitualmente defiendes en el blog el aplaudir que las posibilidades de control de la administración que tenemos desde la ciudadanía se reduzcan.

    Y todo ello para "reactivar" la economía, de nuevo con el mismo catecismo. Ladrillo, pero público. Y de paso echándole un cable al sector inmobiliario cepillándose el Impuesto de Patrimonio.

    Creo que hace falta darle una vuelta más mirando qué efectos concretos tienen las medidas que se pretenden tomar. Esta noticia da un buen toque de atención:

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  2. Leí en cierta ocasión una respuesta a esa frase de Leibnitz: "El optimista cree que vivimos en el mejor de los mundos posibles, y el pesimista se teme que sea cierto".

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  3. Hola Juan, hola Sr. Sandía:

    Juan, las políticas que se llevan a efecto son las que emanan de las urnas; el gobierno y sus políticas son un reflejo de lo que piensa la ciudadanía. Si la ciudadanía entendiera que hay que hacer otras políticas el gobierno cambiaría su línea de actuación, eso no lo dudes; pues de no ser así la ciudadanía cambiaría de gobierno. Si lanzamos una mirada a la historia esto es lo que se puede apreciar. Por tanto hay que dejar que la ciudadanía experimente los efectos de su decisiones. Además hay que tomar estas decisiones con alegría y con optimismo, pues bien está lo que la gente desea aunque sea equivocado. Como diría Emerson: Siempre estamos aprendiendo como no debemos de hacer las cosas. Suscribo este criterio, posibilitemos, por tanto, los aprendizajes populares y ciudadanos.

    Sr. Sandía, buena su apreciación. El temor del pesimista es patológico y además muy nocivo. Prefiero ser optimista por las razones que le he dado a Juan.

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  4. Juan, en relación al artículo de Ecologistas en Acción que recomiendas, una vez leído destaco una frase del mismo que deseo comentar:
    "la única opción de garantizar las necesidades de la población, sin esquilmar el entorno ni hacerlo a costa del resto de la humanidad"

    Entiendo que para hablar en nombre de la población y de sus necesidades lo primero que hay que hacer es representarla con suficiencia, bien directamente, bien a través de una opción política que sea o que aspire a ser mayoritaria y hegemónica de esa misma población. En la actualidad esto no se visualiza mítida y claramente. Digo esto únicamente para orientar y aclarar a Ecologistas en Acción sobre que tareas deberían emprender para hacer efectivas sus propuestas. Como solía decir Marx: Las ideas se transforman en fuerza material cuando arraigan en las masas.

    Existe una gran diferencia entre ser un lobby de presión y una organización de masas. Incluso son cosas antagónicas una de la otra. Ecologistas en Acción es una organización que se parece más a lo primero que a lo segundo.

    Perdón por si alguien se molesta por lo que digo, pero me caracterizo por decir lo que pienso.

    Recibe un cordial saludo.

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  5. Me parece increíble que alguien que defiende avanzar en la democracia participativa pueda hacer esa lectura, Javier:

    ¿El gobierno y sus políticas son el reflejo de lo que piensa la ciudadanía? Forzando, puedo aceptar que el Gobierno (sus miembros) sea reflejo, aunque sea de forma muy indirecta, de la opción preferida de forma más o menos mayoritaria en un momento concreto entre varias opciones limitadas. Estirando un poco más puedo aceptar que la orientación política general sea reflejo de esa parte mayoritaria de la ciudadanía por cuanto ha podido conocer más o menos el programa de las diversas opciones (suponiendo que se respete fielmente).

    Pero de ahí a inferir que porque una minoría mayoritaria votó PSOE, eso supone que ante la crisis lo que mejor le parece a la ciudadanía es aligerar las DIA para que las obras públicas vayan rápido me parece mucho suponer.

    Me parece bien que "la ciudadanía experimente los efectos de su decisiones". Ahora, por lo que no estoy es por asumir que hablemos de una decisión puntual con efectos de todas y cada una de las decisiones del Gobierno en nuestro nombre por un lapso de cuatro años y que la única herramienta que nos quede sea el voto de castigo (por cierto ¿y los que no hemos tomado parte de esa decisión y somos minoría?). Es decir, estoy a favor de que ese apoyo genérico que se da a un gobierno sea susceptible, al menos, de control durante ese tiempo. Lo mejor sería abrir mecanismos de participación real (decisorios), pero cuanto menos que no se recorte la participación formal.

    Porque, en muchos casos los trámites de audiencia pública para las DIA ni siquiera son para que influyamos en la decisión política, sino siquiera para controlar la legalidad. Yo respeto que una mayoría de mis convecinos han votado PP y que por tanto el equipo de gobierno hará, por ejemplo, el urbanismo que le parezca. Ahora bien, quiero que haya los mayores plazos para alegaciones, consultas, etc. porque esas decisiones tienen que estar, al menos, dentro de la legalidad.

    En resumen, estoy de acuerdo en que nos dejemos cometer nuestros propios errores y aprendamos de ellos. Pero que nos dejen cometer más, no uno cada cuatro años y pensar que mientras tanto todo lo que se haga es "reflejo de la ciudadanía".

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  6. Hola Juan:

    La ciudadanía no pone reparos a este modelo de democracia. Si quisiera otro lo tendría. Yo no percibo un gran descontento real. Se hacen comentarios, pero de ahí no se pasa; y de pasar a otra orientación del voto diferente a la que nos gobierna, la ciudadanía cambiaría al PP. Esto ya lo hemos comprobado y lo vemos en nuestras ciudades.

    Si deseamos democracia, o sea que el poder político sea un reflejo de la ciudadanía, habría que optar por impregnar las decisiones y los acuerdos que se tomen con el porcentaje de voto que cada opción política representa; si actualmente las políticas llamadas "de izquierda" salen mal paradas, si se hiciera caso a la ciudadanía el resultado sería aún peor.

    Soy de los que están a favor de avanzar en mayores grados de participación, así como en evaluar permanentemente la eficacia práctica de las decisiones que se tomen; pero deseo que esto sea para tod@s y respetando el sentir ciudadano.

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  7. Otra cuestión Juan:

    Sobre el tema de tener una legislación mejor o más a gusto de un grupo u otro, de una sensibilidad social u otra, lo único que hay que hacer es convencer a la ciudadanía utilizando los medios que para ello se disponen; esto es, la participación en las elecciones y convencer con las propuestas que a la ciudadanía se le lancen. No se puede amparar luego nadie en que no se vota a una opción o a otra por cuestión de los medios económicos con que se cuenta, pues, por ejemplo, IU recibió un gran respaldo electoral cuando agrupaba a diversas sensibilidades en su seno y se entendía que el respaldo electoral conseguido no sería para hacer la pinza con el PP. Cuando se vio lo que se vio (tanto en su política interna como en la externa), se perdieron las simpatías ciudadanas.

    Las cosas son mucho más sencillas de lo que parecen.

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