viernes, 1 de febrero de 2008

Monarquía o República

Me proponen opinar sobre el controvertido tema de Monarquía o República. Ante ello decir que para mi el tema monarquía es una cuestión de forma, las formas son las superestructuras que se conforman, con una apariencia u otra, en función al desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas (incluyo al ser humano en esta definición y como principal fuerza productiva y creadora). A un determinado desarrollo de esas fuerzas productivas, unas formas determinadas de estado, gobierno, etc...

Es por ello para mí más importante que la lucha por la república lo es por la democracia participativa: porque la democracia entre en los centros de trabajo, porque acabemos con la precariedad, con los salarios de miseria, con la falta de derechos, de vivienda, con el fracaso académico y escolar. Para mí es más importante, junto a lo dicho, crear empleo de calidad que quien sea el Jefe del Estado se llame Juan Carlos o se llame Sarkozy.

Así piensa también la mayoría de los ciudadanos, es por eso que prima electoralmente a aquellos que hablan su lenguaje que a aquellas otras opciones que le trasladan cuestiones irrelevantes y de segundo orden que serán solventadas y resueltas a su tiempo: Primero poder decidir a todos los niveles, poder participar (fundamentalmente en el seno de nuestra empresa) y recibir provecho de los logros y beneficios que del carácter social de la producción se reporten; Segundo poner de Jefe del Estado a quien consideremos conveniente, o no poner a nadie y vivir en la más absoluta anarquía.

Por Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)

2 comentarios:

  1. No resistirias un asalto en un medio televisivo. Ni uno.

    Se te recomienda que repases primero los griegos, la diferencia entre democracia, aristocracia y monarquia.

    El diogenismo papanatista huele a yogur caducado de siglos.

    Leerte es como leer un insulto a la inteligencia y la cultura de muchas personas, muchas.

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  2. Me permito discrepar. La monarquía será una forma, pero es y existe. El problema es de pedagogía: yo no puedo enseñar democracia cuando la jefatura del Estado es la negación de ella, ni puedo hablar de igualdad y mérito cuando la primera institución es discriminatoria y nepotista. Cualquier chaval de diez años al que le intentes hablar de democracia participativa le descuadrará totalmente que haya una institución que está en manos de una familia gracias a que sus antepasados fueron unos canallas, asesinos y antidemócratas.

    Sí, ya sé que es cuestión formal. Pero ese argumento lo uso en mi favor: Si es meramente ornamental, por qué no hacemos que sea ejemplo de democracia TOTAL.

    Y me río, amigo Javier, de que sea ese "un sentir mayoritario": Lo será cuando sea debatido con ENTERA LIBERTAD, algo que no se puede hacer -todavía- abiertamente.

    Encantado de discrepar, que tanta unanimidad, en ocasiones, asusta.

    ¡Salud!

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