miércoles, 9 de enero de 2008

Lo que no resuleva la educación tendrá que resolverlo la policía y los médicos

En el día de hoy dos noticias llaman mi atención, una lo hace por su negatividad, por la repulsión que me produce y la otra por el efecto contrario, pues se me manifiesta como altamente positiva y provechosa. No obstante las dos podían interactuar, y de seguro que en el futuro interactúen en el sentido que a continuación propongo.

Previamente vamos a presentar las noticias. La primera, la aversiva, es la relativa a la agresión que ha sufrido una mujer de 43 años de edad, en Medina del Campo (Valladolid), por parte de una veintena de menores que lo han grabado en un teléfono móvil; resultando la víctima con un dedo roto y varias contusiones y dominada por el temor de que el vídeo empiece a circular en internet.

La segunda es la referente a un grupo de investigación liderado por la Unidad de Genética y Reproducción del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, que dirige el doctor Guillermo Antiñolo, que ha identificado y caracterizado el gen responsable de la distrofia hereditaria de retina cuando el funcionamiento de éste es anómalo. El descubrimiento de este gen permitirá impulsar una línea de investigación en terapia génica, la cual tratará de introducir copias de genes normales en las células de pacientes afectados por enfermedades monogénicas -derivadas de la mutación de un gen-, con el fin de corregir la enfermedad. Con esta introducción de genes sanos se tratará de reemplazar la función del gen defectuoso.

Dado que opino que nuestra especie humana ha fracasado estrepitosamente en llevar a cabo adecuada y certeramente procesos de socialización en nuestros jóvenes, sirvan como muestras sus comportamientos; no nos quedará en el futuro más que aplicar ese sabio consejo que el filósofo José Antonio Marina nos aporta "lo que no resuelva la educación tendrá que resolverlo la policía y los médicos". Y como la educación no está resolviendo los problemas y retos que el presente le plantea, entre ellos el de la violencia, deberán ser la terapias génicas las que se encarguen en el futuro de inhibir los genes de la agresividad que portamos.

Fdo.: Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)

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