Desde hace un tiempo soy bastante reacio a los actos institucionales y a los mítines de partido, han dejado de ilusionarme pues en ellos no se comunica, no sirven para poner en común opiniones diversas (Comunicación viene del latín comunicare: hacer en común), sino exclusivamente para adoctrinar, para uniformar de arriba a abajo.
Pero la quedada del día 15 es diferente. Me llena de ilusión este acontecimiento. No es un acto institucional ni un mitin de partido. A la quedada vamos a comunicar en el sentido de poner en común criterios y opiniones diversas, espero que no se quede solamente en eso, sino que en la quedada del día 15 se pongan las bases de una nueva forma de hacer política en la que se tengan en cuenta y se valoren los sentires ciudadanos.
Siempre he pensado y he mantenido que Extremadura, los extremeños y extremeñas encierran dentro de sí unas capacidades y potencialidades impresionantes. Unas capacidades más que suficientes para hacer de Extremadura lo que queramos, para hacer de Extremadura un referente a nivel europeo en el ámbito en el que nos propongamos serlo. Lo único que nos falta es que desde el entramado político-institucional no se nos pongan trabas, sino que se nos den incentivos.
Guillermo se ha dado cuenta, Extremadura no necesita subvenciones sino incentivos.
Los extremenos y extremeñas no necesitamos subvenciones sino incentivos. Los extremeños y extremeñas necesitamos, más que el comer, que desde las instituciones y desde los partidos políticos se crea en nosotros; como también los partidos políticos y las instituciones necesitan que se crea en ellas (el 70% de la población desconfía de sus responsables institucionales). Pero la confianza debe de ser mutua y empezar por quien tiene el mandato constitucional de remover todos los obstáculos para que la participación de los ciudadanos sea real y efectiva. Por tanto la desconfianza ciudadana en las instituciones públicas ha de ser superada trascendiendo esa inveterada exclusión institucional de los ciudadanos.
Guillermo se ha dado cuenta, Los ciudadanos extremeños necesitan que se trabaje por ellos y no se defrauden sus expectativas.
Nuestras expectativas pasan porque se nos deje hacer, porque se nos deje decir, porque se nos den posibilidades y alas para hacer posible lo que sabemos que sabemos: emprender y engendrar proyectos de futuro.
Y la primera sugerencia que debe de asumir el poder institucional y político es la de evaluar y corregir sin complejos todo aquello que no responda a este principio. Debe de evaluar, permanentemente, sus propias prácticas; entender que la motivación, la participación, la satisfacción, el placer por lo que hagamos tiene que impregnar todo nuestro hacer y acontecer.
Esta motivación, participación, gozo, satisfacción y placer tiene que inundar también nuestro aparato educativo y productivo. Sólo ligando lo placentero a lo serio, trascendiendo lo serio por medio de lo placentero y viceversa, lograremos responder adecuada y acertadamente a los retos que tenemos, entre todos (comunicándonos), que superar: la precariedad, el mileurismo, la frustración laboral, la falta de expectativas, el fracaso académico galopante, las viviendas inaccesibles, la violencia como instrumento de resolución de conflictos, la discriminación social y racial, la exclusión socioeconómica e institucional, la falta de oportunidades de trabajo, la desconfianza en las normas sociales y en las instituciones públicas, etc...
Así que a ponerse a ello toca.
Un saludo para todos los amigos y amigas de la Plaza de la Cordialidad.
Fdo.: Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)
Pero la quedada del día 15 es diferente. Me llena de ilusión este acontecimiento. No es un acto institucional ni un mitin de partido. A la quedada vamos a comunicar en el sentido de poner en común criterios y opiniones diversas, espero que no se quede solamente en eso, sino que en la quedada del día 15 se pongan las bases de una nueva forma de hacer política en la que se tengan en cuenta y se valoren los sentires ciudadanos.
Siempre he pensado y he mantenido que Extremadura, los extremeños y extremeñas encierran dentro de sí unas capacidades y potencialidades impresionantes. Unas capacidades más que suficientes para hacer de Extremadura lo que queramos, para hacer de Extremadura un referente a nivel europeo en el ámbito en el que nos propongamos serlo. Lo único que nos falta es que desde el entramado político-institucional no se nos pongan trabas, sino que se nos den incentivos.
Guillermo se ha dado cuenta, Extremadura no necesita subvenciones sino incentivos.
Los extremenos y extremeñas no necesitamos subvenciones sino incentivos. Los extremeños y extremeñas necesitamos, más que el comer, que desde las instituciones y desde los partidos políticos se crea en nosotros; como también los partidos políticos y las instituciones necesitan que se crea en ellas (el 70% de la población desconfía de sus responsables institucionales). Pero la confianza debe de ser mutua y empezar por quien tiene el mandato constitucional de remover todos los obstáculos para que la participación de los ciudadanos sea real y efectiva. Por tanto la desconfianza ciudadana en las instituciones públicas ha de ser superada trascendiendo esa inveterada exclusión institucional de los ciudadanos.
Guillermo se ha dado cuenta, Los ciudadanos extremeños necesitan que se trabaje por ellos y no se defrauden sus expectativas.
Nuestras expectativas pasan porque se nos deje hacer, porque se nos deje decir, porque se nos den posibilidades y alas para hacer posible lo que sabemos que sabemos: emprender y engendrar proyectos de futuro.
Y la primera sugerencia que debe de asumir el poder institucional y político es la de evaluar y corregir sin complejos todo aquello que no responda a este principio. Debe de evaluar, permanentemente, sus propias prácticas; entender que la motivación, la participación, la satisfacción, el placer por lo que hagamos tiene que impregnar todo nuestro hacer y acontecer.
Esta motivación, participación, gozo, satisfacción y placer tiene que inundar también nuestro aparato educativo y productivo. Sólo ligando lo placentero a lo serio, trascendiendo lo serio por medio de lo placentero y viceversa, lograremos responder adecuada y acertadamente a los retos que tenemos, entre todos (comunicándonos), que superar: la precariedad, el mileurismo, la frustración laboral, la falta de expectativas, el fracaso académico galopante, las viviendas inaccesibles, la violencia como instrumento de resolución de conflictos, la discriminación social y racial, la exclusión socioeconómica e institucional, la falta de oportunidades de trabajo, la desconfianza en las normas sociales y en las instituciones públicas, etc...
Así que a ponerse a ello toca.
Un saludo para todos los amigos y amigas de la Plaza de la Cordialidad.
Fdo.: Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)
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