Los placentinos tendremos que esperar a después de ferias para que la junta local de seguridad de Plasencia se reuna. Y eso a pesar de que la realidad diaria de la ciudad parece una crónica de sucesos.
Gorrillas pidiéndote dinero por aparcar en zona azul, una vez has pagado tu correspondiente tiket; así como amenazando a turistas del Parador como recientemente nos informaba la prensa.
Robos generalizados por la ciudad del cableado público en busca de cobre; así como en viviendas particulares a la caza de elementos de aluminio, ventanas preferentemente y otros objetos de valor.
Y para animar las noches placentinas, quemas de vehículos, en esta ocasión han sido dos coches en la calle San Julián y de contenedores en el entorno del ferial del Berrocal.
Todo ello sin estar aún metidos en ferias, que cuando estas lleguen, si se suben a hacer tropelías las bandas organizadas que han rondado las ferias de Cáceres, pues apañaditos vamos.
Eso sí, que nadie se preocupe, que la responsabilidad, como nos dice nuestro concejal de interior, no es del Ayuntamiento, pues, parece ser, que este carece de ordenanza municipal que nos proteja del vandalismo. Imaginamos entonces que la reunión de la junta local de seguridad, tras las ferias placentinas, será un mero trámite para evaluar destrozos y daños.
Bien le valdría al equipo de gobierno del Ayuntamiento de Plasencia preocuparse por elaborar esa ordenanza municipal de la que adolece -políticos liberados y bien pagados tiene varios que podrían emplear su tiempo en algo útil y provechoso para la ciudad-, al objeto de luchar contra el vandalismo callejero y reunirse más periódicamente con la delegada del gobierno, Carmen Pereira, al objeto de coordinar los esfuerzos de la policía local con la nacional. De no ser así, me temo, que muchos de los votos prestados, en las próximas elecciones, no serán renovados; y luego nos acordaremos de Santa Bárbara.
Por Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)
Gorrillas pidiéndote dinero por aparcar en zona azul, una vez has pagado tu correspondiente tiket; así como amenazando a turistas del Parador como recientemente nos informaba la prensa.
Robos generalizados por la ciudad del cableado público en busca de cobre; así como en viviendas particulares a la caza de elementos de aluminio, ventanas preferentemente y otros objetos de valor.
Y para animar las noches placentinas, quemas de vehículos, en esta ocasión han sido dos coches en la calle San Julián y de contenedores en el entorno del ferial del Berrocal.
Todo ello sin estar aún metidos en ferias, que cuando estas lleguen, si se suben a hacer tropelías las bandas organizadas que han rondado las ferias de Cáceres, pues apañaditos vamos.
Eso sí, que nadie se preocupe, que la responsabilidad, como nos dice nuestro concejal de interior, no es del Ayuntamiento, pues, parece ser, que este carece de ordenanza municipal que nos proteja del vandalismo. Imaginamos entonces que la reunión de la junta local de seguridad, tras las ferias placentinas, será un mero trámite para evaluar destrozos y daños.
Bien le valdría al equipo de gobierno del Ayuntamiento de Plasencia preocuparse por elaborar esa ordenanza municipal de la que adolece -políticos liberados y bien pagados tiene varios que podrían emplear su tiempo en algo útil y provechoso para la ciudad-, al objeto de luchar contra el vandalismo callejero y reunirse más periódicamente con la delegada del gobierno, Carmen Pereira, al objeto de coordinar los esfuerzos de la policía local con la nacional. De no ser así, me temo, que muchos de los votos prestados, en las próximas elecciones, no serán renovados; y luego nos acordaremos de Santa Bárbara.
Por Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)
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