Mileurismo extremeño y copyright

Que nadie se apropie del término mileurismo, pues somos los extremeños quienes tenemos su copyright, no en balde estamos 13 puntos por encima de la media nacional y en más de 25 de la europea; pues que región española puede presumir de contar con un 70 por ciento de mileuristas entre su población asalariada. Mayor porcentaje podríamos tener si descontáramos, del 30 por ciento restante, a ese 15 por ciento que representan los cargos políticos en sus diferentes formas y ocupaciones, esto es, alcaldes, concejales, diputados y demás responsables y dignidades institucionales de la administración, los cuales, seguramente tras conocer esta noticia, rápidamente convocan plenos extraordinarios de sus respectivas corporaciones para bajarse sus percepciones salariales que ni merecen ni justifican visto los resultados prácticos de su gestión.

Perdón si he sido un poco exagerado y duro en la crítica a los responsables institucionales extremeños, pero es que el dato está ahí. Han sido los técnicos del Ministerio de Hacienda quienes lo dicen. Quienes nos dicen que el 70 por ciento de los asalariados extremeños somos mileuristas.

Ante esta realidad no nos valen lamentaciones, hay que esforzarse y mucho por instalar un mayor número de empresas en Extremadura que potencien la calidad y la estabilidad en los empleos. Hay que agilizar los trámites para la ubicación de los parques empresariales y tecnológicos comprometidos por la administración local y regional. Hay que promover el apresuramiento en la construcción de las nuevas autovías proyectadas. Hay que impulsar las revisiones y aprobaciones de los PGOU (Planes Generales de Ordenación Urbana) de nuestras ciudades para que el sector de la construcción no se estanque y pueda así seguir tirando de nuestra economía.

Noticias como esta no han de bajarnos la moral o derrotarnos, pues no debemos entenderlas como obstáculos limitadores de nuestras perspectivas, sino como posibilidades de desarrollo de las mismas. Que lo entiendan así también aquellos que el poder ocupan y espabilen.

Por Javier Caso Iglesias. Mileurista.