Sils-Maria

En Sils-Maria, 6.000 pies sobre el nivel del mar ¡y mucho más arriba de todas las cosas humanas!

Tiene toda la razón mi amigo Paco Martín y al mismo tiempo no la tiene toda, se puede ser más perfecto. Desde luego que no o es que sí. La cuestión es que algunos en su minuto de gloria, o sea, en sus 59 segundos más uno; o lo que es lo mismo la gran bufonada o payasada, llámese como se llame, de doña Esperanza Aguirre, si, sí, la que deja decidir a los curas sobre si te curas o no te curas, la misma que viste y calza y al mismo tiempo zancadillea a su presidente, no a ZP no, a Rajoy, al perdedor del último proceso electoral, sí, sí, al hostigador hostigado. Pues como decía antes de ilustrar sobre los (de)méritos de doña Esperanza Aguirre, la de los 59 segundos, la puesta a dedo por Aznar como cabeza de lista a la CC.AA. de Madrid y que ahora quiere que Rajoy se someta a primarias; al final ya veréis como termina presentándose para salvar al PP. ¿Salvarlo de qué? pues de la racionalidad. Esperanza Aguirre logrará que el PP se homologue con su homólogo francés, el Jean Marie Le Pen ese que tiene nombre de otra cosa.

En fin el mar, como solía decir Nicolás Guillén. Otra cosa Paco. Hay gente que no se vende porque es invendible como Nietzsche, y que como Nietzsche están más allá del bien y del mal; o subidos sobre sus propios hombros para adivinar mejor el futuro. Esto en el debate natura-nurtura sería natura 100 x 100, es algo genético que quien lo tiene lo tiene. En los genios creadores suele abundar, ninguno de ellos va buscando minutos de gloria, aspiran a la eternidad completa porque llevan esa eternidad completa pegada a su piel. Pero esto no lo he de decir muy alto, pues los que fracasan en hacer funcionar el sistema educativo para que los niños no fracasen tendrían un enorme asidero; rápidamente dirían que los niños vienen genéticamente programados y que si fracasan es por los genes. No acabarán de entender nunca que lo genético propone pero no dispone. O sea, que es todo al revés lo que te he dicho o no. Al final será como la vida misma, como Heráclito o como Demócrito, los risueños que no entendían cómo el ser humano podía ser tan torpe para no entender que todo interacciona y termina siendo síntesis integradora.

Paco, quiero terminar recordándote la buena nueva que he difundido desde mi blog, al final venceremos al cáncer, lo doblegaremos en cinco o diez años como así nos informan los científicos. A partir de ese momento más estrellas habitarán con nosotros. Pero no pararemos hasta que todas, las que están en el firmamento también, estén aquí con nosotros acompañándonos.

Por Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)